Lejos quedaron las proyecciones de inminente devaluación del dólar oficial y correcciones económicas que imperaban en octubre, cuando el paralelo se acercaba vertiginosamente a los $200. Ahora los economistas creen que este año Alberto Fernández podrá sostener a la economía "en modo elecciones" y que el ajuste y las correcciones pasarán a 2022.

Uno de los que sostiene esta tesis es Martín Redrado, para quien la decisión de postergar los ajustes tarifarios en 2021 se puede convertir en fuerte sacudón en 2022 cuando ya no haya margen para estirar los desequilibrios. Y aunque es difícil pensar en un año más duro que 2020, sin la pandemia como paraguas para la emisión y la postergación de las negociaciones con el FMI, el año próximo el gobierno deberá definirse respecto del atraso tarifario, el atraso cambiario y el sendero para la reducción del déficit.

Desde luego, este margen de maniobra se apoya en dos pilares: la cosecha y la vacunación, como explica con mayor escepticismo el economista en feje de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño Gómez. Si una segunda ola obliga a un cierre de la economía o si la cosecha se complica por la sequía y no se concreta la liquidación a altos precios internacionales, el margen para un año tranquilo en el frente económico será menor.

Para Caamaño Gómez, 2021 va a ser un año comparable a 2013 y 2022, equiparable a 2014. "Hay que ver el resultado electoral y cuánto más se le complica con la seca/cosecha y el covid/vacunación. Claramente activaron el ‘Plan Aguantar' electoral: se patea todo lo que se pueda hasta después de octubre y mientras tanto se aguanta con el cepo".

El corolario de esta decisión tiene impactos en dos frentes: en el plano internacional, el acuerdo con el FMI se posterga para después de las elecciones tal y como se desprende de los dichos de Alberto Fernández de este lunes contra los que reclaman un rápido acuerdo con el Fondo porque él no va a aceptar condiciones de ajuste. Y, en el plano local, que seguir financiando déficit con emisión no es gratuito y va a resentir el rebote de la economía.

"Al FMI le conviene. Hoy no sabe con qué parte de esta coalición tiene que negociar. Post octubre lo va a tener más claro y además va estar más claro si hay interés en acordar y si va haber espacio para hacerlo", aclaró Caamaño Gómez. Esto no quita que mientras tanto pueda avanzarse con las negociaciones y, por eso, el próximo sábado Guzmán viajará a Washington.

"Este año ese ‘Plan Aguantar' lo vamos a pagar con menos recuperación y más inflación. Ergo, peor desempeño indicadoras sociales y en niveles complicados", dijo a este medio el economista de Ledesma.

Algo más pesimista, el economista en jefe de Ecolatina, Matías Rajnerman, cree que es posible que el gobierno llegue, pero ve en las reservas el talón de Aquiles de la economía de 2021 y teme que no sean suficientes para transitar este año tranquilo y postergar los ajustes, aunque reconoce que el cepo enlentece el devenir de lo bueno y de lo malo: "No entran capitales, pero tampoco salen", dijo a LPO.

"El gobierno va a atrasar al dólar restringiendo las importaciones y vendiendo los dólares del aumento del precio de la soja, dejando de lado la sostenibilidad macroeconómica o ‘la racionalidad'. El tema es que eso les va a dar mucho poder a los exportadores; y la cuestión de las importaciones es sensible hasta dónde se puede restringir por el lado de la producción", dijo Rajnerman.