Andrés Kaufmann tuvo un debut muy poco feliz en la conducción de la Unión Industrial Argentina(UIA). En su primer comunicado al frente de la entidad, el ejecutivo de Arcor eligió meterse con un tema sumamente delicado que ya le generó más dolores de cabeza que el apoyo de sus pares: los delitos de lesa humanidad.

La UIA emitió ayer un parte de prensa en donde rechazó la conformación de la comisión bicameral que estudiará la complicidad empresaria con la última dictadura militar.

"Cualquier investigación sobre el particular, que se realice a ciudadanos u organizaciones de la sociedad, debe llevarse a cabo por las vías institucionales que corresponden", sostuvo la central fabril en el texto, en el que plantean que "el derecho de defensa y la independencia de quienes deben juzgar los eventuales ilícitos solamente pueden ser garantizados mediante procesos realizados por el Poder Judicial, ya que éste es el único Poder con facultades constitucionales para administrar Justicia".

Quien estuvo detrás del comunicado no fue otro que el tándem Arcor-Techint, los dos grupos empresarios que acordaron poner a Kaufmann como titular de la entidad por la lista de industriales. Según pudo reproducir LPO por fuentes del sector, el parte de prensa fue resultado de una durísima reunión de la junta directiva, en la que no faltaron insultos.

Además del flamante presidente de la UIA, los que impulsaban el documento eran el operador de Techint Luis Betnaza, y el titular de la Coordinadora de Industrias Alimentarias(Copal), el abogado Daniel Funes De Rioja, quien otorgó los argumentos legales para redactarlo.

Durante la cumbre, Betnaza se trenzó fuerte con el diputado del Frente Renovador, José Ignacio De Mendiguren, quien votó a favor de la iniciativa en la Cámara Baja. El ex presidente de la central intentó explicarle al operador del grupo de Paolo Rocca los pormenores de la dinámica parlamentaria, pero el gerente no quiso entrar en razón.

La ley fue aprobada sin votos en contra, 170 a favor(con disidencias parciales del FR y la UCR) y las 14 abstenciones del PRO, que suele tomar esa postura cuando se tratan proyectos que pueden generar algún incomodo entre los empresarios.

Lo cierto es que entre los dirigentes de la Unión Industrial se agarraban la cabeza por lo que consideraron una torpeza por parte de Kaufmann, al meterse con un tema que estaba fuera de la agenda mediática y de la campaña, y que lo deja parado como lo que se había comprometido a no ser: un representante de la Asociación Empresaria Argentina(AEA), que dirigen entre Techint, Arcor y Clarín, con una línea marcadamente opositora al gobierno nacional.

Asimismo, la postura obstaculizadora del planteo de la UIA da a entender que existe temor en la cúpula de la entidad de que se investigue el papel que jugó el poder económico durante la última dictadura, pese a que en el momento de presentar el proyecto en el recinto, el diputado del FPV Héctor Recalde mencionó a Mercedes Benz, Molinos, Bunge y Born, Ledesma y Papel Prensa, y ninguna de ellas integra el directorio de la central fabril.

En un sector del empresariado señalaban que tampoco es casual que el comunicado hable de justicia pocos días después de que Mauricio Macri anunciara que su ministro de esa área sería el radical Ernesto Sanz, eterno candidato fallido de Betnaza.