En una breve alocución en la Conferencia Internacional de EconomÃa y Finanzas (CIEF) 2019, el economista de la Universidad de Columbia y experto en crisis, Guillermo Calvo señaló que "no quisiera dar la sensación de optimismo" respecto de las posibilidades de crecimiento de la Argentina y dijo más bien conformarse con que Alberto Fernández logre "pacificar el paÃs" de forma tal que bajen el hambre y las protestas sociales.
Tras su participación en la Conferencia accedió a una entrevista exclusiva con LPO en la que señaló que lo que más desea de acá a un año es que haya bajado el hambre y se haya apaciguado la grieta: "Este nivel de agresión no le hace bien al paÃs ni a nadie".
El economista que advirtió que la deuda de Macri podÃa terminar en un "sudden stop", volvió a la Argentina en calidad de miembro de la CLAAF para aportar su diagnóstico y descartó la posibilidad de que el paÃs vuelva a crecer en el futuro próximo porque el paÃs padece de un retraso crónico de inversión respecto de los demás emergentes e incluso respecto del resto de la región. Sin embargo, estimó que "Puede haber un rebote, un repunte".
El año pasado usted estaba muy desilusionado por ver que las recurrentes advertencias de Carmen Reinhart y suyas respecto del endeudamiento habÃan sido desoÃdas. Hoy lo noto de mejor ánimo y con nuevas advertencias. ¿Qué expectativas tiene de este nuevo Gobierno?
Expectativas de "esperar" no, en todo caso de "desear". Porque "esperar", en los términos matemático-estadÃsticos de que tengo un conocimiento acerca de la forma de gestionar la economÃa y puedo hacer una proyección, no puedo esperar nada. Porque la elección de Alberto Fernández y su candidatura misma han sido una sorpresa. Un señor que ha estado criticando tan duramente a una señora, se junta a ella que tiene popularidad y al tiempo él es presidente y ella vice es una cosa muy inusual. Como persona con mentalidad cientÃfica puedo buscar un antecedente para aprender y no lo hay, no es fácil.
Al contrario, me pareció algo muy creativo por parte de Cristina el hecho de correrse de la presidencia, postularlo a Alberto Fernández y mostrar que ella está por encima de las rencillas pequeñas asà asegurarse el poder. Lo que me cuesta ver es cuán sólida es esa asociación... porque no es amor lo que los une. Y se van a ir enfrentando con situaciones muy complejas y la razón es que hay un déficit fiscal grande, hay una participación del Estado grande que interfiere con el funcionamiento de la economÃa y le hace daño a la gente más pobre, porque esos son los que pagan el pato finalmente.
Ese el origen de mi advertencia de ir más despacio y no ser tremendamente ambicioso. Por ejemplo, llego a la Argentina y me entero que el presidente del Banco Central dijo que en dos años la tasa de inflación va a estar en un dÃgito. Eso no tiene ninguna base cientÃfica, lo está haciendo porque quiere creer en eso. Y me parece muy bien que crea. Pero tiene que tener mucho cuidado en empezar a hablar asÃ, porque en esa trampa del voluntarismo también cayó Macri al decir lo mismo y él enfrentaba la inflación a la mitad de lo que es hoy. Porque la inflación no perdona, no nos ha perdonada y estamos a niveles muy peligrosos. Eso se podrÃa ir...
A ver, no tiene por qué irse, pero el margen de error es poco. Si yo pudiera dar un consejo con toda modestia es que traten de buscar un objetivo creÃble, que va a tener que ser muy modesto, piensen que el crecimiento es un tema del que nos vamos a ocupar después. Y que se concentren en que la gente que ha sufrido este proceso deje de sufrir tanto y hacerlo de una manera que no siga profundizando la crisis.
¿Qué le parece prioritario para no profundizar más la crisis?
La credibilidad. Estamos en este momento negociando con acreedores. Es necesario un programa creÃble para cerrar un acuerdo que le dé alivio al paÃs. Y si de entrada venimos y decimos que en dos años vamos a bajar la inflación, es para que digan "Estos están tan locos como los otros". Hay que tener mucho cuidado con el uso de las palabras. Y yo no sé si hay capacidad de hacerlo, más en este paÃs en el que la gente se insulta con mucha rapidez. Lo he vivido personalmente: cuando yo dije lo que dije la vez pasada (que la tasa de interés tan alta le iba a costar el puesto al ministro), me llegaron un montón de insultos totalmente fuera de lugar.
"Si dura la tasa de interés alta, no dura el ministro"
Usted y Liliana Rojas-Suárez mencionaron que con una inversión equivalente al 14% del PBI, Argentina no solo está lejos de las posibilidades de crecimiento de los paÃses asiáticos que invierten el 30% de sus PBIs sino de la media latinoamericana del 20%, y además agregó por esa razón no espera crecimiento económico con Alberto Fernández sino, a lo sumo, "un veranito". ¿Con una de cada dos máquinas paradas, no ve espacio para crecer?
Por empezar, aclarar que no veo crecimiento no en todo el gobierno, sino en los primeros dos años. PodrÃa haber una recuperación y tengo trabajos cientÃficos para aportar como evidencia de que algunas economÃas tras caer fuerte experimentan una recuperación que parecieran no tener ningún causante y por eso los he llamado "milagros del Ave Fénix", como cuando uno se tira a la piscina y solo por la diferencia de presión lo devuelve a uno para arriba. Pero eso no quiere decir que uno puede seguir subiendo por ese motivo, por eso hablo de rebote, de veranito, de recuperación, de Ave Fénix, lo que puede generar una "sensación de crecimiento", no crecimiento sostenible.
Estas últimas semanas miraba los precios y en efecto han subido mucho, lo que ahora permitirÃa acomodar un poquito la cantidad de dinero, usarlo para reactivar el consumo, muy poquito, y darle un respiro a la gente más humilde. Eso llega hasta ahÃ, lo mismo que con la piscina. Puedo llegar hasta el borde de la piscina, más allá no.
¿Es decir que más allá del cómo comparte los objetivos que mencionó Guzmán de dejar de caer y frenar el hambre?
Exactamente. Me parece muy inteligente ir por ese lado. Y me parece importante también no subirle a la gente las expectativas porque después uno cae en la trampa de tener que cumplir con eso. Y yo no sé cómo se van a manejar entre Cristina y Alberto en este sentido. Ella está detrás y en un lugar más cómodo para la crÃtica, asà como a mà me resulta fácil criticar porque estoy afuera. Y este puede ser un punto de tensión entre ambos. Me parece que hoy lo mejor es total franqueza y decir "Hasta acá podemos llegar".
El ministro MartÃn Guzmán es investigador de la Universidad de Columbia como usted y discÃpulo de Joseph Stiglitz. ¿Qué opinión tiene de ellos?
En lo personal con Guzmán no hemos interactuado, no nos hemos cruzado casi y es algo que suele pasar cuando cada uno está trabajando en los suyo. Además, Nueva York siempre ofrece mejores alternativas que quedarse encerrado en la universidad (risas). No, no es por eso. Puedo decir que MartÃn es muy agradable como persona por las pocas veces que nos vimos. Sà he leÃdo sus trabajos académicos y puedo decir que es un economista muy técnico. No he discutido con él sus papers. Los trabajos que tiene con Stiglitz son académicamente correctos.
¿Comparte los lineamientos de Guzmán y Stiglitz?
Con Stiglitz el problema que tengo de toda la vida es de enfoque, no de análisis. Él es una mente privilegiada. Con Joe nos conocemos hace demasiados años: firmó mi tesis en Yale allá por 1974, imagÃnese, El tipo es un genio y eso es lo primero que voy a decir.
La diferencia que tengo con él es de siempre. Joe, donde ve que un mercado no funciona correctamente, propone una intervención y yo lo que le digo es cómo hace un gobierno para implementarlo, la intervención no es necesariamente una mejor solución, no donde hay corrupción. Recuerdo la primera vez que en una conferencia me preguntaron luego de que él expusiera qué pensaba de la propuesta de Joe y dije que qué pasa si eso genera corrupción, a lo que él respondió "¡Qué buen comentario!", frente a todo el mundo. Y luego volvió a pasar y él volvió a decir ''¡Qué buen comentario!' y nada más y yo pensé para mis adentros "¡Qué sinvergüenza!" (risas), pero con cariño, es buena gente.
Mi problema es que él es muy voluntarista y cree que se pueden cambiar muchas cosas. Son roces frecuentes entre economistas y no es nada malo. Él tiene su argumento y yo tengo el mÃo. Él es mucho más intervencionista, más populista... y muy inteligente.
Si la economÃa fuera un barco a vela, yo prefiero que se fije con las velas un buen rumbo macroeconómico, sano, para que no haga falta estar interviniendo en todos lados a fuerza de timón y volantazos. Y Joe es más de la escuela de la intervención.
¿DesconfÃa de la discrecionalidad en la polÃtica económica?
Igual creo que sà puede funcionar cierta discrecionalidad, pero más en el margen. Tal vez la baja de impuestos en algunos sectores incipientes para su desarrollo, o los subsidios bien focalizados para la promoción de alguna actividad en particular como las exportaciones no tradicionales, pero no de forma generalizada. O reformas como la que se hizo en Vaca Muerta para que los contratos laborales no interfirieran con la posibilidad de desarrollo del sector.
La ley de EconomÃas del Conocimiento que entra en vigencia en enero va en ese sentido.
Exacto, en temas puntuales como esos sà veo mucho valor para el crecimiento en el margen.
Además, volviendo a la analogÃa, creo que lo primero es no pretender navegar desde la mitad del océano, sino empezar navegando en la bahÃa e ir de a poco. Yo sé que se quiere llegar rápido del otro lado, pero es importante ir acostumbrando a los demás tripulantes a coordinarse para ir todos para el mismo lado. No me refiero solamente a la polÃtica monetaria, sino a todo. Hay mucho de práctica en el ejercicio de la polÃtica económica. Y en una economÃa tan distorsionada y con un montón de corrupción es necesario que la gente entienda si hay buenos tripulantes los que están en cada área o si son un grupo de ladrones.
A todo esto me gustarÃa aclarar que tengo mucho respeto por Cristina Fernández. No creo que sea ladrona. Un ladrón que vive en el medio de la Patagonia es alguien a quien no le gusta la plata (risas): Imelda Marcos sÃ, además de tener colecciones de zapatos viajaba por el mundo, pero esta señora es más una idealista de izquierda que juntó plata junto a su marido porque querÃan tener recursos para hacer la revolución. Es una teorÃa muy simple la mÃa, pero asà la veo.
Lo que pido es que si hay gente bien intencionada, entonces que haga las cosas bien y no hundan el barco.
¿Le parece razonable la suba de las retenciones de hasta un 33%?
Ahora están contra las cuerdas. Es lo único que puedo decir. Cualquiera que asumiese ahora tendrÃa el mismo problema.
El problema de la inconsistencia temporal ocurre precisamente porque en el corto plazo yo puedo hacer muchas cosas que no podrÃa hacer si la gente las hubiese anticipado. Ahora pueden poner unas retenciones del 33% porque el productor ya alquiló la tierra, ya sembró, ya invirtió su capital. Esta inconsistencia temporal es muy tentadora: el campo no puede levantar la tierra y llevársela a donde no les cobren impuestos y por eso tan tentador para los polÃticos. Si Alberto se los anticipaba, ellos no sembraban y el Estado no recaudaba. Pero ya sembraron y ahora no pueden hacer nada para evitar el impuesto. En el cortÃsimo plazo, si estás desesperado por recaudar, entiendo que subas las retenciones.
El problema ahora es que si no querés que caiga la producción, tenés que prometer con un decreto que fue algo de una única vez, solo este año o dos, y ser creÃble. Esta segunda parte es la que falta, y cuando falta uno da la señal de que está dispuesto a meter mano donde sea y a cualquier cosa.
Si el año que viene nos volviésemos a encontrar, ¿qué temas le gustarÃan que ya no estén en agenda?
En primer lugar me gustarÃa venir a la Argentina y que ese tema de la grieta ya sea muy menor porque no ayuda para nada. Estamos atrapados con esta visión de que le tengo tanta rabia a un gobierno que cuando cambiamos de gobierno le voy a hacer algo malo a él incluso si también es malo para mÃ. Los psicólogos pueden explicar mejor que yo los móviles de la gente envidiosa.
Y en materia económica yo estarÃa satisfecho si la economÃa en 2020 cayó un poco y si se armó ese comité en el que querÃan que participara Roberto Lavagna (que me parece una persona altamente respetada que no es alguien que esté en el negocio del insulto) y está andando para juntar a la gente para pensar en polÃticas de Estado, no en milagros de volver a crecer a tasas chinas ni promesas mesiánicas como que el año que viene la inflación va a ser la mitad.
¿Y en materia de indicadores qué le gustarÃa ver?
Primero que la pobreza sea mucho más baja que la actual, y la indigencia. Y también me gustarÃa ver buenos indicadores de apoyo de la gente al gobierno porque eso querrÃa decir que la gente se siente más contenida y no tan a la merced de shocks económicos que pueden seguir viniendo.
La situación en el resto de mundo está muy complicada. China está muy complicada afuera: el Financial Times del miércoles por la mañana era para morirse de miedo. El mercado de bonos basura chinos son 170.000 millones de dólares y eso se está cayendo y el temor es que eso puede contagiar a todo el sistema. Estos bonos se fueron lanzando para dinamizar el mercado y que el crecimiento en China no caiga, pero puede caer y caer como una piedra, como nos pasó a nosotros. Ellos tienen más instrumentos para evitarlo, pero es un caso de los riesgos que vienen de afuera y que pueden hacer que nos olvidemos del precio de la soja y todas esas cosas. Hay que estar preparado para vivir en ese mundo y la Argentina es el primero que va a caer como ya pasó cuando subieron la tasa de la Fed y cayeron TurquÃa y Argentina. TurquÃa, a pesar de las locuras de Erdogan, que encima bajó la tasa de interés, está más o menos andando y bajaron la inflación. Y la Argentina está como está y no sabemos exactamente hacia donde va.
Usted comparó al paÃs con un enfermo terminal. ¿Tan asà es la situación actual?
Tal vez el término exacto no es "terminal", pero sà alguien en "terapia intensiva" que requiere de los mayores cuidados y no resiste cambios violentos ni se le pueden pedir grandes esfuerzos. La situación es muy delicada.
¿Los acreedores van a entender que el paÃs no está para hacer los esfuerzos que piden los bonistas?
Si se explican las cosas, sÃ. Hasta el Financial Times salió con un artÃculo para respaldar la postura de MartÃn Guzmán.
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Dale. Hace!!! un compromiso en estos últimos días del año de tener algo de espíritu navideño.
Quien te hirió tan profundo y sostenido en el tiempo? ( es una pregunta que hice en vos alta)
No respondas.
Guillermo Calvo: "No estaría mal acceder al crédito del Fondo Monetario"
https://www.infobae.com/economia/2016/09/24/guillermo-calvo-no-estaria-mal-acceder-al-credito-del-fondo-monetario/
Por otra parte, felicitaciones, Marcia. Parece que al fin estás aprendiendo. Claro que necesitamos también de la opinión de otros economistas, los que están más o menos fuera del circuito habitual. Pensaba, por ejemplo, en Walter Graziano, Arnaldo Bocco, Roberto Feletti... porque no todo se debe reducir al arco liberal. Trabaje, Marcia, trabaje.
Este país necesita un plan de productividad.
Ya
Negador...
Adivinen na porque llegamos hasta acá!
Te olvidas del desastre de Macri?
Del bono a 100 años o de la deuda infernal que tomo para fugarla cuando se podían comprar más de 200 dólares...
Espero que te paguen para defender lo indefendible xq parece que tuvieras Alzheimer ....