
La caÃda electoral instaló en la coalición peronista el debate sobre cómo y cuándo intervenir el gobierno de Alberto. |
El Presidente asumió el costo de la derrota entregando su reelección. En cualquier otra situación serÃa un sacrificio mayor, pero no alcanzó. Un dato de la realidad que expone la naturaleza muy particular del animal que hoy gobierna la Argentina. El Frente de Todos es una coalición peronista integrada por socios mayoritarios -Cristina, los gobernadores, intendentes del Conurbano y Massa- que tienen una base polÃtica y territorial propia de la que carece el Presidente.
"Los que perdemos somos nosotros, Alberto no pierde nada y cuando se vaya le queda su busto en la Casa Rosada", grafica un dirigente kirchnerista. Un retrato de la paradoja que vive el oficialismo: el Presidente es tan débil en términos polÃticos, que ese "no tiene nada para perder" lo ubica en un terreno de desaprensión propia de quien ya ganó todo lo que tenÃa para ganar.
Entonces se plantea la idea de la intervención. Que por ahora, en medio de una confusión importante, se piensa en dos fases: Una polÃtica inmediata con la renuncia de Santiago Cafiero a la jefatura de Gabinete y una segunda fase con la salida de MartÃn Guzmán del control de la EconomÃa, luego de que cierre el acuerdo con el FMI.
Cafiero dijo que no habrá cambios de gabinete, pero crece la presión para que lo reemplace Massa
Una traducción al organigrama del Gobierno de las razones simples que se atribuyen a la derrota: La foto de Olivos más la crisis económica. Cafiero fue el jefe de campaña y es el jefe de una administración, que en la propia coalición de gobierno es vista como dispersa y poco eficaz. Por eso, se pide su salida.
El problema de la economÃa es evidente, falta de rumbo claro y ausencia de un plan de estabilización que ponga un freno a la continúa pérdida de poder adquisitivo de la población. Es decir, un freno a la pobreza.
Esta situación encuentra al Gobierno en una confusión importante. Cafiero negó su salida y un cambio importante de gabinete, se supone que alentando por Alberto. Y esto lleva a preguntarse porque este Presidente, con las caracterÃsticas delimitadas de su poder real, buscarÃa exacerbar una confrontación interna en su momento de mayor debilidad. Un reflejó que Cristina ya detectó, cuando en medio del escándalo de la foto de Olivos lanzó su reelección.
Ahora, la confusión no es un monopolio de la Casa Rosada. Porque cuando se indaga sobre la corrección posible, surge la idea de la radicalización como una salida que enderece el Gobierno y recupere votos, en un remix tardÃo de la estrategia que trazó Nestor Kirchner luego de su derrota ante De Narváez.
Sin embargo, esa idea deberÃa sortear una serie de interrogantes. ¿Es probable que ir a fondo con iniciativas como la expropiación de VicentÃn o el cepo a las exportaciones de carne, regresen al Frente de Todos el voto de la clase media? ¿No será al revés, que en esas medidas insinuadas o concretadas fue que se lo perdió? ¿Es la moderación de Alberto un problema o el problema es que se desdibujó esa moderación?
La gran elección de Schiaretti, la irrupción de Milei, incluso el surgimiento de Manes y el triunfo de Frigerio, acaso sugieren que hay una Argentina que valora la posibilidad de un paÃs capitalista y pro mercado, de base agropecuaria. Crecer a partir del campo, no en contra.
Pero desde la polÃtica, la critica a la tibieza del albertismo tal vez contenga cierto sentido. "Nadie vota fotocopias", es la simplificación que resume el desafÃo fundamental que enfrenta la coalición peronista.
La promesa implÃcita del 2019 fue la creación de un instrumento polÃtico superador, de centro, que dejaba atrás los antagonismos que azuzó el kirchnerismo, pero con una experiencia en la administración del poder y sensibilidad social superadora del macrismo. Acaso una parte de la sociedad entendió este domingo que esa promesa superadora no se concretó. Y el Gobierno quedó en un mal lugar, en una zona gris donde sumó a ese desencanto la desilusión de los propios por su "tibieza".
Recuperar el entusiasmo de los propios es un camino sencillo de recorrer para el sector que lidera Cristina. Ya lo vivimos. Ahora, esto podrÃa implicar un regreso a la lógica de la minorÃa intensa, un lugar confortable, de certezas, pero alejado de la construcción de mayorÃas, que exigen el esfuerzo de los matices.
Esa contradicción polÃtica de fondo nos regresa al mecanismo de la intervención del Gobierno. Sergio Massa es hoy el nombre que se agita como solución. Pero salvado el inconveniente que Massa sigue diciendo que gracias pero no, quien sea que asuma la conducción de la administración, tiene un solo desafÃo: instrumentar un plan de estabilización exitoso. Y las medidas que ese camino requiera, acaso agudicen las contradicciones del actual dispositivo de poder.
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que: si te "apoyo" (2017) es sólo para que termines tu mandato en paz y te vayas, y si te "castigo" (2009, 2021) es para que hagas las cosas mejor porque quiero que sigas. Una sociedad bastante tóxica la nuestra. Se sale como se salió siempre, creando empleo.
a ver, un solo ejemplo, un bastion: Matanza
- 44% 2021,
- 30 puntos menos q 2019
si algo caracteriza a Matanza es su "clase media".........
cortenla con las boludeces:'
- no se trato d un triunfo PRO, ya q solo conservaron su volumen electoral 2019......q los llevo a la derrota presidencial d ese año.
- se trato d una deblacle frentista, perdida d 20 puntos
- esos 20 puntos no fueron a la derecha:
fueron a la izkierda
voto blanco
voto nulo
ausentismo
y como los votos q se perdieron son votos peronistas, votos laburantes, se sale con peronismo.