Lo que hasta hace poco se mantenía en el terreno de la especulación es ahora un riesgo concreto para Joe Biden. El presidente no solo carga con el desgaste de una gestión de cuatro años y los cuestionamientos por su edad avanzada. Además, enfrenta el desafío de candidatos que deciden competir por fuera del Partido Demócrata y atentan así contra sus chances de doblegar a Donald Trump en una contienda que asoma más ajustada de lo que la Casa Blanca preveía.

Anticipada por LPO y confirmada finalmente esta semana, la ruptura del impredecible Robert F. Kennedy Jr con los demócratas puso en alerta a los asesores demócratas. Una vez más, desde el entorno de Barack Obama dejan trascender una inquietud que los colaboradores de Biden relativizan o no se permiten admitir. Puertas adentro, Obama y Biden no piensan lo mismo.

Kennedy Jr analiza romper con los demócratas para ser el candidato independiente que defina la elección 

El candidato antivacunas que pertenece a la dinastía Kennedy pero tiene una curiosa afinidad con emblemas del trumpismo hardcore como Steve Bannon genera un enorme signo de interrogación. En el marco de las filas demócratas, su candidatura parecía inocua para Biden. Pero como candidato independiente representa un problema. No es el único. También el académico afroamericano Cornel West constituye una amenaza porque puede capturar el voto del ala rebelde demócrata que hoy se siente decepcionada por Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez.

La amenaza de un tercero debe planificarse seriamente. Hay que decirle a la gente que votar por un candidato sin un camino hacia 270 significa que están prendiendo fuego a su boleta.

La señal oficial de alerta acaba de emitirla Jim Messina, el jefe de la campaña de reelección de Obama en 2012 que ahora es considerado un aliado de Biden. Sin embargo, Messina se expresó a contramano del mensaje de la Casa Blanca y no minimizó la posibilidad de que terceros candidatos puedan dañar el sueño reeleccionista de Biden. "Soy director de campaña, por lo que estoy programado para planificar todo y no entrar en pánico por nada, y la amenaza de un tercero debe planificarse seriamente", dijo Messina.

Jim Messina, el estratega que asesoró a Obama camino a la reeleción. 

Getty Images

La historia avala el optimismo de los estrategas de la Casa Blanca porque ningún candidato independiente o de un tercer partido ha ganado una votación electoral en los últimos cincuenta años ni tampoco por supuesto han logrado los 270 votos del Colegio Electoral que son necesarios para acceder al poder. Los tiempos, de todas maneras, están cambiando a un ritmo vertiginoso. Messina considera que subestimar el escenario sería un error fatal para los demócratas. Por eso, afirmó en las últimas horas que Biden y su equipo deberían ser más agresivos al advertir a los votantes sobre la amenaza que representa para el gobierno la existencia de candidatos externos. "Hay que decirle a la gente que votar por un candidato sin un camino hacia 270 significa que están prendiendo fuego a su boleta", dijo Messina.

El jefe de la campaña de reelección de Obama también le advierte a Biden que Trump puede ganar las elecciones

Con Biden y Donald Trump monopolizando la discusión política desde hace casi ocho años, la demanda de una alternativa que se diferencia de demócratas y republicanos está en niveles muy elevados. Según la última encuesta que publicó Gallup la semana pasada, el 63% de los adultos estadounidenses actualmente está de acuerdo con la afirmación de que los partidos Republicano y Demócrata hacen "un trabajo tan pobre" al representar al pueblo estadounidense y creen que "se necesita un tercer partido importante". 

El 63% de los adultos estadounidenses piensa que los partidos Republicano y Demócrata hacen "un trabajo tan pobre" al representar al pueblo estadounidense y creen que "se necesita un tercer partido importante". 

Es una de las cifras más altas desde que Gallup formuló la pregunta por primera vez hace exactamente 20 años. Aun así, no está nada seguro que los votantes insatisfechos finalmente voten el próximo otoño por Kennedy, West o un candidato centrista del movimiento No Labels. Históricamente, las encuestas muestran que el criterio de la gente que quiere un tercer partido nunca se tradujo en un apoyo sustancial a los candidatos independientes.

Por eso, las campañas de Trump y Biden aseguran que los outsiders no tendrán chance de influir en las elecciones y consideran que el intento es inviable debido a las fuentes de financiación o infraestructura política que hacen falta conseguir que su nombre aparezca en las boletas en la mayoría de los estado. No Labels es la gran excepción, ya que ya ha asegurado una línea de votación presidencial en 11 estados respaldada por un ejército de coleccionistas de firmas pagadas.