En 1992, cuando se celebró la primera cumbre climática en Río de Janeiro (Brasil), las advertencias científicas ya estaban sobre la mesa. "La ciencia ya apunta a la influencia humana: el cambio climático a causa de las emisiones de CO2", rezaban los titulares de la prensa de la época.
Las advertencias, sin embargo, eran para la mayoría de los ciudadanos "futuristas" y "abstractas". Treinta años más tarde, en la inauguración de otra COP, aquellas alertas son tangibles, reales y palpables.
Los devastadores impactos de la crisis climática en el 2023, el año más caluroso y extremo de la historia, son una amenaza sistémica y existencial para el futuro de la humanidad.
"Estamos viviendo el colapso climático en tiempo real, y el impacto es devastador. Los países en desarrollo están siendo devastados por desastres que no causaron", señaló este jueves el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en su llegada a Dubái.
En su mano tenía el informe sobre el "Clima Global de 2023" publicado horas antes por la Organización Meteorológica Mundial, con cifras y mediciones alarmantes.
- La temperatura media mundial cerca de la superficie en 2023 (hasta octubre) estuvo alrededor de 1,40 + 0,12 °C por encima del promedio de 1850-1900.
- Es prácticamente seguro que 2023 será el año más cálido en el registro observacional de 174 años.
- Las concentraciones observadas de los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) alcanzaron niveles récord en 2022.
- El contenido de calor del océano alcanzó su nivel más alto en 2022, el último año completo disponible de datos en el registro de observación de 65 años.
- En 2023, el nivel medio global del mar alcanzó un nivel récord en los registros satelitales (desde 1993 hasta el presente), lo que refleja el continuo calentamiento de los océanos, así como el derretimiento de glaciares y capas de hielo.
- La extensión del hielo marino de la Antártida alcanzó en febrero un mínimo histórico absoluto para la era de los satélites (desde 1979 hasta el presente).
- Los glaciares del oeste de América del Norte y los Alpes europeos experimentaron una temporada de derretimiento extremo. En Suiza, los glaciares perdieron alrededor del 10% de su volumen restante en los últimos dos años.
La publicación incluye la lista de los fenómenos meteorológicos extremos de 2023, el "colapso climático en tiempo real", en palabras de Guterres.
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Dice la WMO: "Los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos tuvieron impactos importantes en todos los continentes habitados en 2023. Estos incluyeron grandes inundaciones (algunas de ellas asociadas con ciclones tropicales), calor y sequía extremos, e incendios forestales asociados que presentaron desafíos para la seguridad hídrica y alimentaria, así como para la bienestar humano".
El listado empieza con el evento que más perdidas de vidas dejó: el ciclón mediterráneo de septiembre (o medicane, conocido localmente como "Tormenta Daniel"), que impactó en varios países, entre ellos España.
En sus etapas iniciales, la tormenta produjo condiciones extremas en Grecia, el sur de Bulgaria y partes de Turquía. En la región griega de Tesalia las lluvias alcanzaron un total de 1.096,2 mm en cinco días, una cifra sin precedente.
Luego, la tormenta siguió avanzando lentamente en el Mediterráneo oriental durante varios días antes de que sus principales bandas de lluvia impactaron en el noreste de Libia. Las consecuencias más extremas las sufrieron en la ciudad de Derna, donde gran parte del centro de quedó destruido por las inundaciones y el derrumbe de dos represas.
El saldo: 4.345 muertos y 8.500 personas desaparecidas (al 11 de octubre). "Las estimaciones sobre la tormenta Daniel indican que aproximadamente 43 000 personas más fueron desplazadas en el noreste de Libia", detalle el informe.
Otro fenómeno climático extremo fue el ciclón tropical Freddy, en febrero y marzo fue, "uno de los ciclones tropicales más longevos del mundo". Se formó el 6 de febrero frente a la costa occidental de Australia con recorrido por Madagascar, Mozambique, Malawi.
"Futuro no asegurable": el cambio climático amenaza con dejar sin pólizas a los países más expuestos Este último país no se había recuperado de las devastadoras tormentas de 2022 cuando llegó este nuevo impacto meteorológico, que dejó 679 muertes reportadas y más de 659.000 desplazamientos internos.
En mayo llegó el turno del ciclón tropical Mocha, uno de "los más intensos jamás observados en la Bahía de Bengala, alcanzando vientos sostenidos máximos de 115 nudos durante 10 minutos".
El ciclón provocó 1,7 millones de desplazamientos en toda la subregión, desde Sri Lanka hasta Myanmar (148 muertes y 270 mil edificios dañados) y pasando por India y Bangladesh.
Otro tormenta devastadora, el ciclón Gabrielle, desencadenó el desastre natural más grande en la historia de Nueva Zelanda, con muertes, desplazamientos y pérdidas económicas totales de 8.600 millones de dólares.
En noviembre, el Huracán Otis arrasó con gran parte de la infraestructura y el paisaje de la ciudad de Acapulco, en México. La tormenta tomó una virulencia extrema a última hora que sorprendió a los meteorólogos e impidió activar las alertas. Los daños económicos se siguen calculando. "El desastre no tiene precedente", lamentaron las autoridades de esta ciudad.
Las intensas olas de calor marcaron el clima en 2023. Las temperaturas "extremas y persistentes" abrasaron el sur de Europa y el norte de África, especialmente en la segunda quincena de julio.
Muchas ciudades batieron récord de calor: Túnez (Túnez) (49,0 °C el 24 de julio), Tirana (Albania) (43,0 °C el 25 de julio), Agadir (Marruecos) (50,4 °C el 11 de agosto) y Argel (49,2 °C el 23 de julio), por ejemplo.
"Numerosos lugares del sur de Francia, del norte de España y del oeste de Suiza batieron récords durante estos acontecimientos, entre ellos Toulouse (42,4 °C el 19 de agosto)", detalla la publicación.
Europa también sufrió "una gran actividad de incendios forestales durante el verano", particularmente en Grecia, donde el fuego quemó 93.000 hectáreas, transformándose "en el incendio más grande jamás observado en la Unión Europea".
En Canadá, la temperada de incendios forestales "superó con creces cualquier cifra registrada anteriormente", detalla la WMO.
Los incendios comenzaron a finales de abril, se expandieron durante un mayo muy cálido y seco y continuaron durante todo el verano y principios del otoño.
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La superficie total quemada a nivel nacional al 15 de octubre era de 18,5 millones de hectáreas, más de seis veces el promedio de 10 años (2013-2022) y muy por encima del récord estacional anterior de 7,1 millones de hectáreas en 1995.
"Los incendios también provocaron una contaminación por humo significativa y generalizada, particularmente en las zonas densamente pobladas del este de Canadá y el noreste de Estados Unidos en la primera quincena de junio. Seis muertes se atribuyeron directamente a los incendios, aunque aún no se han evaluado en su totalidad los efectos más amplios del humo en la salud".
El incendio forestal "más mortífero" del 2023 se produjo en Hawaii, en el lado occidental de la isla de Maui. La baja humedad, los fuertes vientos impulsados por la circulación del huracán Dora y la sequía preexistente favorecieron la propagación de un fuego que arrasó, literalmente, la ciudad de Lahaina.
El desastre climático dejó un saldo de menos 99 muertes, la mayor cantidad en un incendio forestal en los Estados Unidos en más de 100 años. "Los incendios forestales de tal intensidad y velocidad de movimiento son extremadamente raros en los trópicos", reconoce la Organización Meteorológica Mundial sobre la excepcionalidad del evento.
La sequía marcó el pulso climático de este 2023, con estragos en el noroeste de África y partes de la Península Ibérica, así como en partes del centro y suroeste de Asia, intensificándose en muchas partes de Centroamérica, el norte de Sudamérica y el sur de los Estados Unidos.
"Entre las zonas de sequía más importantes se encontraba una zona de América del Sur subtropical, centrada en el norte de Argentina y Uruguay. Las precipitaciones de enero a agosto estuvieron entre un 20% y un 50% por debajo del promedio en gran parte del norte y centro de Argentina, y algunas regiones experimentaron su cuarto año consecutivo de precipitaciones significativamente por debajo del promedio. Hubo importantes pérdidas de cosechas en Argentina, con una producción de trigo en 2022-23 más de un 30% por debajo del promedio de cinco años. En Uruguay, los almacenamientos de agua alcanzaron niveles críticamente bajos, lo que afectó gravemente la calidad del suministro a los principales centros, incluido Montevideo", detalla el informe.
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A la sequía de larga duración en el Gran Cuerno de África le siguieron fuertes lluvias, desplazando a 1,4 millones de personas. Este región volvió a perder parte de sus cosechas por dos años consecutivos de sequía.
Concluye el informe: "La seguridad alimentaria, los desplazamientos de población y los impactos en las poblaciones vulnerables seguirán siendo motivo de preocupación, y los peligros meteorológicos y climáticos exacerbarán la situación en muchas partes del mundo".
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