El correacopio y bróker Guardati. Torti acumula varias denuncias en su contra en la Justicia de Santa Fe por administración fraudulenta por haberse quedado con dinero de las cuentas comitentes de sus clientes y por haber vendido cereales consignados pero sin la autorización pertinente a comienzos del año pasado.

Este martes y en el marco de una investigación caratulada como administración fraudulenta, el fiscal Sebastián Narvaja hizo allanar la caja fuerte de Pablo Torti -ex director de la empresa- y Juliana Fernández Chemes en el Banco de Santa Fe y halló joyas y 333.450 dólares. Mientras las joyas fueron devueltas, el tercio de millón de dólares fue secuestrado y podría destinarse a la reparación de las más de cuarenta víctimas en la causa, aseguraron en la Fiscalía.

Primero experimentó problemas de liquidez en su pata de corretaje de cereales tras la cesación de pagos de parte de Vicentin, que le quedó debiendo 3,5 millones de dólares. Y luego hacia febrero dejó de responder los llamados de clientes de ambas ramas de la compañía por lo que fue bloqueada preventivamente por Rofex y Byma.

Mientras los clientes constataban faltantes de sus cuentas, la compañía se excusaba ante a CNV que su quiebra era una acusación mediática infundada de este medio.

Efecto Vicentín: cayó el bróker Guardati Torti de Rosario

La acumulación de denuncias en su contra se tradujo en mayo del año pasado una denuncia penal contra todo el directorio de la compañía de parte del a Comisión Nacional de Valores, no solo contra Ángel Torti y Juan Carlos Guardati, los titulares de la empresa.

La investigación también muestra que desde antes de la quiebra de Vicentin la compañía venía girando en forma de créditos cifras millonarias a sus subsidiarias, lo que junto con el pago a directivos hace sospechar que los problemas de liquidez eran de larga data y que el uso de los saldos en efectivo (en dólares y en pesos) de sus clientes -que habitualmente quedan depositados en el Banco Caja de Valores- también.