I
Happy hour, donde siempre, con los de siempre, a lo seguro, como siempre, anotá: liberalización de los mercados, un mejoramiento del marco fiscal, correcta asignación del gasto público, seguridad jurídica, previsibilidad, un par de tips más, y con eso da para una charla semanal, no coloquio, pero casi seminario.
Un llamado a Miguel Angel y Juan Carlos, así toma otro color. Un par de notas con los amigos, sin castigar mucho, no vaya a ser cosa que el “Loco” corte contratos. Sí generalidades, sí peligros, no onda Carrió. Que quede claro: no Apocalipsis, sí vulnerabilidades.
Hay que estar, mostrarse, eso sí: nada de ideologías, sólo respeto a las instituciones y sentido común.
El más canoso bromea: che, proponemos un país donde nosotros seríamos los primeros excluídos. Risas.
Listo, el lunes arrancamos.
II
- En el Tortoni,¿no?
- Sí, ¿no?
- En un rato los maileo, por la dudas confirmamos por sms.
19 hs. mesa para seis. Se empieza a las 19.37, en ese momento sólo faltan dos.
Ella, no duda y dice: tenemos que marcar posición y deslegitimar los supuestos generados por el neoliberalismo en los 90. Todos asienten: en sus papers han compartido, con matices, miradas similares.
Se decide una segunda ronda de cafés, y uno se anima a proponer la designación de coordinadores para las distintas mesas, y uno general para la convocatoria en sí.
- Pará, pará, ¿llegamos con los carteles?
La pregunta no sorprende, sí desestructura. Se miran, buscan un responsable, y de pronto alguien recuerda que Roberto no puede compartir la mesa con Eduardo: tienen diferencias irreconciliables.
La tercera ronda de café apunta al último mail que envió Marcos desde Georgetown:
- ¡Qué bien que le va!
- Se lo merece
- ¿Vos creés?
Luego de una pormenorizada enumeración de los puntos tratados, se pone a consideración continuar el objetivo del meeting vía mail, y así coordinar no solo los contenidos del potencial seminario sino también de los lugares de las próximas reuniones.
Columna publicada en el blog
Janolandia.