
Semanas atrás, el Centro Común de Investigación (JRC), el servicio de ciencia y conocimiento de la Comisión Europea, publicó un crudo informe sobre los "críticos impactos" de la crisis climática (sequía persistente y el calor extremo) en el Mediterráneo.
La UE va a España como uno de los países más afectados por los impactos del cambio climático. Una de las mayores preocupaciones de Bruselas pasa el déficit hídrico y por la escasez en la disponibilidad de agua potable.
Al empeoramiento del clima -la advertencia de la investigación-, España tiene que sumarle una matriz productiva insostenible en su proceso de desertificación: su agricultura, la "huerta de Europa".
La península cuenta con la mayor superficie de regadíos de Europa, más de 3,8 millones de hectáreas, un tercio de todo el territorio regado del continente.
De acuerdo con la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, esta superficie no ha dejado de crecer en los últimos años.
España ha sumado más de 600 mil hectáreas en la última década. Este área se ha incrementado un 14 % entre 2010 y 2019.
"El potencial productivo que supone el regadío tiene como contrapartida el uso de un volumen importante de agua (en torno al 80 % del volumen total de usos del agua) en un país con territorios donde esta es escasa", reconoce el Gobierno en su Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación.
La Comunidad Autónoma de Andalucía es la que cuenta con una mayor superficie regada con 1.117.900 ha (29,2% del total). La siguen Castilla-La Mancha (572.300 ha), Castilla y León (463.100 ha) y Aragón (413.500 ha). Entre estas 4 regiones suman el 67,0% de la superficie regada del país.
El mayor crecimiento lo ha experimentado la CCAA que hoy lidera el socialista Emiliano García-Page. En 1996, según datos oficiales, Castalla La-Mancha tenía 353.801 hectáreas de regadío. En 2021 (último dato), la cifra ascendió a 582.767 hectáreas, un 65% más.
Crisis climática: la aridez aumentó en el 84% de la superficie de España en la última década
Para científicos y ecologistas, España está obligado a "ajustar la oferta a sus recursos hídricos", lo que implica reducir la superficie de regadío debido a que la escasez de agua es un problema "estructural y no coyuntural".
"El campo español se ha pasado de frenada con el regadío, no puede seguir creciendo, tiene que decrecer", resume Santiago Barajas, portavoz de Ecologistas en Acción.
Por lo pronto, el poder político hace caso omiso al diagnóstico de los expertos. Castilla-La Mancha pretende incorporar 33.000 nuevas hectáreas al regadío.
García-Page ha anunciado que su gobierno va a ampliar la última convocatoria de ayudas al regadío con una inversión pública de 35 millones de euros, con otros 15 millones para "intentar llegar a todas las solicitudes de nuevos regadíos".
"Nos planteamos tener cada vez más regadíos", ha asegurado el presidente socialista al inaugurar los regadíos de una comunidad de regantes de Albacete.
El Ejecutivo puso a disposición una partida de 20 millones para poder incorporar todas las solicitudes de nuevos regadíos. Segú Page, la cifra se ha quedado "corta", por lo que se desembolsarán otros 15 millones para incluir toda la demanda.
"Casi lo vamos a doblar para intentar llegar a todas las solicitudes de nuevos regadíos de la última convocatoria", ha confirmado.
"El apoyo incondicional al aumento del regadío por parte de Page es irresponsable, pues llevará a una gran parte de la región al colapso hídrico", denuncia Barajas, quien lamenta que el PSOE tenga la misma política que el PP en lo que respecta a este problema estructural. "Lamentablemente no hay diferencia cuando gobierna uno u otro".
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