
El efecto Berlusconi se siente 24 horas de su fallecimiento. Es que Forza Italia, el partido que creó y condujo desde 1994, aparece en la encuesta de Winpoll publicada este martes como la segunda fuerza del bloque de derecha. Los del expremier irrumpen con un 13,3%, por encima de la Liga (7,1%) y a solo siete puntos de Fratelli d'Italia, el partido de Giorgia Meloni, que sigue en lo alto del podio con el 28,7% de las preferencias.
La foto es la de un espacio cohesionado que se mantiene, con el progresista Partido Democrático flotando en un 21,3% (Elly Schlein, lÃder del partido desde febrero, viene impulsando a la oposición) sin representar una amenaza real, pero con la nostalgia berlusconista al alza y un escenario incierto en relación con la sucesión y el nuevo liderazgo de FI, pieza clave en el Ejecutivo de coalición de Meloni.
La muerte de Berlusconi abre una fuerte interna por el liderazgo de la derecha italiana
Las posibilidades que se abren son muchas. En verdad, FI nunca fue más que la plataforma que le permitió a Berlusconi llegar al gobierno, negociar cuotas de poder en momentos de crisis -incluso lo fusionó en la alianza ya extinta de Il Popolo della Libertà -, llevar a Meloni a Palazzo Chigi y, antes que nada, traducir su enorme influencia empresarial en la vida polÃtica de su paÃs.
De hecho, los nombres que suenan para sucederlo esperan alguna señal de Marina Berlusconi, la hija predilecta del exjefe del Gobierno, presidenta de Fininvest y el grupo editorial Mondadori. Marina ha tomado las riendas del emporio cuando la salud de su padre empezó a declinar. Por su parte, Pier Silvio Berlusconi, seguirá como director general de Mediaset, la filial mediática de Fininvest y desde donde el patriarca trasformó la forma de hacer polÃtica.
"Cuando entró en polÃtica tuvo un éxito muy fuerte. Ha sido un personaje raro, muy envidiado, ha revolucionado la comunicación, con la televisión privada, con programas en contra de la RAI. Ese poder ha ido confluyendo en su acción polÃtica. Ha generado un populismo sin precedentes en una polÃtica como la italiana, que siempre ha sido de elite. Berlusconi ha bajado a la vida cotidiana de la gente, a los eslóganes, la simplificación de la polÃtica. Ha inaugurado la época de los video-messaggio, algo que nadie habÃa hecho con tanta relevancia", dice a LPO Francesca Staiano.
La doctora en Derecho Internacional por la Universidad Sapienza de Roma coincide que con esa fórmula ha encontrado el éxito polÃtico y ahora deja a una "derecha está bien instalada, con o sin Berlusconi". "Su vida y su muerte han contribuido a una fuerte unificación de la derecha, que ha sabido juntar las energÃas a diferencia de la izquierda", apunta. Lo cierto es que Meloni se debate entre facilitar una transición ordenada para sus socios o intentar un asalto a la formación acéfala que ha dejado Berlusconi.
La opción más prudente es la de Antonio Tajani, ministro de Exteriores y un dirigente de consenso que se enteró de la muerte de su jefe en Washington, donde gestionaba con Antony Blinken la visita de Meloni a la Casa Blanca. Pero el canciller deberá verse con Marta Fascina, diputada y última novia del magnate. Aún no reveló si piensa tomar la posta o dejarle el liderazgo a otra figura del partido.
Berlusconi les prometió a los jugadores de su equipo "un autobús de putas" si ganan
Licia Ronzulli, quien fue la enfermera y organizadora de las fiestas sexuales de Berlusconi, sigue al frente de la bancada de FI en el Senado, si bien degradada por su jefe al desconfiar de la buena sintonÃa con la Liga. La senadora tiene un gripo propio dentro de la formación y, con los sondeos favoreciendo a FI, no dudará en intentar un liderazgo nuevo. Gianfranco Micciché, aliado de Berlusconi desde joven, auguró que el partido no sobrevivirá a su creador.
"Habrá una batalla sucesoria por su herencia bastante curiosa, van a tener que hacer una versión italiana de Succession. Influye mucho lo que pueda pasar en lo empresario. En caso de que haya una sucesión polÃtica tranquila, Tajani serÃa la lÃnea más continuista y que más convendrÃa a Meloni, que como una persona conservadora prefiere que se muevan poco las cosas. La otra opción es la implosión, que haya una desbandada de diputados y que unos vayan a partidos centristas y otros al de Meloni o la Liga", explica Jaime Bordel a este medio.
Meloni sabe que juega con un arma de doble filo. La polÃtica italiana es particularmente sensible a cualquier cambio, pero la jefa del Gobierno tiene el partido más fuerte de la derecha y un proyecto estable. La tentación de neutralizar a FI es grande, más que puede seguir en auge y amenazar la primacÃa de los Fratelli. Meloni sentÃa que su Ejecutivo comenzaba a tomar forma y Berlusconi vino otra vez, la última, la polÃtica italiana.
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