El fracaso de la licitación para la construcción de la refinerÃa de Dos Bocas y el anuncio de Andrés Manuel López Obrador de que Pemex se hará cargo de una obra que tiene un costo estimado de 8 mil millones de dólares, generaron dudas sobre el futuro de la petrolera estatal y temores de que arrastre a la economÃa mexicana.
La semana pasada, el presidente de México declaró desierta la licitación para construir la refinerÃa, la primera en 40 años, porque todas las propuestas privadas (incluida la de la argentina Techint) no cumplieron los requisitos impuestos por el gobierno mexicano: que se construya en tres años y con un costo de US$ 8.000 millones como tope, una cifra que los especialistas consideraban imposible de cumplir.
Como consecuencia, AMLO anunció que Pemex asumirá la administración y el desarrollo de la obra, una decisión que generó controversia. El anuncio provocó una inmediata reacción en los mercados con una fuerte presión sobre el peso mexicano y dudas sobre las condiciones financieras de la petrolera, que arrastra una millonaria deuda.
Es que esta mega obra es criticada en múltiples aspectos por los expertos del sector energético, quienes ya empiezan a acusar falta de detalles para iniciar una obra en menos de un mes y que no solo acusan su falta de rentabilidad, sino afirman que tampoco ayudará a resolver la seguridad energética. No obstante, AMLO insiste en que de esta manera habrá producción nacional de gasolinas, se bajará el costo de las mismas y se rescatará a Pemex.
López Obrador descartó además achicar la obra y ratificó el plan original, en una declaración que chocó contra las esperanzas de algunos analistas que contemplan que el Gobierno mexicano aún está en tiempo de reconsiderar las múltiples crÃticas del mercado y mandar un mensaje positivo. Y es que coinciden en señalar que es técnica y financieramente muy compleja la apuesta de AMLO, con lo que ven casi imposible su logro, o a un costo alto para el paÃs.
El proyecto de AMLO es seguido atentamente por las calificadoras crediticias, que habÃan adelantado un fuerte rechazo al plan original y ahora descuentan que Pemex no podrá volver a tomar deuda. Incluso, en el mercado ya se preguntan cuándo los papeles de Pemex quedarán rebajados a "bonos basura", lo que podrÃa arrastrar a toda la economÃa mexicana. Nadie en el mercado tiene claro de dónde saldrán los fondos para la obra.
El director de la ConsultorÃa GMEC, Gonzalo Monroy, explicó a LPO México que para los siguientes tres años Pemex debe pagar entre intereses y deuda, alrededor de los 28 mil 800 millones de dólares. Ahora la materialización del proyecto de Dos Bocas agrega una presión por 8 mil millones de dólares que aún no quedan claro de dónde saldrán. "Los primeros tres años van a ser de gran gasto y las pérdidas serán monumentales", dijo Monroy. "Ese es el elemento que más pone en riesgo no solo el proyecto de Dos Bocas sino también de la administración. En este panorama, se puede garantizar que puede perder en 12 meses el grado de inversión -por parte de las calificadoras- y posteriormente hasta la del soberano", alertó.
Otros temas que se critican al plan de AMLO es que, a menos de un mes de que se inicie su construcción no hay un plan maestro. También se señala que se tendrá que gestionar con las comunidades y reconocer impactos medioambientales. Pero otro asunto que no debe dejarse de lado es el normativo.
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