Esta noche los rumores de una inminente renuncia del respetado Juan Carlos Fábrega al Banco Central sacudían los círculos financieros. Fábrega es mencionado como uno de los principales impulsores junto al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, del acuerdo entre bancos y los fondos buitres para evitar al país caer en default.

Hoy durante algunas horas el acuerdo para evitar que la Argentina entrara en cesación de pagos estaba casi cerrado en términos políticos, aunque había serias dificultades técnicas y legales para instrumentarlo. Pero el ministro de Economía, Axel Kicillof, petardeó el entendimiento y agravó el malestar del ala más racional del Gobierno.

Sin embargo, esta noche fuentes del mercado aseguraron a LPO que Fábrega no tiene pensado renunciar. Incluso subrayaron que ayer el Central emitió un comunicado para señalar que la autoridad monetaria no formaba parte de las negociaciones de los bancos. Un comunicado que por otra parte es de rigor ya que formalmente no podía serlo porque activaba el riesgo de disparar la cláusula RUFO.

Lo cierto es que Fábrega deberá lidiar con las consecuencias más complicadas de la decisión de Kicillof de ir al default. Lo más probable es que mientras el país siga en cesación de pagos continúe la escalada del blue y se agudice la falta de divisas, ya que se cierra todo acceso a créditos internacionales y muy difícil que vengan inversiones.