El paso del huracán "Otis" por Guerrero, que dejó como consecuencia la devastación del puerto de Acapulco, apunta a ser un buen examen para el Presidente Andrés Manuel López Obrador en la recta final de su sexenio y que pondrá a prueba a toda la estructura autodenominada "cuarta transformación" de cara a los comicios del 2024.

Y es que, por ahora, no inicia nada bien el gobierno de López Obrador el enfrentamiento a esta crisis, pues pese a que el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) destacaron desde el martes 24 de octubre la velocidad (menos de 12 horas) con la que "Otis" se convirtió de tormenta tropical a huracán categoría 5, ningún miembro del primer círculo del Presidente tuvo siquiera la intención de trasladarse al lugar para enfrentar la situación.

Por el contrario, el Presidente y su comitiva hicieron su aparición en Acapulco hasta el miércoles 25 y luego de 10 horas de trayecto carretero, pues a la altura de Tierra Colorada se topó con un deslave, lo que le impidió seguir su camino a bordo de la camioneta en la que viajaba, no sin antes despertar el asombro de propios y extraños por "no saber" con antelación que los accesos a Acapulco estaban colapsados y que era imposible llegar por vía terrestre.

¿Es así como un "gobierno preparado" afronta las crisis? Bueno, ese es apenas el comienzo, pues es menester mencionar que el mismo miércoles 25 de octubre, antes de salir a Acapulco, López Obrador hizo una mención en su conferencia de prensa matutina sobre el paso de Otis por Guerrero en la que dijo que la situación era de consideración, pero que no se reportaban víctimas mortales, eso sí, que gran parte del puerto estaba incomunicado, por lo que no se sabía en ese entonces la magnitud de los daños. ¿Con la "zona cero" del puerto incomunicada, no era una estimación muy a la ligera decir que no había reportes de fallecidos?

Lastimosamente, ese mismo día López Obrador dedicó la mayor parte de su conferencia de prensa a atacar nuevamente al Poder Judicial y sus fideicomisos, a retomar la misma cantaleta de que el dinero es para los ministros de la Suprema Corte y no para los trabajadores, aún y cuando ya se sabía la crisis que se tenía en Guerrero. Ese día quedaron claras las prioridades del Presidente.

El jueves 26 de octubre, ya con la visita de AMLO al puerto el día anterior, el Presidente volvió a la Ciudad de México para dar su conferencia matutina desde Palacio Nacional sin suspenderla un sólo día, para informar entre otras cosas que había un saldo de 27 muertos por el paso del huracán y que se reportaban 4 personas desaparecidas. Algo que era previsible desde al menos dos días antes, pero como es evidente, la crisis tomó por sorpresa a todo el gabinete federal.

Por si fuera poco, ese día el tabasqueño volvió a arremeter en contra de sus detractores que criticaron por enésima vez la desaparición del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden), calificándolos de poco éticos y corruptos. Es decir, la búsqueda de enemigos para vociferar y a quién culpar se convirtió de nuevo en la actividad favorita del Presidente, pese a la emergencia.

Pero una joya resultaron los dichos de la morenista y aspirante a la presidencia en 2024 Claudia Sheinbaum, quien desde el lunes 23 había hecho una defensa de la desaparición del Fonden a manos de la administración de López Obrador bajo el argumento de la corrupción, para que unas horas más tarde viniera una catástrofe en Acapulco.

Hasta el momento en que se escriben estas líneas, en términos generales así fue la reacción del gobierno de AMLO a la emergencia en el puerto, pero ahora vienen otras preguntas, pues la crisis apenas comienza.

Si bien es cierto que en Acapulco la prioridad será el apoyo a los afectados y evitar mayores daños a los ocasionados por el huracán, la realidad es que se necesitará de mucho dinero para la reconstrucción del puerto y es menester volver a recordar que ya no existe el fideicomiso del Fonden.

Si bien AMLO hizo su propio Fonden, que ahora maneja Hacienda, tiene alrededor de 17 mil millones de pesos, para poner en perspectiva: los 13 fideicomisos que el Congreso acaba de quitarle al Poder Judicial, ascienden a 15 mil millones de pesos, pero en contraste el Poder Ejecutivo administra casi 180 fideicomisos con más de 550 mil millones de pesos, 100 mil millones de los cuales corresponden a fideicomisos militares.

Como se ve, dinero hay, pero ya se verá si López Obrador apunta a la desaparición de otros fideicomisos de la administración pública que no sean los del Poder Judicial. Y por cierto, aquí cabe otra pregunta: ¿por qué no se apuntó contra los fideicomisos del PJF cuando estaba Arturo Zaldívar al frente de la SCJN?

Aunque todavía no se conocen en su totalidad los daños ocasionados por el paso de "Otis" en Acapulco, se anticipa que la reconstrucción de puerto será lenta y podría tardar meses o años, pero será interesante observar la factura que le pasará a la "cuarta transformación" esta emergencia, pues está comenzando a desnudar los boquetes, torpezas y tropelías de la actual administración.

Si algo podrá sacar a Acapulco de este bache en el que se encuentra, será su vocación turística debido a sus bellezas naturales, por ello, tras la limpieza y con el inicio de la reconstrucción será prioritario impulsar el turismo para generar derrama económica y hacer de lugares emblemáticos, como la misma costera Miguel Alemán y el centro de Convenciones, imanes turísticos que atraigan capital, pero todo esto invariablemente deberá estar acompañado de políticas públicas orientadas a la atracción de visitantes: ¿podrán estar esta o la siguiente administración federal a la altura de las circunstancias?

Ya se verá...

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