La permanencia de Marcelo Ebrard en Morena representa una buena noticia para el oficialismo que podrá mantener la unidad, pero, al mismo tiempo, significa un desafío para la dirigencia guinda de la CDMX ya que considera que podrá tensionar el operativo cicatriz que ya emprende la candidata a jefa de Gobierno, Clara Brugada, con el resto de los equipos políticos que fueron derrotados en el proceso interno de la capital nacional.
Según fuentes consultadas del oficialismo por esta redacción, la permanencia del excanciller en las filas oficialistas no será gratis ya que exigirá cuotas de poder y distribución de cargos para su equipo político. Como detalló LPO, la designación de Claudia Delgadillo como candidata a gobernadora de Jalisco fue una señal hacia el war room de Ebrard, quien mantiene buenas relaciones con la diputada federal.
Sin embargo, advierten en la capital nacional, eso no será suficiente y las demandas que el excanciller podría poner sobre la mesa podrían desconfigurar el operativo cicatriz que ya está en marcha para sanar heridas entre los diversos grupos que participaron en la contienda por la Jefatura de Gobierno. Hasta el momento, según pudo saber LPO, no hay un esquema de negociaciones formal, pero sí existen líneas de conversación que se empezaron a preparar.
El problema de este incipiente armado electoral es que la cantidad de cargos es limitada y que hay varios grupos políticos en disputas, a los cuales se podría sumar, ahora, un nuevo actor de preponderancia. "Con que nos pida dos distritos locales, una alcaldía y algunas bancas en la Cámara Federal ya nos desconfigura todo el armado", le aseguró a esta redacción una fuente oficialista al tanto de las conversaciones que ya empiezan a pensar el próximo proceso electoral.
Además, advierten en la CDMX, gran parte del equipo político del excanciller es originario de la capital, por lo cual las tensiones podrían ser mayores al tener en cuenta sus lugares de arraigo y de historia política. Según estas mismas fuentes, dos ejemplos que podrían sumarse a las mesas de negociaciones podrían ser la exsubsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos Martha Delgado, quien renunció a su cargo para comandar la campaña del excanciller. Otra figura podría ser su exdirector general para Europa, Bernardo Aguilar.
Fuentes cercanas a la próxima candidata a jefa de Gobierno advirtieron que el operativo cicatriz deberá ser muy grande ya que se deberá contentar a diferentes grupos y sectores. "Hay que hablar con García Harfuch, con su equipo, con el Partido Verde y con el Partido del Trabajo, que apostaron por ellos", ejemplificó una fuente cercana a la exalcaldesa de Iztapalapa, quien consideró que el arribo de Ebrard a las mesas de negociaciones podría volver más tensas y difíciles a las conversaciones de lo que ya están.
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