El presidente de España, Pedro Sánchez, alcanzó un polémico acuerdo para que el partido vasco EH-Bildu (liderado por ex miembros de la rama política de ETA) apoye los Presupuestos Generales del Estado para 2021 y abrió una crisis interna en el Partido Socialista, donde algunos líderes cuestionan el acercamiento.
A las críticas esperables de la oposición se sumaron también los líderes regionales y otros cargos orgánicos del PSOE, como ya había sucedido en la negociación de la reforma laboral. Ante esto, el secretario de organización del partido y hombre clave de Sánchez, José Luis Ábalos, tuvo que llamar a los críticos para templar los ánimos a nivel interno y zanjar la crisis.
Sánchez pacta con los ex ETA derogar la reforma laboral y desata una crisis de gabinete
"He hablado con todos ellos, y todos ellos han expresado que entienden la realidad del país, y no tienen ninguna intención de ser utilizados por los que quieren atacar al Gobierno", dijo Ábalos, que ha insistido en que el PSOE no ha alcanzado ningún acuerdo con Bildu. Dijo que únicamente ha habido contactos como con el resto de formaciones políticas que expresaron su voluntad de votar en contra de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos.
De todos modos, el dirigente socialista justificó el posible acuerdo: "El Gobierno no puede renunciar a los votos de nadie, porque hay un bien mayor que es España".
El acuerdo con EH-Bildu implica que la coalición de gobierno española desplaza al Partido Nacionalista Vasco (PNV) como socio principal en Euskadi. Los nacionalistas (una fuerza de centro que rechaza la violencia política) han sido han sido desde 2015 la llave en el Congreso primero de Mariano Rajoy y luego de Sánchez. Pero tras las negociaciones con Bildu, sus votos ya no son imprescindibles.
El tema también genera divergencias entre el PSOE y Podemos. Los socialistas sí quieren mantener los acuerdos con el PNV, especialmente porque gobiernan en coalición en Vitoria, pero Pablo Iglesias nunca ha ocultado su deseo de quitar del gobierno vasco al PNV.
De hecho, en las elecciones autonómicas de este año, la candidata de Podemos, afín a Iglesias, defendió un pacto con Bildu y el Partido Socialista de Euskadi (PSE) para sacar del gobierno autonómico a Iñigo Urkullu; acuerdo finalmente imposible porque no sumaba mayoría y además los socialistas vascos dejaron claro que preferían seguir gobernando con el PNV.
La dirección de Podemos ha apostado a fondo por fortalecer los apoyos más a la izquierda y más independentistas al gobierno de coalición y por ello se han volcado en garantizar el respaldo de Bildu y los catalanes de ERC a las cuentas del Estado.
El equipo de Iglesias no oculta sus intenciones de apuntalar una alianza plurinacional que garantice el gobierno a la izquierda en los próximos años y en ese proyecto prefieren a Bildu antes que al PNV porque los de Urkullu en un momento dado podrían apoyar al PP como ya hicieron con Rajoy o Aznar.
El PNV mantiene su intención de negociar los presupuestos con el gobierno, pero ha acogido con mucho malestar los acuerdos con Bildu, tanto el que se produjo antes del verano por la reforma laboral como el de la semana pasada.
De hecho, los nacionalistas vascos son los que han dejado caer que tiene que haber pactos ocultos tras el apoyo a los presupuestos. No hay que olvidar que Bildu y Podemos son los principales grupos de la oposición al gobierno vasco de PNV y socialistas. No obstante, la dirección del PSOE intentará rebajar la tensión con el PNV para que esta situación no afecte al gobierno de Vitoria y al apoyo que hasta ahora han dado al ejecutivo de Sánchez.
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- 222/11/2018:16Si se van a referir a EH-Bildu como "los ex ETA", bien podrían referirse al PP como "la ex Falange"
- 116/11/2017:51El PNV no es de centro. Es de derecha.