Las advertencias cientÃficas sobre la vulnerabilidad del sistema agroalimentario español al cambio climático empiezan a hacerse realidad. La persistente sequÃa que sufre la penÃnsula conjugada con temperaturas extremas nunca antes registradas (según la última actualización de la AEMET, los últimos diez dÃas han sido récord cálido para su fecha, algo sin precedente) están mermando las cosechas de forma muy pronunciada.
Asà lo refleja el último informe de CaixaBank Research sobre el sector agroalimentario al comparar la situación de España con el resto de la Unión Europea. La caÃda de la producción triplicó a la media del continente. El 13,6% de retroceso local contrasta con el 4,6% del conjunto del bloque.
"El motivo son las mayores dificultades que ha tenido que afrontar el sector agroalimentario español por las mencionadas condiciones climatológicas adversas y por un incremento de costes de producción algo más pronunciado en España", explica el informe.
El resto de las potencias agrÃcolas, afectadas por el cimbronazo económico de la guerra de Ucrania, cayeron mucho menos que España. ¿La explicación? Un impacto más diluido de la nueva realidad climática. La producción de Alemania bajó un 4,8%; PaÃses Bajos un 3,9%; Francia 2,7% e Italia 2,1%.
La producción vegetal en España, según recoge este relevamiento, disminuyó un 13,6% en 2022. En concreto, la sequÃa mermó la producción de cereales (-24,3%), frutas (-20,7%), plantas forrajeras (-18,2%), plantas industriales (-9,9%), hortalizas (-7,5%) y patatas (-7,0%). Solamente creció la producción de vino y mosto (+1,4%).
Las caÃdas serán aún más pronunciadas en la cosecha de este año, advierte el informe. "Las estimaciones no son alentadoras. Según el avance de superficies y producciones agrÃcolas (provisional, con datos del avance de mayo)7 la producción de cereales de invierno (trigo, cebada, avena, centeno y triticale, el cereal hÃbrido procedente del cruce entre trigo y centeno, se situarÃa en 9 millones de toneladas (Mt) en 2023, frente a 14,4 Mt en 2022 y 19,3 Mt en 2021".
El rendimiento del trigo, por ejemplo, va a estar "muy lejos" del promedio de los últimos cinco años; 2,2 toneladas por hectárea contra 3,5, una "reducción muy significativa".
La producción de aceite de oliva es otro ejemplo gráfico del impacto de la crisis climática en las cosechas. Se ha pasado de 1.489.351 toneladas de aceite de la pasada campaña a 675.093 toneladas en la campaña 2022-2023, lo que supone un 55% menos de producción.
Además de generar una nueva prisión inflacionaria, esta pronunciada caÃda de la producción ha mermado la capacidad exportadora de España. En términos reales (volumen), las exportaciones agroalimentarias descendieron un 9,1% interanual en el primer semestre de 2023.
"Este descenso fue muy pronunciado para determinados productos, como los cereales (-45,6%) o las semillas oleaginosas (-40,3%), cuya producción se vio mermada por la sequÃa", detalle el informe.
Las cifras estadÃsticas coinciden con lo que, dÃa a dÃa, palpan los agricultores españoles. El cambio climático ya "pasa factura", lamentan desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), asociación que cuenta con una red de más 220 oficinas distribuidas por todas las comunidades autónomas.
Un ejemplo de las últimas semanas: los primeros dÃas de recolección de la almendra apuntan a un descenso de hasta el 50% respecto a las previsiones de esta cosecha.
"Los agricultores estamos percibiendo el cambio climático antes que el resto de la sociedad porque estamos muy expuestos", resume Andrés Góngora, productor de frutas y hortalizas en AlmerÃa.
"Es como si lo que siempre hemos conocido de las cuatro estaciones del año ya no sirviera, pasamos de estar en invierno a verano y al revés, con veranos que se alargan, octubres con 30 grados y al dÃa siguiente a buscar las chaquetas que nos congelamos de frÃo. Es como si el otoño y la primavera hubieran desaparecido. Esto en la agricultura es un problema. Esos ciclos son necesarios para los cultivos", lamenta.
El impacto de la crisis climática en las cosechas: Grecia pierde una cuarta parte de su agricultura
Diagnóstico parecido traza, Pedro Gomáriz, productor de cÃtricos en Molina de Segura (Murcia).
"Los cultivos que tenemos están enfocados a la climatologÃa que tenÃamos, a esas horas de frÃo, a esa cantidad de lluvia y a esa cantidad de temperatura. Si ahora la lluvia se concentra en menos semanas, en menos dÃas, esa agua no se puede aprovechar. Y nos cambia los cultivos en estado fenológicos, es decir, los crecimiento de la planta, cuando crecen, cuando brotan, cambian la fecha de la disponibilidad, los colores, los sabores. Ya no sabemos si lo que tenemos plantado va a seguir dando frutos, en su fecha y con su calidad".
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.