La Policía Nacional detuvo a seis personas presuntamente involucradas en los disturbios durante las manifestaciones de la huelga del metal en Cádiz, en noviembre pasado, lo que generó el repudio hacia el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. El alcalde gaditano José María González, conocido como el Kichi, pidió la renuncia del socialista.

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"Están deteniendo a padres de familia en la puerta del colegio de sus hijos. Esto es una vergüenza", apuntó Kichi a través de Twitter. El alcalde, que también exigió la dimisión del subdelegado del gobierno central en Cádiz, había cruzado a Marlaska cuando sacó una tanqueta a las calles en pleno pico de las manifestaciones, lo cual le valió el reproche de Yolanda Díaz.

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La portavoz de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, ofreció "asesoramiento legal y apoyo social a las personas represaliadas", mientras las formaciones de izquierda pidieron explicaciones a Interior. Esperanza Gómez, coordinadora de Más País en Andalucía, apuntó al gobierno de Pedro Sánchez por criminalizar "la justa lucha de un pueblo por su trabajo, su futuro y su dignidad". En la misma línea se expresó el coordinador general de IU en Andalucía, Toni Valero.

Las detenciones de este jueves se realizaron en Cádiz capital y en la barriada del Río San Pedro, Puerto Real. La Policía les imputa el haber propiciado desórdenes públicos y atentados contra la integridad física de agentes de la autoridad. De esta forma, Marlaska vuelve a estar en el foco por su respuesta a los conflictos sindicales. Unidas Podemos desconfía del ministro y no oculta su intención de verle fuera del gobierno.

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Marlaska dio marcha atrás con el vehículo BMR (Blindado de Medios sobre Ruedas) que buscaba tirar abajo las barricadas en Cádiz por las quejas de Díaz y Podemos al PSOE. Con todo, no es el primer choque entre los morados y el ministro de Interior. La repatriación a Marruecos de menores que ingresaron a Ceuta también es un tema que aleja a los socios de gobierno.