El ingreso de Brasil como miembro pleno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es un viejo anhelo de Lula y su principal asesor en Política Exterior, Celso Amorim. Sería una de medalla que el presidente brasileño le gustaría anotarse una vez que finalice su tercer mandato y una forma de cristalizar el rol global de Brasil.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es el organismo de las ONU encargado de mantener la paz y seguridad en el mundo.A diferencia de otras instituciones de la ONU que únicamente pueden realizar recomendaciones a los gobiernos, el Consejo de Seguridad puede tomar decisiones vinculantes y obligar a los miembros a cumplirlas, de acuerdo a lo establecido por la Carta de las Naciones Unidas .
Lula y las contradicciones del "sur global"
El inconveniente es que está conformado por quince Estados de los cuales 5 (EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia y China) tienen poder de veto y las resoluciones solo salen por unanimidad. Además, cuenta con diez miembros no permanentes son elegidos de cinco en cinco cada año por la Asamblea General y se rota mensualmente de manera alfabética.
Brasil la ejerció durante el mes de octubre y coincidió con el estallido de la guerra entre Israel y Hamas. Como suele ocurrir, Lula intentó jugar el rol de mediador y desde su rol institucional impulsó un cese al fuego en Gaza que recibió el rechazo de Estados Unidos, la abstención de Rusia y Reino Unido y el apoyo de Francia, China y el resto de los miembros no permanentes.
La guerra en Gaza abre un escenario de discusión en relación al rol de la comunidad internacional y como el escenario de empate hegemónico hace que la ONU no tenga ninguna capacidad de intervención. La decisión del gobierno de Israel de negar la entrada del Jefe de la Misión Humanitaria a Gaza como respuesta a la declaración del Secretario General Antonio Guterres que dijo que "Israel violó el derecho humanitario".
Este escenario, según piensan en el entorno de Lula, generaría las condiciones perfectas para apurar reformas en las ONU que la mayoría de los países considera necesarias. Fuentes de la cancillería brasileña consultadas por LPO reconocen que "es un proceso largo" pero dicen que "está encaminado".
El camino se divide en dos: administrativo y político. El primero está presente en el artículo 92 del reglamento que establece la elección se efectúa por votación secreta y no hay presentación de candidaturas. A su vez, en virtud del artículo 83 del reglamento, los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad se eligen por una mayoría de dos tercios de 128 votos.
El segundo paso es el de reunir los consensos. De los países con poder de veto, Lula tendría el apoyo de China, Rusia y Francia, y confían en conseguir los otros. "Si logramos el apoyo de EEUU, Reino Unido se suma de inmediato", explican.
Luego, para reunir los dos tercios, Brasil apuntaría al "sur global", es decir, los países de América Latina, Africa y Asia pero fundamentalmente de los más de 50 Estados Miembros de las Naciones Unidas nunca han sido miembros del Consejo.
De todas formas, de ingresar Brasil se abriría el espacio para otros países que también están a al espera como Alemania, India, Japón, un país africano que puede ser Egipto, Nigeria o Sudáfrica y otro para la Liga Árabe.
Argentina entra a los BRICS gracias a la presión de Brasil, India y China
Todas estas discusiones están atravesadas tensiones geopolíticas e intereses cruzados que hace los 5 principales avalan o vetan en función de sus intereses particulares. Un ejemplo de ello es el apoyo de Argentina y México al ingreso de Brasil que, a diferencia de lo que pueda pensarse, hay mas reparos que entusiasmo y dependerá de la reciprocidad de Planalto en otros temas. En el caso argentino, Brasil jugó fuerte para el ingreso a los BRICS y eso sería retribuido. Un esquema probable sería el ingreso como miembros permanentes pero sin poder de veto pero eso no entusiasmaría a ninguno de los aspirantes.
Lula confían en lograr este objetivo en los próximos años de su mandato bajo la lectura de la necesidad de la ONU de reformarse para no ser un mero espectador de todos los conflictos internacionales. "Volver al mundo es jugar en las grandes ligas. El Consejo de Seguridad es una de ellas", reflexiona esta fuente.
La apuesta es ambiciosa pero forma parte del itinerario internacional de Lula como el de relanzar Unasur, cerrar el acuerdo Mercosur-Unió Europea o mediar en todos los conflictos internacionales. Por ahora, objetivos tan complicados como el de sostener una mayoría propia en el Congreso.
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