El kirchnerismo reflotó la presión para que Alberto Fernández desplace a Claudio Moroni, uno de sus ministros de máxima confianza, tras la crisis que generó el conflicto del neumático.

El encargado de salir a pedir la cabeza de Moroni fue Andrés "Cuervo" Larroque, que por segundo día consecutivo cuestionó al ministro de Trabajo por falta de gestión y por ponerse del lado de los empresarios.

"Claramente hay un déficit en materia de gestión" en el Ministerio de Trabajo, afirmó este miércoles el secretario general de La Cámpora y hombre de máxima confianza de Máximo Kirchner.

"Por lo menos en el conflicto del neumático está claro que si las cosas se prolongan por tanto tiempo y después finalmente se termina comprobando que con voluntad política se podía resolver", agregó Larroque. Un día antes, el camporista había declarado que hubo "impericia" del Ministerio.

"De ninguna manera los enemigos pueden ser los trabajadores", insistió Larroque en declaraciones a radio Futuröck. "A veces nos precipitamos sobre los sectores más débiles de la sociedad y terminamos siendo demasiado complacientes con los factores de poder", continuó, y agregó que no se puede "deslegitimar el reclamo de quienes hacen a la generación de la riqueza del país".

Vuelve la interna: Alberto muestra poder de daño y el kirchnerismo apunta a Moroni

La presión del kirchnerismo contra Moroni es vieja pero se reflotó la semana pasada cuando se descontroló el conflicto del neumático y complicó seriamente la producción automotriz. La resolución de la disputa le dio aire al ministro, que difícilmente podía mantenerse si la pelea se extendía.

Tanta fue la presión que el jueves pasado la vocera presidencial Gabriela Cerruti tuvo que salir a negar que Alberto Fernández analizara pedirle la renuncia a su amigo.

Moroni es uno de los pocos albertistas que quedan en el gabinete y un sobreviviente de la lista de funcionarios apuntados por el kirchnerismo desde la derrota de 2021. Además, su cartera siempre fue codiciada por el entorno de Máximo Kirchner, que incluso llegó a sonar para ese cargo.

Además de su amistad con Alberto, Moroni cuenta a la cúpula de la CGT como su gran sostén político. Los "Gordos" y los "independientes" son sus grandes aliados y meses atrás salieron en un respaldo inédito cuando el kirchnerismo presionaba para correrlo de su cargo. En cambio, el ministro está cruzado con Pablo Moyano.