Los economistas creen que el verano del 2015 será tan convulsionado como el último. Es que los problemas que llevaron a la devaluación en enero pasado siguen tan presentes en la economía como en aquel entonces, y para colmo, parecen haberse agravado.

Una de las principales preocupaciones es la suba del dólar paralelo, que parece no tener techo. El viernes cerró a un récord de 14,35 y así la brecha con el oficial sigue en torno al 70%.

Y todo parece indicar que el valor de la divisa en las cuevas va a seguir subiendo. En las consultoras ya prevén que, lejos de bajar, el cotizado billete verde se ubicará en unos $15, o incluso hasta $15,20 a fin de año.

Pero esa no es la única amenaza que se cierne sobre la economía del país. Los especialistas descuentan que hacia enero el gobierno se verá obligado a corregir nuevamente el tipo de cambio de manera brusca, de manera que permita incrementar el superávit comercial con un desplome de las importaciones.

La semana pasada, el Banco Central le exigió informalmente a los bancos que todas las compras al exterior de más de U$S150 mil debían contar con autorización previa de la entidad monetaria.

Un operador del mercado comentaba con resignación a LPO: “es un número tan arbitrario que mañana pueden tranquilamente bajarlo a U$S100 mil”.

Es que ante la falta de dólares, el BCRA ajustó todavía más el torniquete para la venta y compra de divisas de comercio exterior, dando órdenes aquí y allá a los bancos y casas de cambio para que frenen las operaciones de un momento a otro. Y todos esperan que esta dinámica "con todo trabado" siga por largo rato.

En diálogo con este medio, un consultor descontaba una devaluación para el primer mes del año con el objetivo de encarecer nuevamente las importaciones y darle algo de aliento a los exportadores. Además, la ventanilla que abrió el gobierno con el “dólar ahorro” se está saliendo de las manos y se convirtió en una fuente más de fuerte goteo para las reservas.

Como siempre sucede, una devaluación tendrá sus costos sobre la inflación, que podría saltar a más de un 40% “y acercarse más a un 50”, se alarmaba el consultor. Y el ajuste arrastraría al PBI a una caída de más de 4 puntos para el año próximo.

"Estamos en una situación más débil que en enero. Cualquier shock social, económico o político puede derivar en una crisis", sentenciaba el economista.

Claro que están los que postulan que después de diciembre se llegará a un arreglo con los holdouts, el país saldrá del default y el gobierno estará en condiciones de salir a los mercados para tomar deuda y "tirar" hasta que Cristina termine su mandato.

En Elypsis creen que este escenario abriría un repunte del producto del 1,5%, un dólar oficial subiendo a $10,28 y el blue bajando a $12,60.

El Estudio Bein también se encuentra entre los “optimistas” y vaticina un crecimiento del 2% en 2015.

Ahora bien, desde Elypsis también advierten que en caso de no haber arreglo el PBI se contraería 2,5%, la cotización del oficial se iría a $11,66 y el paralelo volaría a $17,30. Es el segundo escenario que nadie quiere que ocurra, pero el que por ahora parece ser el más probable.