
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) confirmó que el 80% de los hoteles de Acapulco presenta algún tipo de daño causado tras el paso del huracán Otis.
"Este huracán estará muy probablemente en el listado de los diez eventos más catastróficos en el sector", lamentó su presidenta, Norma Alicia Rosas.
En 2022, esta asociación realizó pagos por daños causados por lluvias e inundaciones (eventos climáticos) por 2.181 millones, una cifra récord. Este año, con la destrucción de Otis, el desembolso será aún mayor.
"Los restos de una bomba climática son similares a los de una nuclear. Casi ninguna zona de Acapulco ha escapado al daño, con una destrucción extensa evidente en todas partes. Grandes zonas quedaron totalmente destruidas. Las "tormentas de mis nietos" ya están aquÃ", describió Peter Dynes, miembro de MEER (Mirrors for Earth's Energy Rebalancing), un grupo de defensa del medio ambiente, al tomar dimensión de la magnitud de los daños en la ciudad mexicana.
Para la Universidad de las Naciones Unidas y el Instituto para el Medio Ambiente y la Seguridad Humana (UNU-EHS) la multiplicación de eventos meteorológicos extremos, fenómenos esporádicos que están ocurriendo cada vez con más frecuencia, son un "punto de inflexión de riesgo" producto de un resguardo económico (las pólizas) que se limitarán o directamente desaparecerán ante la imposibilidad de hacer frente a tantos desastres naturales consecutivos.
Bajo el tÃtulo "Futuro no asegurable", la ONU alerta que "el cambio climático está cambiando drásticamente el panorama de los riesgos". La proyección no es nada alentadora: se pronostica que el número de desastres graves y frecuentes se duplicará a nivel mundial para 2040, "lo que provocará un aumento de los precios de los seguros".
A medida que los fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo se vuelven más frecuentes y graves -explica el informe-, también lo ha hecho el costo de los daños que causan.
Desde la década de 1970, los daños causados por desastres relacionados con el clima se han multiplicado por siete; solo en 2022 se registraron pérdidas económicas mundiales por valor de 313 mil millones de dólares.
"Ante el aumento de las pérdidas, algunas compañÃas de seguros en zonas de riesgo han decidido limitar la cantidad o el tipo de daños que pueden cubrir, cancelar pólizas o abandonar el mercado por completo", alerta el documento.
Hasta el momento, el efecto de la nueva realidad climática está, por lo general, elevando los precios de las pólizas. Los propietarios de viviendas han visto subir los precios hasta un 57 por ciento desde 2015, detalla la investigación.
El problema es que una vez que ya no se ofrecen seguros contra ciertos riesgos (accesibilidad), en ciertas áreas (disponibilidad) o a un precio razonable para los propietarios (asequibilidad), muchos regiones se consideran "no asegurables".
Un ejemplo: en Australia se prevé que aproximadamente 520.940 viviendas no serán asegurables para 2030 debido al creciente riesgo de inundaciones.
"A pesar de esta situación precaria, el crecimiento y el desarrollo demográfico continúan en las zonas de riesgo, a medida que las presiones sociales y económicas influyen en que más personas acudan en masa a lugares a lo largo de las costas, rÃos, llanuras aluviales e interfaces entre zonas silvestres y urbanas. Estas zonas son cada vez más propensas a sufrir fenómenos meteorológicos extremos, lo que pone en peligro a más personas y propiedades. Al mismo tiempo, se prevé que la cantidad y el tamaño de las áreas en riesgo aumentarán a medida que el cambio climático traslade la gama de peligros como incendios forestales y tormentas a nuevas áreas", advierte los expertos.
Los impactos, agregan, van mucho más allá de los "riesgos económico" (las personas están expuestas a pérdidas financieras drásticas). Una consecuencia de este fenómeno será más flujos migratorios por razones climáticas.
"Los que ya son vulnerables se verán obligados a quedarse y, además de los que vienen buscando viviendas más baratas en estas zonas, se enfrentarán a acontecimientos cada vez más extremos sin cobertura de seguro".
La crisis climática tuvo en 2022 un coste económico de 723 millones de euros por dÃa
Por lo pronto, la única respuesta ante este problema en puerta han sido los subsidios gubernamentales para respaldar la asequibilidad. No obstante, "se ha prestado relativamente poca atención a la reducción de los riesgos subyacentes que han ido aumentando sin control".
Dice el informe: "El seguro puede ser una herramienta valiosa para gestionar nuestro riesgo cuando surgen peligros; sin embargo, tiene lÃmites cuando los riesgos son demasiado altos".
Ante este delicado panorama, la ONU pide un "enfoques transformadores" para abordar los factores sociales y ambientales subyacentes de este riesgo". En juego está perder "el acceso a una valiosa red de seguridad" cuando el mundo más lo va a necesitar.
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