El 23 de julio se estudiará en todas las facultades de Ciencias Políticas, de España y el mundo. Hace menos de dos meses, el PSOE sufrió una de las peores elecciones autonómicas y municipales de su historia. El PP logró colorear de azul casi todo el mapa de España y dejó un contundente sensación de fin de ciclo. 

El derrumbe de Unidas Podemos y el auge de regional de Vox confirmaba, a juicio de todos los analistas, el fin del "sanchismo", el lema que le permitió a la derecha construir su poderosa narrativa para derogar el primer gobierno de coalición progresista de la historia democrática del país.

Sánchez y Feijóo no alcanzan la mayoría absoluta y España se acerca a nuevas elecciones

Al día siguiente, Pedro Sánchez, con gesto adusto, pero con aplomo, anunció un adelantamiento electoral evitar un desgaste de su gobernabilidad -los comicios generales estaban programados para diciembre- y para que la ciudadanía "se pronuncie" sobre el futuro del país.

La jugada, en retrospectiva, fue el inicio de la remontada, inesperada por donde se la mire, que el presidente de Gobierno logró este domingo por la noche al abrir las urnas y contabilizarse los votos. 

La jornada, cerrado los colegios, comenzó con los proyecciones de los sondeos privados. La encuesta de GAD3, consultora que acertó en las urnas autonómicas y municipales, pronosticó una mayoría absoluta entre el PP y Vox. 

Hemos vuelto a ganar las elecciones. Hemos ganado en 40 de las 52 provincias. Y tenemos una gran mayoría que puede ser absoluta en el Senado. El gobierno de coalición en cambio no gana ni un escaño respecto al 2019. No queremos un momento de incertidumbre

Pero el recuento oficial se puso en marcha y cruzada la barrera del 50%, el PSOE se mantenía como fuerza más votada y con más cantidad de escaños. En Génova empezaron las dudas. "No llegamos, no esperábamos este resultado", reconocían pasadas las 22.30 en off las fuentes del PP. "Podemos gobernar, hay margen", lanzaban, en la otra sede, en Ferraz, las voces socialistas. 

Una hora más tarde, con casi el 100% de los votos escrutados, el PP conseguía 136 escaños (+47), muy lejos de los anhelados 150, y Vox 33, 19 menos que los actuales, una pérdida significativa de 700 mil votos. 

La derecha y la ultraderecha abrocharon, por tanto, 169 escaños, lejos de los 176 necesarios para la mayoría absoluta. En el otro bloque, el PSOE se quedó con 122 escaños (tan solo 300 mil votos menos que el PP) y Sumar con 31: 153 para ese bloque.

Sin mayoría absoluta para ninguno de los dos espacios, Feijóo se queda prácticamente sin posibilidad de gobernar, pese que pedirá formar gobierno al ser la primera minoría. Su candidatura solo podría sumar los escaños de U.P.N y de Coalición Canaria (171)

El PSOE da la sorpresa y derrumba la mayoría absoluta del PP y Vox

"Hemos vuelto a ganar las elecciones. Hemos ganado en 40 de las 52 provincias. Y tenemos una gran mayoría que puede ser absoluta en el Senado. El gobierno de coalición, en cambio, no gana ni un escaño respecto al 2019. No queremos un momento de incertidumbre. Abrir el dialogo para intentar formar gobierno según los resultados electorales y la voluntad mayoritaria de los españoles", afirmó Feijóo pasada la medianoche desde el balcón de Génova. 

Y agregó entre algunos cántico de arenga a Isabel Díaz Ayuso, la líder madrileña: "Pido que nadie tenga la tentación de volver a bloquear España. La anomalía de que no pudiese gobernar el partido mas votado solo tiene como alternativa el bloqueo. Le pedio al PSOE expresamente que no bloquean el gobierno de España una vez más". 

La izquierda, en cambio, tendría algún margen con los 7 escaños de ERC, los 6 de Bildu y el asiento de BNG (172). La incógnita, en el cierre de la jornada electoral es qué hará JxCAT - JUNTS, el partido de Carles Puigdemont, con sus 7 sillas. 

La líder de Sumar, Yolanda Díaz. 

Europa Press

La formación catalana adelantó que no "apoyará ningún bloque", dejando en el aire la posibilidad de una repetición electoral de fijar esta postura. A Sánchez le alcanza con la abstención de esta formación. Todo se definirá en las negociaciones de las próximas semanas.

 España ha sido bien clara: el bloque involucionista de retroceso que plantea una derogación total de todos los avances que hemos logrado en estos cuatro años ha fracasado. El bloque PP-Vox ha salido derrotado

Ahora bien, ¿cómo se explica esta remontada? Cuatro claves: la irrupción de Sumar, que absorbió a Podemos y consolidó un espacio a la izquierda del PSOE que tambaleaba; la fuerte movilización que la izquierda logró en pocas semanas para impedir el ingreso de la ultraderecha a Moncloa; el fallido experimento regional de los nuevos gobiernos del PP y Vox con una hoja de ruta ultra de eliminación de consensos y derechos; y la desastrosa campaña de Feijóo, sobre todo en la última semana.

"España ha sido bien clara: el bloque involucionista de retroceso que plantea una derogación total de todos los avances que hemos logrado en estos cuatro años ha fracasado. El bloque PP-Vox ha salido derrotado", gritó eufórico Sánchez al filo de la medianoche. 

"La gente va a dormir más tranquila, la democracia ha ganad, sale fortalezida, hoy tenemos un país mejor", completó, desde la sede de Sumar, Yolanda Díaz.

La izquierda, al cabo, con una brillante estrategia política, un líder de fuste y con una campaña sin fisura logró frenar lo que parecía cosa juzgada: la llegada de Feijóo y Abascal al Palacio de la Moncloa.