Tal como se preveía, el efecto de la cuarentena provocó un verdadero colapso de los ingresos públicos en abril, que quedaron 34 puntos porcentuales por debajo del avance de la inflación proyectada por las consultoras privadas.

Ya en marzo se había observado el impacto del coronavirus en las arcas estatales con una suba del 35,3% que representaba un retraso de 13 puntos respecto al alza de los precios.

En esta oportunidad, la recaudación apenas se incrementó un 11,6%, el peor resultado en décadas. "La recaudación tributaria se vio afectada por la caída en el nivel de actividad asociada al aislamiento social preventivo y obligatorio. El efecto que tuvieron las medidas implementadas desde mediados de marzo para evitar la propagación del coronavirus y minimizar el riesgo de contagio entre la población se sumó a las limitaciones que imponía el menor dinamismo de la economía arrastrado desde el año pasado", indicó la AFIP.

Los peores indicadores se reflejaron en el Impuesto a las Ganancias, que tuvo una suba de apenas el 1%, seguido por el IVA con una actualización del 8,3% que pasa a ser negativa en un 2,3% si se considera solamente el IVA impositivo, un verdadero termómetro del consumo.

En tanto, la seguridad social subió un 10%, dentro de la cual, las contribuciones patronales cayeron un 0,1% por los beneficios otorgados a algunas empresas.

Los derechos de exportación se elevaron un 18,3% -siempre en términos interanuales-, los derechos de importación un 39,4% y los créditos y débitos un 24,3%.

Bienes personales fue el único rubro con un incremento muy por encima de la variación del IPC, con un repunte del 506,1% debido a la suba de alícuotas dispuesta por la ley de emergencia económica, que también estableció el cobro del impuesto País a la compra de divisas, el cual recaudó $4.564 millones.