Sin duda el 2018 será el año de mayor conflictividad social de la era Macri. Así lo manifiestan los especialistas que descartan una importante caída de hasta el 12% del salario real y un alza del desempleo que tendrán un claro correlato en los niveles de pobreza.

Los intendentes del conurbano están muy preocupados por esta situación porque es aquí donde se presenta el panorama de mayor vulnerabilidad, con tasas tanto de desocupación como de trabajo no registrado por encima de la media del país.

Estiman que la pobreza subiría al 35% y el desempleo llegaría a 2 dígitos

Según datos del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), una persona que vive en esta región tiene un 85% más probabilidades de tener un empleo informal que un porteño. A su vez, el porcentaje de trabajadores sin aportes al sistema de seguridad social es más del doble que en Capital Federal y el promedio salarial es un 55% inferior.

En el primer trimestre de este año, el Indec reportó una desocupación de 634.000 personas en el conurbano -2 puntos porcentuales más que el promedio del país- y una subocupación de 596.000 bonaerenses. Al mismo tiempo, se calcula que el empleo no registrado engloba en torno a las 2 millones de personas en los partidos del Gran Buenos Aires.

El desempleo subió a 9,1% en el primer trimestre y sumó 400 mil nuevos desocupados

Dado que la crisis económica comenzó en el segundo trimestre del año, es esperable que los próximos números sean todavía más negativos. En especial si se considera que los datos del trabajo "en blanco" -que ya fueron difundidos por la cartera de Triaca- arrojan una pérdida de 106.000 vacantes durante los primeros seis meses del año.

Para tener una idea de las futuras proyecciones, el Diputado por el Frente Renovador y ex Viceministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo, indicó a LPO que "según la teoría económica por cada puesto laboral registrado se pierden 3 vacantes informales, pero hoy en día esa relación bajó a 1,8 o 2". Así, a los 69.300 empleos en blanco perdidos en el segundo trimestre, se agregarían otros 140.000 puestos menos.

Por otro lado, la consultora Eco Go hace un análisis de elasticidad empleo-producto para ver cómo golpea la recesión en el mercado laboral. "Por cada punto de caída del PBI, en general el empleo cae entre 0,5 y 0,6 puntos porcentuales", aseguró a este medio el analista en mercado de trabajo Juan Ignacio Paolicchi. "Pero lo novedoso de este contexto es que el parate de la obra pública va a amplificar este efecto porque la construcción es el sector que más tracciona empleo y es el más sensible ante la caída o el alza del PBI", puntualizó.

De hecho, en 2017 la construcción fue la rama más dinámica en términos laborales con una suba del 42,6% de sus vacantes. Ya en 2019, al estimado freno en los créditos UVA se suma que el Presupuesto contempla una reducción del 0,5% del PBI en los gastos de capital, lo que equivale a un recorte por $92.000 millones de pesos.

¿Qué tipo de empleo crea la economía de Macri?

La construcción a su vez, es uno de los sectores que registran los números más elevados en cantidad de trabajadores informales, que para el primer trimestre del 2018 llegaban a 484.000 empleos.

Por lo tanto, para Daniel Arroyo si cuando la economía estaba en crecimiento se veía un aumento de la informalidad del 5,8% para el primer trimestre de 2018 con 8 de cada 10 nuevos puestos de trabajo correspondientes a asalariados en negro y cuentapropistas, esa relación se profundizará aún más con una variación negativa del PBI.

Crece el empleo, pero avanza la informalidad y el cuentapropismo

"El modelo que encarna el Gobierno con una estructura productiva basada en soja, minería y el sector financiero, hace crecer la informalidad por una cuestión estructural. Pero, ahora que la recesión está pegando mucho aumenta este crecimiento de la informalidad y la gente que tiene changas gana menos que el año pasado", subrayó el Diputado.

Desde Eco Go coinciden con estas previsiones ya que "el sector no registrado es el más perjudicado por la inflación por tener muchísimo menos poder de negociación para sentarse a discutir paritarias. Y ante esta coyuntura, prefieren quedarse con el empleo antes que negociar salario".

Para Eduardo Donza, investigador del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, el mayor impacto en el ámbito del empleo precario se dará por una pérdida salarial y no tanto por un alza de desempleo dada la flexibilidad que caracteriza a las changas. "Seguramente se ocuparán menos horas al perder muchos clientes producto de la restricción del gasto de los sectores medios. Esto lógicamente genera una caída fuerte de ingresos reales, pero no se refleja en un aumento del desempleo porque se sigue contemplando como una persona ocupada", manifestó Donza.