En las últimas semanas el país ha estado inmerso en procesos electorales y hasta el inicio (adelantado por cierto) de una carrera presidencial por parte de los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena.

Toda esta avalancha de información que inició con la elección del Estado de México -en la que ganó la morenista Delfina Gómez- y que continúa con la carrera por la sucesión presidencial en el partido guinda, ha terminado por distraer a la opinión pública de temas que son centrales y que atañen directamente a la sociedad.

Y es que no se puede perder de vista que en México, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, se han registrado 151 mil 836 homicidios dolosos en lo que va del actual sexenio del Presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que lo convierte en el sexenio más sangriento de la historia.

El mismo López Obrador ha reconocido que su administración supera ya a la de su predecesor, Enrique Peña Nieto, en el número de homicidios dolosos, sin embargo, como suele argumentar el Presidente, "esto es culpa del pasado".

"Ahora nos dicen ‘¡qué barbaridad!, el gobierno de ahora es el gobierno que tiene más homicidios', Sí, pero por qué no pones la lámina de homicidios, para que vean cómo nos dejaron el país, porque es una mala herencia en seguridad, pero así nos dejaron salud y así nos dejaron educación. Todo el país estaba en bancarrota, el país estaba inmerso en una decadencia, ni siquiera era una crisis, es una decadencia y por eso frente a una decadencia lo único que debía hacerse era llevar a cabo un proceso de transformación", dijo López Obrador el 1 de junio pasado.

Lo que no deja lugar a dudas es que la cifra no ha bajado, por lo que existe total legitimidad para, una vez más, cuestionar la estrategia de seguridad que ha trazado el Presidente, pues es claro que no está dando resultados: las cifras no mienten.

Por si fuera poco, según Naciones Unidas (ONU) México padece otra crisis derivada de la violencia, con casi 103 mil personas desaparecidas, de las que 38 mil 078 ciudadanos se sumaron a la estadística en el sexenio de López Obrador. ¿Se imagina en cuánto va a terminar la cifra de homicidios dolosos en el país al final de la administración obradorista si aún le falta más de un año para terminar?

Y las malas noticias no terminan allí, recientemente se acaba de publicar el Monitor de Seguridad Coparmex el cual reveló que la extorsión aumentó 48 por ciento en los primeros 53 meses de la actual administración federal respecto al mismo periodo del sexenio anterior, con un total de 41 mil 873 carpetas de investigación.

El problema es tan grave que de acuerdo con las cifras presentadas por el organismo empresarial de enero a abril del 2023 se registraron tres mil 473 víctimas de extorsión; es decir, poco más de una víctima por hora.

Cabe recordar que la extorsión es un delito de alto impacto que deja una profunda huella en la sociedad, pues quien lo padece simplemente debe vivir con el miedo de perder su patrimonio.

De acuerdo al artículo 390 del Código Penal Federal, la extorsión la comete "quien sin derecho obligue a otro a dar, hacer, dejar de hacer o tolerar algo, para obtener un lucro para sí o para otro, o causando a alguien un perjuicio patrimonial".

En este mismo espacio se abordó que en junio del 2022 el mismo López Obrador aceptó un aumento en la incidencia del delito de extorsión.

"Se está atendiendo y es real. Lo que más está creciendo es la extorsión de los delitos que se tienen y estamos trabajando en eso. Dominios de mercados y hay asesinatos por eso", dijo López Obrador el 22 de junio, hace ya un año.

Con las cifras recientemente presentadas, es claro que el delito no ha disminuido y, por el contrario, cada vez son más las personas que terminan por ser víctimas de delincuentes ante la incapacidad de las autoridades por frenar el delito.

Coparmex fue muy elocuente al difundir su estudio: uno de cada dos de sus socios ha sido víctima de extorsión durante 2022; 72 por ciento fue vía telefónica y 28 por ciento cobro de piso, y fue el delito más frecuente, igualado con el de tipo informático.

Hay muchos otros delitos de los que se podrían hacer análisis, pero no alcanzaría una columna para poder hacerlo, sin embargo viendo cómo el homicidio doloso y la extorsión han proliferado, nos da perfectamente una idea de en dónde estamos parados.

Y lastimosamente, mientras todo esto sucede lo que domina la conversación son temas políticos que, hábilmente López Obrador, ha impuesto en la agenda desde la mañanera y el Consejo de Morena.

¿Hasta dónde llegarán estas cifras? Es difícil saberlo, pero es claro que por ahora la tendencia es al incremento de los delitos y no a la baja de los mismos.

Twitter: @campudia