Nunca antes las empresas de seguros agrarios desembolsaron tanto dinero para indemnizar a los agricultores afectados por la meteorologÃa. La sequÃa extrema que sigue afectando a gran parte de la penÃnsula ha elevado la factura anual a más de 1.200 millones de euros, un 56% que en 2022 (768 millones), año que ya habÃa sido récord.
Asà se desprende del último informe de siniestralidad de Agroseguro, la agrupación que nuclea a las entidades aseguradoras del paÃs. Al 30 de noviembre, la superficie agrÃcola siniestrada alcanzaba la 3.435.711 hectáreas, un 71% más que en 2022.
"Los cultivos más afectados son herbáceos, uva de vinificación, frutales, cÃtricos, hortalizas, olivar, ajo, caqui, almendro, cereza, tabaco y fresón y frutos rojos, con un total de 997,85 millones de euros hasta la fecha", detalla la entidad en la actualización de su relevamiento.
La sequÃa no ha sido la única culpable de esta factura histórica. Muchas cosechas han sido destruidas por eventos meteorológicos extremos como pedriscos, inundaciones o Danas.
Septiembre, por ejemplo, fue un mes negro por la virulencia de la "gota frÃa". Dice el informe: "Se produjeron varios fenómenos adversos de gran impacto que provocaron una elevada siniestralidad. La virulencia de una importante DANA, originada entre el 2 y 3 de septiembre y con gran actividad tormentosa en numerosas comunidades autónomas, causó lluvias torrenciales acompañadas de pedriscos y vientos de gran intensidad".
La borrasca Bernard (octubre), con inéditas rachas de viento e intensas precipitaciones, afectaron a una parte muy importante de la producción e instalaciones de fresón y otros frutos rojos que se cultivan en AndalucÃa.
En julio, LPO adelantó que el campo español se encaminaba a una siniestralidad récord. Pero nadie del sector imaginaba una factura superior a los 1.200 millones de euros, impensada años atrás. Es casi el doble que en 2020 (632 millones).
La siniestralidad climática también es un "agujero" para las arcas públicas. En 2022 y 2013, por la sequÃa y la guerra en Ucrania, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación dispuso una partida extra de 60 millones de euros destinada a subvencionar la contratación de seguros agrarios.
Sin embargo, el Plan de Seguros Agrarios Combinados para 2024, aprobado este miércoles que en el Consejo de Ministros, no contempla ninguna partida excepcional, por lo que se pasará de un monto total de 317,7 a 284,5 millones.
Las alarmas en el sector están encendidas. Empresas y agricultores temen que no se esté ante una foto aislada, ante un "mal año".
Un reciente investigación cientÃfica publicada en la revista Nature alerta de que las "fallas simultáneas" en las cosechas de los principales graneros del mundo (América, Europa y el este de Asia) pueden ocurrir con "mayor magnitud y frecuencia en un planeta que se está calentando". La advertencia es clara: las cosechas están al borde de "riesgo sistémico".
"Encontramos que los modelos climáticos tienden a subestimar los riesgos de eventos climáticos extremos simultáneos, lo que puede conducir a "puntos ciegos" en nuestra comprensión de las implicaciones futuras", explica Kai Kornhuber, cientÃfico climático y lÃder del equipo de trabajo.
La sensación de estar ante una nueva era producto del cambio climático ya se percibe en los campos. Semanas atrás, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) juntó a cientÃficos y agricultores para trazar el nuevo cuadro de situación del campo español ante una crisis climática que se agudiza año a año.
"Los agricultores estamos percibiendo el cambio climático antes que el resto de la sociedad porque estamos muy expuestos", explicaba en la charla Andrés Góngora, productor de frutas y hortalizas en AlmerÃa.
"Es como si lo que siempre hemos conocido de las cuatro estaciones del año ya no sirviera, pasamos de estar en invierno a verano y al revés, con veranos que se alargan, octubres con 30 grados y al dÃa siguiente a buscar las chaquetas que nos congelamos de frÃo. Es como si el otoño y la primavera hubieran desaparecido. Esto en la agricultura es un problema. Esos ciclos son necesarios para los cultivos", lamentaba.
Lo cierto es que, por primera vez, todos los eslabones que forman la enorme cadena de la alimentación advierten que la crisis climática, con fenómenos cada vez más extremos, recurrentes y devastadores, es también una gran crisis de producción y de rentabilidad.
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