Gobierno
El gobierno soy Yo
Por Santiago Gerber
¿Retoma Milei alguna tradición de ejercicio del poder o terminaremos escribiendo sobre un estilo excepcional en el arte de gobernar?

Las primeras semanas del experimento de Javier Milei como presidente arrojan muchas pautas de lo que su gobierno intentará ser. Primer acto: devaluación y ajuste, anunciado por el ministro Luis Caputo; Segundo acto: desregulación salvaje de la economía, con un mensaje reservado para el presidente en cadena nacional.

Tiene sentido que Milei acaparara la comunicación del megadecreto: los anuncios que lo componen reflejan lo más profundo de su pensamiento. Se trata de un libertario convencido, que podrá incomodarse con actos que no tengan que ver con su expertise pero que jamás esquivará la jeringa de un anuncio relacionado al libremercado.

Las idea de desregulación están claras, tanto como la manera en que se intentará llevarlas a la práctica: como sea: No importan las formas: ni si es por decreto, ni si intervinieron estudios jurídicos en el mismo, ni si contradice el espíritu de la Constitución.

Milei gobierna, ejecutando, legislando y sin siquiera mirar de reojo a la Justicia. Tambalea la idea de los contrapoderes que "no lo van a dejar hacer lo que dice en campaña". Y eso que muchas de las ideas plasmadas en el megadecreto se emparentan bastante con las más disparatas que en su momento espantaron -¿o no?- a la opinión pública.

Mientras busca su propio estilo, surgen y seguirán surgiendo infinitas comparaciones con otros ex presidentes. ¿Retoma Milei alguna tradición de ejercicio del poder o terminaremos escribiendo sobre un estilo excepcional en el arte de gobernar? Lo disruptivo no es parte de una estrategia para llegar al poder sino más bien una manera de ser del entonces candidato y ahora presidente.

La idea de que los equipos provenientes del macrismo podrían profesionalizar el día a día hoy parece destinada al fracaso. Caputo es insolvente al enfrentar los micrófonos y luce incómodo cada vez que Milei refriega la gigantesca deuda que tiene la Argentina, Sturzenegger es provocador y sorprendentemente bruto al explicar los alcances de una medida, mientras que Patricia Bullrich demostró en un solo día que la represión de los cortes de calle no incluye a los sectores de clase media.

Rodeado por su hermana y por una tropa de jóvenes influencers, Milei continúa con su estilo histriónico y polémico, sobre todo a través de las Redes Sociales, que lo llevaron a ser quien es. Para bien o para mal, instala agenda y siempre divide las aguas: basta una simple lectura de lo que escribe para entender qué tienen que hacer los argentinos de bien que quieran ser iluminados por las fuerzas del cielo. Desde su celular, marca el camino: el Gobierno es él.

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