Nicolás Dujovne rechazó de manera explícita la posibilidad de dolarizar la economía argentina. Apurado, al llegar a la Cámra de Diputados para presentar el Presupuesto 2019, el ministro omitió un discurso introductorio y respondió preguntas con frases cortas y sin definiciones fuertes. Se negó a hablar de la negociación con el FMI, aun cuando el peronista Diego Bossio le exigió aclarar si era cierto que se ampliaría 20 mil millones de dólares el crédito, pero descartó una dolarización de la economía como sugirió un funcionario de Estados Unidos.

"No puedo adelantar el resultado de la negociación con el FMI. Lo que sí quiero decir es que la Argentina no está embarcada en ninguna negociación de ningún esquema cambiario de las cualidades que se mencionan. No hay ningún cambio en el esquema monetario", respondió.

"En relación a los comentarios del Tesoro de Estados Unidos, Argentina no está embarcada en ninguna negociación de ningún esquema monetario de las características que se mencionan. Son comentaros particulares del Tesoro de Estados Unidos", insistió Dujovne.

En rigor fue Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, quien afirmó en una entrevista a Fox News que tal vez la solución para "el dilema de los argentinos" es volver a "atar el peso al dólar" como en los años '90 y "no emitir un solo peso más sin un dólar de respaldo". Y reveló que el Tesoro de Estados Unidos "sabe que esa es la solución y está trabajando en eso".

Advierten que la dolarización dejaría a la Argentina en una situación incluso más frágil
Dujovne sostuvo que en lo que se está trabajando es en "hacerle algunas modificaciones al esquema de metas de inflación inicial que se había iniciado en su momento, pero quiero transmitirle a los argentinos que no hay ningún cambio en el esquema monetario que va a plantear el Gobierno hacia adelante, más allá de los detalles técnicos específicos que se plasmen en el acuerdo que daremos a conocer".

Luego tuvo un interesante cruce con el ex ministro y diputado kirchnerista Axel Kicillof. "El presupuesto de educación cayó un 23 por ciento. Los intereses de la deuda externa crecieron un 50 por ciento en 2 años. Se perdieron 83 mil puestos de trabajo. Dijeron que los trabajadores no pagarían ganancias, y pagan 1 millón más. ¿Hicieron una buena?", se indignó el camporista.

"Si hubiéramos seguido de largo, miremos Venezuela, con 85% de pobreza, con un drama humanitario, con su población emigrando del país. Eso nos podría haber pasado si continuábamos con las políticas equivocadas de la administración precedente", respondió el ministro.

En su presentación, el ministro se refirió a que bajo el Presupuesto que él y se equipo defienden, 2019 sería el primer año con "presupuesto equilibrado" en tanto que el déficit fiscal primario sería del 0% del PBI en la medida en que los ingresos primarios equiparen al gasto primario, es decir las erogaciones del Estado que no sean intereses, comisiones ni servicios de deuda.

Sin embargo, esto generó el rechazo de varios sectores del peronismo. Sin más, Diego Bossio precisó que de cada 100 pesos que recursos tributarios que entren a la AFIP, $18,50 se irán a afrontar los intereses de la deuda pública. Marco Lavagna también le criticó al Gobierno el resultado de la gestión de la economía, que caracterizó por 220% de inflación acumulada en 4 años, un PBI per cápita 6 puntos menor a cuando asumió Cambiemos, la deuda externa por encima del 100% del PBI, la misma presión impositiva que en 2015, una ligera mejora en le déficit de cuenta corriente "e intereses de deuda sobre ingresos tributarios que van a haber pasado del 6,6% al 18,6%". Por eso, le solicitó a Dujovne que deje de hablar de "presupuesto equilibrado".

"No es un presupuesto equilibrado este. Vamos a tener un déficit de casi 3 puntos [del PBI] el año que viene, que es cuando se pagan todos los intereses. Porque los intereses también son un gasto y no podemos hablar libremente de 'presupuesto equilibrado' cuando tenemos un déficit", sostuvo el economista del Frente Renovador.

Se trata así de un desequilibrio de unos 14.865 millones de dólares (al tipo de cambio promedio mayorista presupuestado de $40,10) por concepto de intereses de deuda y sus servicios financieros extra sector público. El consolidado de los servicios de deuda ascienda a $746.389.149.419, es decir unos 3.500 millones de deuda adicionales que se reparten al interior del sector público. De un total de gastos consolidados del Sector Público Nacional de $4.317.325,9 millones (23,4% del PBI), el gasto primario representa el 20,2% del PBI.

De hecho, en el proyecto de ley presentado al Congreso, se lee "El Presupuesto del Sector Público Nacional proyecta para el ejercicio fiscal 2019 un resultado financiero negativo de $596.064,8 millones (-3,2% del PIB). El resultado primario, en tanto, sería equilibrado".

Lavagna también cuestionó los montos de permisos de endeudamiento para el año que viene, que son de "Miro los intereses de deuda, vamos a terminar el 2019 con 17,8% de intereses sobre ingresos, en el 2021, 23,8%, cada vez más grande. Hay algo de la sustentabilidad de la deuda. Hay algo de la sustentabilidad de la deuda que, le soy sincero, no lo entiendo. Y lo mismo me pasa con el programa de Letes: el stock de Letes va a terminar en 14.000 millones de dólares este año. Y se está pidiendo un permiso de 24.190 millones de dólares. De vuelta el doble, el doble en títulos públicos, el doble en Letes... ¿Qué queremos hacer con todo eso?".

La respuesta la recibió de parte del mismo Dujovne, quien explicó que la necesidad de pedir permiso de 60.000 millones de dólares (más del doble de los 28.000 millones de dólares de necesidades de financiamiento) responde a que "Si Argentina recuperase acceso a los mercados pleno y no tuviéramos que utilizar los recursos del Fondo Monetario Internacional", la forma de computarse "en la planilla de deuda" sería diferente.

Y respecto de lo pedir también el doble para el programa de Letes, el funcionario aseguró que obedece a que la vida media de las Letes es de medio año y que la renovación de esta deuda necesita autorización del Congreso, aunque no aumente el stock de endeudamiento.