Otra vez, la centroizquierda complica el avance de proyectos que fueron emblema del resto de la oposición y golpean al oficialismo, como el que propone la reforma al Consejo de la Magistratura y el recientemente arribado del Senado que implementa la coparticipación del impuesto al cheque, lo que significa repartir 10 mil millones anuales en las provincias.

No es la primera vez que estos once progresistas, que el 3 de diciembre se integraron al grupo de opositores que le arrebató el control de las comisiones al kirchnerismo, vacilan en posturas acordadas por el resto de la oposición y las ponen en riesgo.

El grupo lo componen cinco diputados de Proyecto Sur (Fernando Solanas, Claudio Lozano, Alcira Argumedo, Liliana Parada y Jorge Cardelli), tres de Solidaridad e Igualdad (Eduardo Macaluse, Graciela Iturraspe y Verónica Benas) , dos de Libres del Sur (Victoria Donda y Paula Merchan) y Miguel Bonasso (Diálogo por Buenos Aires).  

Es que sin ellos, los no oficialistas contabilizan 129 votos positivos, lo justo para el quórum. Con la cantidad de sesiones frustradas que hubo en estos meses, ningún jefe de bloque se va a atrever a forzar una sesión sin ellos. Ya no lo hicieron en el verano, cuando se resistieron a autoconvocarse para impedir que el gobierno use reservas alegando primero cuestiones reglamentarias y luego la necesidad de debatir otros temas.

Pensando en es esquema, el diputado radical Ricardo Gil Lavedra, presidente de la Comisión de Justicia; y su colega del peronismo opositor Graciela Camaño, a cargo de la de Asuntos Constitucionales, decidieron levantar el plenario de comisiones que iba a realizarse este jueves para definir un dictamen del proyecto para modificar la composición del Consejo de la Magistratura.

Lo hicieron porque no lograron convencer a los dos diputados de Proyecto Sur que integran sus comisiones de acordaron con los principales ejes que el resto de la oposición ya acordó: que la Suprema Corte vuelva a tener un representante en el cuerpo y que el oficialismo pierda el poder de veto.

Las rebeldes fueron Liliana Parada, que integra la Comisión de Asuntos Constitucionales; y Alcira Argumedo, que está en la de Justicia. “Sólo resta su apoyo y es importante llegar al recinto con el mayor consenso”, reconoció uno de los diputados que negocia este tema con toda la oposición. En la cámara baja se comenta cada vez mas de un acuerdo entre Parada y la Casa Rosada.

En esa línea, en la reunión de comisión, Parada y Argumedo se habrían opuesto al reingreso de la Corte al Consejo, justo el tema que más molesta al Gobierno. De hecho, por orden expresa de Cristina Kirchner el oficialismo debió dejar de negociar aspectos menores del dictamen para no avalar que los supremos vuelvan a evaluar y designar magistrados.

“La oposición se comprometió a cambiar la ley de 2006 y queremos que el dictamen salga con el mayor acuerdo posible. Pero si no hay consenso no habrá ley”, advirtió la fuente.

Impuesto al cheque, en veremos

El presidente de la Cámara, Eduardo Fellner, intentó hasta donde pudo trabar el giro a comisiones del proyecto para coparticipar el impuesto al cheque, cuya votación es considerada ilegal por el gobierno, y ahora esa tarea la derivó en el recinto.

La centroizquierda apoyaría que la iniciativa tenga un curso normal en comisiones, pero una vez allí no estarían dispuestos a aprobarlas a ojos cerrados.

Según contó uno de los once a LPO, la idea sería que, seguramente a través de Claudio Lozano, el sector impulse en comisión un proyecto para derogar el impuesto al cheque, una medida que la presidenta anunció para el año próximo, aunque poco se la tomaron en serio.

Si la centroizquierda se pliega en esa postura el proyecto correría peligro, ya que el resto de los bloques necesitaría asistencia perfecta para pensar convertirlo en ley.

En la sesión suspendida este miércoles se notó la disociación que hay entre la centroizquierda y el resto de la oposición. Mientras que Felipe Solá, del peronismo Federal, pidió levantar la sesión por haber transcurrido el tiempo de espera permitido, Macaluse exigió sin éxito rever la medida.

Los once progresistas estaban en sus bancas más entusiasmados con aprobar el proyecto para habilitar el matrimonio gay que por el de coparticipar el impuesto al cheque. Como los dos temas ahora se tratarían por separado, deberán mostrar voluntad puntual por cada uno. Ahí se verá como juegan.