Dicen que la necesidad tiene cara de hereje. O también puede ser que la inminencia de las elecciones esté logrando lo imposible: que Néstor Kirchner ingrese lentamente en el terreno de la racionalidad, para aburrimientote los cronistas de la política y tranquilidad de los dirigentes de la Capital.

Es que ya definido l escenario del macrismo que jugará a Gabriela Michetti, y bastante despejadas las incógnitas en el neo radicalismo de la Coalición Cívica y la UCR –con la lista Prat Gay, Gil Lavedra, Carrió-, el kirchnerismo empezó a entender que su único destino posible pasa por la unidad.

Y como no podía ser de otra manera, para la trabajosa tarea de unir a las distintas tribus del PJ porteño y el progresismo kirchnerista, hizo falta nada menos que un ex canciller. Rafael Bielsa asumió así una tarea que hace palidecer los acuerdos de Camp Davis para llevar la paz a Medio Oriente.

El plan de máxima es que Daniel Filmus acepte encabezar la lista de diputados nacionales, secundado por su socio político Carlos Heller; y que Jorge Telerman sea el primer candidato a legislador. El inconveniente es que el ex ministro de Educación –que es el kirchnerista que mejor mide, seguido de cerca por Bielsa- sigue negándose a renunciar a su banca de senador.

Esto está causando un enorme fastidio entre la dirigencia kirchnerista. “Egoista”, es lo más sueva que se escucha. “Encima ahora que estamos a días del cierre de listas a este se le ocurre viajar al exterior”, protestaban en el PJ porteño. Filmus habría aducido ciertos compromisos con un organismo internacional –de esos que pagan en dólares o euros- y salió corriendo del distrito.

Es que el ex ministro, que sigue con la idea fija de reemplazar a Alberto Fernández en la conducción del peronismo porteño, en la etapa post kirchnerista que algunos imaginan se abrirá después del 28 de junio, no quiere presentarse en una elección que según los sondeos lo ubicará alrededor el 15 % de los votos, bastante menos de lo que obtuvo la última vez que fue candidato.

Como sea, Bielsa sigue trabajando por la utopía de la unidad, y a dejado trascender que si Filmus finalmente rechaza el convite, él no tendría problemas en ponerse al frente de la lista si se unen todos los sectores.

El límite sigue siendo Aníbal Ibarra –pese a que kirchneristas como Gabriela Cerrutti están realizando esfuerzos de último minuto para armar una gran opción progresista que integre al ex jefe de gobierno con el kirchnerismo y sus aliados-.

Otro de los elementos que le suman volatilidad a este intento de unidad, lo representa el banquero Carlos Heller, que no esta claro que aceptaría ser segundo de Bielsa. “Se cree De Narváez, piensa que por empapelar la Ciudad con su cara, va a sumar puntos y la verdad es que no está creciendo en las encuestas”, lo chicanean desde el PJ. Lo cierto es que Heller recibió el apoyo de Kirchner para su candidatura a diputado, pero pícaro, el ex presidente nunca le dijo en que lugar.

En este marco, el dato más significativo es el indulto que le llegó desde la Quinta de Olivos a Jorge Telerman. Kirchner finalmente habría aceptado que se sume a un gran acuerdo y hasta la posibilidad que encabece la boleta de legisladores.

Esta claro que este armado tiene una víctima principal y una colateral, cuyos destinos parecen unidos. La principal no es otro que el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, que sigue apostando al fracaso de todos estos intentos de unidad, para presentar sobre el cierre de listas a Néstor Kirchner el hecho consumado de la candidatura de Ibarra.

Y es precisamente el ex jefe de Gobierno quien más sentiría el surgimiento de una opción competitiva del kirchnerismo porteño, ya que en un debate que ya se insinúa nacional, le quedaría muy poco espacio político para colar su mensaje netamente distrital.