Lula activó todo el dispositivo de gobierno para recordar el primer aniversario de la toma de Brasilia que intentó sacarlo del gobierno a una semana de haber asumido la presidencia.
La narrativa es clara y apunta a la responsabilidad de Jair Bolsonaro y sus seguidores a la hora de amenazar a la democracia ante la negación de una derrota electoral.
"Hace un año, la democracia brasileña sufrió un intento de golpe de estado. Guiados por el odio y la desinformación, los terroristas invadieron el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo Federal y el Palacio de Planalto. Mostraron desprecio por la democracia que nos llevó años construir como pueblo. Pero las instituciones y la sociedad brasileñas se unieron y garantizaron la protección de nuestra democracia. Eso es lo que nos une. Recuerda para que no vuelva a suceder", dijo Lula en el acto donde sostuvo que ese dÃa "se salvó la democracia".
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En otro tramo, Lula sostuvo que "todos aquellos que financiaron, planificaron y ejecutaron el intento de golpe deben ser castigados de manera ejemplar. No hay perdón para quien ataque la democracia, su paÃs y su propio pueblo. El perdón sonarÃa como impunidad. Y la impunidad, como salvoconducto para nuevos actos terroristas".
"No hay democracia sin libertad. Pero que nadie confunda la libertad con el permiso para atacar la democracia. La libertad no es una autorización para difundir mentiras sobre las vacunas en las redes sociales, que pueden haber provocado la muerte de cientos de miles de brasileños a causa del Covid. La libertad no es el derecho a predicar la instalación de un régimen autoritario y el asesinato de opositores. Mentiras, desinformación y discursos de odio fueron el combustible del 8 de enero. Nuestra democracia estará bajo constante amenaza hasta que seamos firmes en la regulación de las redes sociales", insistió.
En este último mensaje combina dos aspectos claves para el segundo año de mandato: la posibilidad que la justicia avance contra Bolsonaro por su presunta actuación en la organización intelectual del intento de golpe que es avalada por el 52 por ciento de los brasileños según la última encuesta de Atlas Intel y la ley para regular las redes sociales que, como anticipó LPO, buscará que se apruebe durante el primer semestre de este año.
Sin embargo, a pesar del apoyo de la mayorÃa de los medios de comunicación que comparten la narrativa oficial y hasta realizaron un documental para reforzarla, y la representación institucional de las autoridades del Congreso y la Corte Suprema, Lula no logró la foto con todos los gobernadores del paÃs.
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De los 27 gobernadores brasileños solo reunió 13 y un vicegobernador. Estados importantes como RÃo de Janeiro (Claudio Castro), San Pablo (Tarcisio Gomez Da Freitas) o Minas Gerais (Romeu Zema), tres aliados de Bolsonaro pegaron el faltazo y dejaron al acto que buscaba ser de unidad contra la democracia en un evento partidario contra el bolsonarismo.
Esto cristaliza el poder de fuego y la influencia de Bolsonaro en el armado de la derecha y castiga a lo que pretenden buscar un vuelo propio a los que piensan en reemplazar al ex presidente que se encuentra inhabilitado para 2027.
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