Ducharse en tres minutos. Regar con regadera y por la noche. Reciclar el agua del aire acondicionado para planchar o limpiar cristales. Poner el lavavajilla solo si está lleno. Son algunos de los tantos consejos que la Junta de Andalucía ha lanzado en su campaña "El Agua te necesita" con el fin de interpelar a la ciudadanía ante la grave crisis hídrica que sufre esta comunidad autónoma. 

Días atrás, el consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz, advirtió de que "si no llueve de aquí a final de año" la situación será "alarmante" y admitió que el gobierno regional contempla, en el peor de los escenarios, cortes generalizados en el suministro.

A mediados de agosto, ya son varios los municipios andaluces con restricciones en el uso del agua, límites que van desde cortes totales en el abastecimiento, o cortes nocturnos, hasta limitaciones en usos agrícolas, industriales, lúdicos, prohibición de riegos en zonas verdes (públicas y privadas), limpieza de calles con agua potable y reducción en las dotaciones de agua por habitante.

El 18% de la población ya sufre algún tipo de restricción de agua por la sequía y la mala gestión hídrica

Los embalses de Andalucía siguen perdiendo agua esta semana, en concreto 48 hectómetros cúbicos (hm3), lo que representa un 22,06% de su capacidad, y se sitúan en los 2.464 hm3. Se trata de un porcentaje de reserva de agua menor en comparación con 2022, cuando la situación fue catalogada de "crítica" por la Junta. 

El líder de la Junta, Junama Moreno, reconoce en su campaña que "el agua se está agotando". Por lo pronto, las medidas de su gobierno pasan por exigir obras al Ejecutivo nacional y por concienciar a la población de la necesidad de ahorrar este recurso vital.

En paralelo, el líder popular sigue adelante con su política de extender aún más las hectáreas de regadíos (proyecto para legalizar aspersores clandestinos), que beben ocho de cada diez litros de agua disponibles en España, y con fomentar el turismo de lujo a través de resorts con campos de golf, otro sector que demanda mucha agua.  

Más de 260 mil firmas contra la ley que amenaza Doñana en manos de la UE para frenar a Moreno

En carpeta está, por ejemplo, la construcción una urbanización con 300 viviendas de lujo, hoteles y un campo de golf sobre unas marismas desecadas del Guadalquivir, en el término municipal de Trebujena, frente a Doñana.

 Andalucía tiene la mayor concentración de campo de golf de Europa en la región más seca del continente.

Los terrenos deportivos ocupan, según datos oficiales, 3.500 hectáreas de suelo. Demandan 10 mil litros diarios, unos 180 hm3 al año, lo que supone un 2 % del consumo total de agua de la CCAA.

Según los cálculos del ingeniero agrónomo Rogelio Nogales, los campos de golf en Andalucía consumen tanto como 1.193.000 habitantes (algo menos que las ciudades de Sevilla y Málaga juntas).

Moreno vuelve a culpar al Gobierno por la escasez de agua en Andalucía y Ribera le pide "menos lamento y más acción"

Un ejemplo bien gráfico: un campo de golf de 18 hoyos tiene el mismo consumo que una población de 20.000 habitantes. 

El sector turístico aclara que el 70% del agua que utilizan es regenerada, no apta para el consumo humano y que la "competencia" es solo con el sector agrícola, no con los hogares.

A diferencia del consumo doméstico, que en España viene cayendo en los últimos años (32 litros al día por habitante en 20 años, según el INE), el consumo agrícola, no ha dejado de crecer. Entre 2010 y 2019 la superficie de regadío se ha incrementado un 14 %, según datos oficiales

"El agua regenerada no sirve para beber, pero además de servir para los cultivos sirve para limpiar las calles, para regar parques y jardines, para limpiar nuestras ciudades. Todos consumos más necesarios que un campo de golf, Y por el otro, si nos quedamos sin agua se pierden todos los puestos de trabajo. Hay que admitir la realidad y gestionar priorizando las necesidades de la gente", replica José Ignacio García, portavoz del grupo parlamentario Mixto-Adelante Andalucía.  

El consumo agrícola, como vienen denunciando científicos y ecologistas, no puede no aparecer en los debate sobre la crisis hídrica y la desertificación que va a sufrir Andalucía en los próximos años.

De acuerdo con la estimación de la demanda de usos contemplados en los planes hidrológicos, el principal uso del agua es el de regadíos y usos agrarios, que supone aproximadamente el 80,5 % de esta demanda (MITECO, 2021).

Y a diferencia del consumo doméstico, que en España viene cayendo en los últimos años (32 litros al día por habitante en 20 años, según el INE), el consumo agrícola, no ha dejado de crecer. 

Entre 2010 y 2019 la superficie de regadío se ha incrementado un 14 %, según datos oficiales. Actualmente la superficie regada en España alcanza los 3,8 millones de hectáreas, lo que supone alrededor del 23 % de la superficie total cultivada. 

Ecologistas le exigen a Ribera medidas para salvar otro ecosistema que agoniza por su sobreexplotación

Este incremento, agravado por el cambio en los cultivos por mera rentabilidad-el de naranjas por aguacates, por ejemplo- empieza, sequía mediante, a secar ríos a los que nunca les faltó agua.

Semanas atrás, LPO contó el caso del río Genal, en Málaga, totalmente seco producto de la sobreexplotación agrícola.