
La oposición venezolana asegura que esta vez es en serio. Aun después de la reciente inhabilitación polÃtica de MarÃa Corina Machado, la dirigente que encabeza las encuestas de las primarias antichavistas, la oposición se ilusiona con la posibilidad de ganarle por fin al régimen de Nicolás Maduro. O al menos eso sostiene uno de los anotados para terminar con la deriva autoritaria de Venezuela. Se trata de Freddy Superlano, quien será el candidato de Voluntad Popular en las internas del 22 de octubre. Las presidenciales se realizarán en el 2024. Y Superlano es el reemplazante de Juan Guaidó, corrido por decisión propia de la competencia.
La Plataforma Unitaria Democrática es una alianza de la que saldrá un candidato unificado para competir con Maduro. Si bien la proscripción de Machado dejó un mapa bastante débil y astillado, Superlano apuesta a liderar ese proceso. Pretende "que le quede claro ante los ojos del mundo quién tiene la batuta en la oposición a la dictadura", según explica él mismo durante su visita al estado de Florida. Lo dice desde el edificio del Americas Society/Council of the Americas (AS/COA), ubicado en Coral Gables, una ciudad residencial del condado de Miami-Dade. Superlano fue invitado a presentarse y exponer su programa. Y asà lo hizo ante un grupo de periodistas, diplomáticos y funcionarios, en el encuentro organizado por la organización estadounidense AS/COA.
En 2021, Superlano ganó las elecciones para la gobernación del estado Barinas, tierra natal de Hugo Chávez. El Tribunal Supremo de Justicia, sin embargo, anuló el resultado. El dirigente además fue diputado de la Asamblea Nacional de 2016 a 2021.
En su paso por Florida, dio un panorama sobre la situación en Venezuela y respondió preguntas de LPO. El postulante estimó que la deuda global del Estado de su paÃs es de 165 mil millones de dólares, prestados en gran parte por Rusia y China. Y prometió una serie de reformas ortodoxas, aunque no inmediatas: autonomÃa del Banco Central, control fiscal, reforma judicial y privatización en el mediano plazo a la petrolera estatal PDVSA, a la que le atribuyó un rojo acumulado de 70 mil millones de dólares.
"No se trata sólo de privatizar Pdvsa, que hoy dÃa no puede ni sostenerse a sà misma, sino de un cambio en el modelo de negocio para que pueda ser atractiva para la inversión extranjera", expuso. Y a su vez se inclinó por apostar gradualmente hacia las energÃas limpias, financiadas en un principio por la exportación petrolera.
El postulante presidencial calculó que la pobreza en Venezuela alcanza al 81% de la población y la indigencia al 53%. Y anticipó que destinará a ese universo de personas un programa de asistencia titulado Vale Familia de 100 y 50 dólares por mes. Para eso necesitará una inversión de 5 mil millones de dólares.
Respecto a sus prioridades económicas, ensayó un equilibrio. "Crearemos una comisión para revisar y clarificar las deudas que tenemos. Hubo expropiaciones y hay juicios en los tribunales del mundo, incluidos los Estados Unidos. Tenemos que dar la cara ante los acreedores y pagar, pero a la vez dar respuestas a la pobreza interna", afirmó.
¿Por qué esta vez sà la oposición podrÃa unificarse bajo un liderazgo sin internas para derrotar a Maduro?
Las circunstancias nos hacen cambiar. La cuestión tan natural del ser humano, que es la supervivencia. La dictadura de Nicolás Maduro sigue avanzando y amenaza con instalarse aún más. El régimen está copiando el modelo nicaragüense, con leyes que te inhabilitan. Algunos presentan inclusive propuestas de ley para quitarle la nacionalidad a aquellos que ellos consideren enemigos de la patria.
¿Esa copia del "modelo nicaragüense" favorece la unidad opositora?
Hace que tengas una capacidad reflexiva aún mayor y puedas entenderte con otros actores polÃticos que están pensando igual que tú, que tal vez a veces tienen diferencias en la forma, pero que podemos juntos desarrollar una polÃtica en común que nos permita alcanzar un cambio en el paÃs. Es la unidad estratégica. No estamos obligados a querernos unos con otros, pero sà a tolerarnos, por las circunstancias en las cuales estamos inmersos y por la amenaza constante que tenemos. Todo el que se dedique a hacer polÃtica en Venezuela padece una amenaza diaria de ser apresado, perseguido y por qué no hasta asesinado, como ha pasado. Eso nos tiene que hacer más reflexivos para entender el interés de un pueblo, no solamente los siete millones que están fuera, sino los que están en Venezuela, deseosos de que se produzca ese cambio.
¿A nivel social percibe ánimo de cambio o cierta resignación?
Hay un alto nivel de consciencia, de gente movilizada. La última primaria de este tipo con la oposición unificada fue hace más de una década. La salida de diálogo impulsada por México no termina de funcionar. Asà que estamos en condiciones de ganar las elecciones por una diferencia de 1 o 2 millones de votos.
En el hipotético caso de ganar las elecciones, ¿qué actitud tomarÃa hacia Maduro y la jefatura del gobierno?
No podemos asumir posiciones vengadoras contra Maduro, Diosdado Cabello y su régimen. Eso no significa que haya impunidad. Pero sà tiene que haber estabilidad, ciertos acuerdos. Ellos tienen denuncias judiciales acumuladas en todas partes del mundo. Si encabezamos el cambio de manera tibia, el ejército lo va a notar. Pero los militares le darán la espalda a Maduro si logramos una votación masiva en su contra.
¿Qué piensa del papel mediador que está teniendo el presidente colombiano Gustavo Petro?
Petro ha tomado un rol importante en el asunto de las inhabilitaciones. El hecho de haber sido vÃctima de una inhabilitación en su momento lo hace tener cierta empatÃa. Petro está muy activo porque Colombia es el paÃs con el que más compartimos frontera. Somos paÃses hermanos. Y porque tiene una identidad ideológica con Maduro. Eso puede utilizarse en beneficio de lavarle la cara a la supuesta izquierda de Maduro. Entonces ojalá juegue un papel más activo, no en pro de una tendencia ideológica, sino en favor de un pueblo venezolano deseoso de un cambio a través de una elección transparente, justa y democrática. Colombia además está interesado porque ha sido uno de los paÃses que más inmigrantes venezolanos recibió: cerca de tres millones en la actualidad. Eso genera un cambio profundo en su economÃa y perspectiva social.
Biden defiende su alianza con Petro ante la ofensiva republicana que lo asocia con el narco
¿Cómo ve la polÃtica del gobierno de Joe Biden hacia Venezuela?
Tengo que decirlo con todas las letras: la hemos visto muy flexible hacia una dictadura. Mientras la dictadura sigue en Venezuela, profundizando su radicalización, Biden ha sido más flexible en el otorgamiento de licencias y otras cosas. Creemos que debe ser un poco más duro para presionar un acuerdo polÃtico en Venezuela. Ojalá lo haga. TodavÃa está a tiempo de generar algún tipo de polÃtica. Nosotros se lo hemos manifestado.
El éxodo de miles de venezolanos se ha potenciado en los últimos años, y muchos vienen al estado de Florida gobernado por Ron DeSantis. ¿Cómo ve esa diáspora?
La diáspora no va a cesar si en Venezuela no cambian las condiciones. No somos un paÃs de cultura migratoria. Esto para nosotros es nuevo y en los últimos 10 años se ha incrementado. Antes era muy extraño que un familiar tuyo se fuera del paÃs. Hoy en dÃa es una constante dolorosa. A los Estados Unidos llega mucha gente a trabajar, con la intención de labrarse un futuro que su paÃs no le permite. Muchos desearÃan retornar. Pero esto solamente va a ser posible si Nicolás no está en el poder. Se que esto genera ruido para gobernantes del Estado por la migración y todo lo generado. Pero ojalá esto sirviera para colocar más énfasis o interés sobre lo que acontece en Venezuela.
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