Los pálidos números que muestra en las encuestas el PRO en la provincia de Buenos Aires hicieron que el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, analice otra vez un acuerdo con Francisco de Narváez para disputarle al kirchnerismo las próximas elecciones legislativas.

Desde el PRO saben que no cuentan con ninguna figura convocante luego de la renuncia de Gabriela Michetti a dar el salto a Provincia y la negativa del propio Macri. Por eso los casi 17 puntos que cosechó De Narváez en 2011 son vitales. Tal es así que en el PRO, por lo bajo, admiten 20 puntos como cosecha es un número aceptable.

Así, desde la mesa chica del PRO comenzaron a tender puentes con el diputado, según consigna el diario Clarín en su edición de hoy para conformar una lista de unidad. Sin embargo, existen algunos puntos que podrían dinamitar el acuerdo que reeditaría aquella fórmula de Unión PRO que sorprendió y ganó en 2009.

Según pudo saber LPO, la principal traba es la desconfianza del propio Macri hacia el zigzagueante camino que podría tomar De Narvéz. Es que el jefe de Gobierno porteño, teme que pocas horas después de la elección (y por qué no esa misma noche) De Narváez se vuelque por respaldar la candidatura a presidente de Daniel Scioli.

Todo el trabajo del PRO sería capitalizado por el ex motonauta y Macri sufriría más que un papelón.

Pero a los sentimientos de Macri se le suman también las exigencias de De Narváez. El Colorado quiere sí o sí retener cuatro bancas en Diputados que vencen este año: la suya, la de Natalia Gambaro, la de Alfredo Atanasof y la de Gustavo Ferrari. Su pedido será encabezar esos cuatro lugares.

Además exige los pirncipales lugares en las boletas de legisladores provinciales.

De todos modos, todavía De Narváez no se lo comunicó en forma “oficial” a Macri sino que se trata de los primeros tanteos en una negociación que llevará varios meses. En el macrismo estiman que con un acuerdo podrían ganar 7 u 8 diputados pero el miedo a un abandono de De Narváez también pesa.

Los intendentes y la desilución de Melconián

En ese escenario, quienes apuestan fuerte al acuerdo son los intendentes del Conurbano que vienen jugando con Macri: Gustavo Posse, de San Isidro, Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas, y su primo Jorge Macri, de Vicente López.

Justamente, Jorge Macri habló de “la necesidad de generar un frente en la provincia”, en una nota concedida a La Nación. “Un frente” es, obviamente, un acuerdo con De Narvéz. Además, estos intendentes quieren colocar en las listas nacionales y provinciales cada uno a un hombre de su confianza.

Quien quedaría un tanto relegado con esta movida es el economista Carlos Melconián, que hoy ostenta el título de principal candidato del PRO. No obstante, en el macrismo admiten que su candidatura es negociable, sobre todo porque ninguna encuesta lo ubica con más de 5 puntos de intención de voto.

Por estas horas, el economista está “desilusionado”, según contaron fuentes del PRO a LPO, por el internismo que vive el partido amarillo. Es que los intendentes con Jorge Macri a la cabeza, resisten la estrategia bonaerense que con evidentes dificultades viene intentando plasmar el ministro de Gobierno, Emilio Monzó.

Sin embargo, Macri tranquilizó al ecomista y le aseguró que su candidatura sigue en pie. Y le puso como ejemplo la costosa campaña de carteles con su cara que el PRO desplegó en los accesos a la Ciudad y en puntos estratégicos del Conurbano.