Mariano Recalde suena en el Gobierno como próximo ministro de Transporte, un área que ahora está en manos de Florencio Randazzo, quien apuesta a escindirla de Interior y tenerla a su cargo.

Pero en el Gobierno no lo consideran la persona indicada, porque Cristina desconfía de él -entre otras cosas por sus acuerdos por debajod e la mesa con Daniel Scioli-, aunque le reconoce su capacidad de gestión. Y aunque creyó que con Transporte se incineraría pronto, el ministro lo tomó como prioridad y ahora apuesta a que sea su próximo destino exclusivo.

Randazzo está convencido que si "soluciona" el desastre del transporte público, en el 2015 podría ser candidato a gobernador bonaerense, o porqué no, hasta a Presidente, reconocen sus allegados. Si eventualmente se concreta su plan, para Interior ya suena el diputado Agustín Rossi.

Recalde, en tanto, hizo saber a los suyos que ve con agrado una salida de Aerolíneas Argentinas, una verdadera silla eléctrica. Su eterno sueño es desembarcar en el MInisterio de Trabajo y reemplazar a un desgastado Carlos Tomada, quien ya hizo saber su deseo de abandonar la cartera que ocupa desde 2003 -ahora aduce supuestos problemas de salud-.

Convencido ya que poco tendrá para lugar donde arribar luego de 2015, Recalde, que tiene un doctorado en derecho laboral, sugirió que sería un broche de oro a su corta carrera política terminar en el Ministerio de Trabajo.

Un ejemplo de gestión

La traba para cualquier movida es la menos pensada: para Cristina Kirchner Recalde es elemental en Aerolíneas Argentina, que tiene un déficit diario de 2 millones de dólares diarios.

A la presidenta poco le importan esos números. Se contenta con que tenga controlado a los gremios, sobre todo a los pilotos, capaces de paralizar la compañía en minutos.

Sin embargo, esta pax social que logró con los gremios no es homogenea. Hasta ahora pudo domesticar a Ricardo Cirielli, el titular de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), ex funcionario de Néstor Kirchner. Recalde llegó a acusarlo de haberse enriquecido con la actividad gremial -por ejemplo comprando una supuesta mansión en Nordelta-, pero ninguna de las acusaciones logró comprobarse.

"Es el nene mimado de Cristina, en todas las reuniones lo pone como  ejemplo de buen gestionado", reconoció a LPO una fuente de La Cámpora, organización que Recalde contribuyó de manera decisiva a fundar.

Muchos de los actuales miembros de la conducción de La Cámpora fueron acercados por él, a quienen conocen desde sus épocas de estudiantes secundarios en el Nacional Buenos Aires, como es el caso de Andrés "El Cuervo" Larroque o Axel Kicillof.

La otra opción

Desde Aerolíneas, el hijo del ahora ex abogado de la CGT logró controlar el sector aerocomercial del país. Nombró a Manuel Baladrón como subsecretario de Transporte Aerocomercial, un área que quedó fuera de las manos de Randazzo.

Baladrón, ferviente militante de La Cámpora, ya monitoreaba el sistema aerocomercial para Recalde: presidía el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA), que ahora quedó a cargo de Gustavo Vitali, otro cuadro camporista.

En tanto que otro miembro de esa agrupación Alejandro Granados, es titular de la Asociación Nacional de Aviación Civil (ANAC).

Con ese poderío, otra salida de Recalde sería dedicarse de lleno al sector, desde una eventual Secretaría de Transporte Aéreo por crear. Todas ecuaciones que están en estudio en la Casa Rosada.