Será un día histórico en el Congreso. Por primera vez, los parlamentarios podrán pronunciar sus discursos en cualquiera de las lenguas que tienen carácter oficial en una comunidad autónoma. La exclusividad del castellano la romperá José Ramón Besteiro, diputado del PSOE por Lugo, quien adelantó que intervendrá en gallego.
La medida, impulsada semanas atrás por los socialistas y sus socios parlamentarios y materializada en el debate mismo de la la reforma del Reglamento del Congreso (que se aprobará el jueves), tiene una carga simbólica y política de muchísimo calado. Se trata del estreno, de la primera postal, de la España plurinacional que anhelan Pedro Sánchez y Yolanda Díaz para la próxima legislatura.
Y la primera concesión del PSOE al independentismo catalán en la negociación de investidura. El uso de las lenguas cooficiales fue uno de los compromisos exigidos por ERC y Junts para apoyar la Presidencia de la Mesa del Congreso para la socialista Francina Armengol.
De ser investido Sánchez, el debate territorial - el encaje de Cataluña y los territorios históricos en España-, censurado en anteriores legislaturas, estará muy presente en el Congreso.
"¿Por qué en un Estado sólo puede haber una nación? y ¿por qué el Estado español no puede ser plurinacional?", se preguntó días atrás el lehendakari, Iñigo Urkullu, al proponer a través de una columna en El País celebrar, en el plazo de un año, una convención constitucional que permita "pactar una interpretación de la Constitución" sobre la cuestión territorial.
Un estado plurinacional, a grandes rasgos, es la organización política y jurídica de una sociedad con varias naciones unidas en un solo estado. Una nación de naciones, en otros términos.
La Constitución, en su artículo 2, no contempla este modelo. Sentencia que España es una "única nación con nacionalidades y regiones", y que la única titular de la soberanía es "la nación española".
Para la derecha política y para el establishment económico el discurso de Rego será leído como la primera semilla de la "destrucción" del Régimen del 78, amenazada, según el PP y Vox, por un PSOE capaza de abrir la puerta a la amnistía y a la unilateralidad de Cataluña "con tal de ser investido".
En el caso del PP, su portavoz, Borja Sémper, adelantó que no harán "el canelo de cara a la galería", confirmando que seguirán usando el castellano en sus interlocuciones. "Entendemos que tenemos una lengua común para comunicarnos", aclaró la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, al rechazar la nueva reglamentación.
Lo concreto es que ya desde el primer pleno de este nuevo ciclo político los diputados se podrán tanto en castellano como en catalán, gallego o euskera.
ERC, Junts y BNG tienen previsto utilizar el catalán y el gallego respectivamente en todas sus intervenciones en el Congreso. Mientras que el PNV y EH Bildu compaginarán el euskera con el castellano en sus discursos, según las valoraciones de sus portavoces.
Algunos diputados del PSOE y Sumar, aquellos que saben catalán, euskera o gallego, también usarán estas lenguas cooficiales en sus discursos. En el caso de la formación de Yolanda Díaz, grupo que integran siete partidos, hay formaciones como En Comú, Compromís, Més o CHA que analizan dejar de lado el castellano en algunas intervenciones.
Para poner en practica el plurilingüismo, el Congreso ha tenido que comprar 650 pinganillos para la traducción simultánea con una contratación de urgencia (53 mil euros). En este periodo habrá, además, hasta 12 traductores.
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