Guillermo Francos faltó llamativamente a la reunión de Javier Milei con los diputados del bloque oficialista en la que el presidente buscó delinear la estrategia para que el Congreso le apruebe el DNU y la ley ómnibus.

El ministro del Interior es el articulador natural de la Rosada con el Congreso, por eso su ausencia llamó la atención. En el momento en el que Milei recibía a los legisladores, Francos estaba reunido con el diputado Itaí Hagman, del frente de Juan Grabois.

Luego, Francos se mostró con la vicepresidenta Victoria Villarruel, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem y el Secretario de Relaciones Parlamentarias de la Cámara baja, Omar de Marchi.

De Marchi fue impulsado por Francos como nexo de los libertarios con el resto de los bloques, amparado en la experiencia del mendocino en el recinto, puesto que fue vicepresidente de Diputados durante el albertismo.

Pero el ministro no reparó en que De Marchi está enemistado con el PRO, en donde es acusado de traición por no acatar los mandatos de Juntos por el Cambio para retirar su candidatura a gobernador, y especialmente está enfrentado a la UCR porque puso en riesgo la reelección de Alfredo Cornejo. El actual gobernador de Mendoza quería ser vicepresidente de Patricia Bullrich pero debió quedarse en Mendoza ante la amenaza que representaba De Marchi.

En La Libertad Avanza culpan a Francos por haber elegido ese punto débil en medio de una negociación crucial.

Francos arrancó golpeado desde que le sacaron el control de los fondos a repartir en las provincias y se los transfirieron a Luis Caputo. El periodista Jorge Rial reveló además su relación con Nicolás Posse, el jefe de gabinete, atraviesa su peor momento y adelantó incluso que podría ser enviado como embajador en Reino Unido.