La Plataforma Unitaria que aglutina a la mayorÃa de los partidos opositores que competirán en las elecciones presidenciales del 28 de julio llegó a un consenso para presentar una candidatura única contra Nicolás Maduro. Se trata de Edmundo González, ungido por todos los sectores luego que el régimen chavista decidiera la inhabilitación de MarÃa Corina Machado y Corina Yoris.
González es experto en Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela y posee un máster en Relaciones Internacionales de la American University de Washington, Estados Unidos.
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En su carrera como diplomático, se destaca por haber sido nombrado embajador de su paÃs en Argelia (1991-1993) y en Argentina (1998-2002), durante los primeros años de Hugo Chávez.
Una fuente de la oposición explicó a LPO que "Maduro no gana una elección con un candidato opositor unitario y una participación por encima del 60%. Es imposible, tomarÃa rostro plebiscitario la elección y la ola de gente en contra es enorme". Este dirigente plantea que "el gobierno ha intentado configurar un escenario similar al 2018: una candidatura opositora débil y desacreditada, un sector de la oposición llamando a la abstención y una fuerte división".
Por otro lado, el analista venezolano Damián Alifa explicó a LPO que "es bastante incierto todo el escenario. Creo que al gobierno se le está pasando por la cabeza, en última instancia, dejar a la Plataforma Unitaria sin candidato. Esto serÃa una nueva lÃnea roja que atravesarÃa, ya que, rompe por completo los acuerdos de Barbados".
"Es la fina lÃnea entre ser Maduro y ser Ortega se desvanecerÃa. Ortega es un paria hasta para la izquierda. Claro, Maduro tiene petróleo y cuenta siempre con ese instrumento para negociar", asegura.
Sobre González, Alifa lo define como "un socialcristiano, que muy al estilo de la vieja oposición del 2000, tiene expresiones muy fuertes contra Chávez y contra el chavismo. Capaz se modere más en las elecciones, pero es un dirigente de la vieja polÃtica".
En cuanto a si va a sumar al chavismo, el analista sostiene que "conozco muchÃsima gente del chavismo descontento que piensa que hay que votar contra Maduro por quién sea. Hay sectores más ideológicos que me imagino se van a abstener y bueno el voto duro de Maduro, que es más o menos un 17%".
A su turno, la politóloga Marisela Bentancourt, dijo que "el hecho de que el candidato unitario de la oposición sea justamente una persona no conocida para la mayorÃa de los venezolanos, y esté fuera de las esfera partidista y de los medios de comunicación de los últimos 20 años, coincide con el entendimiento de que estamos frente a una elección extraordinaria en la que el foco del debate público gira en torno a la restitución de la democracia y no de quién va a representar ese rol de la historia".
Sobre la posibilidad de sumar votos chavistas, Bentacourt plantea que "el chavismo no es un núcleo homogéneo, tenemos diferentes tipos de chavismo decepcionado, y además tenemos diferentes hitos de ruptura de su militancia con el proyecto bolivariano de Chávez y luego de Maduro. Pero si nos referimos al chavismo decepcionado mas ideologizado, que en algún momento creyó y confió en un proyecto polÃtico que se vendió como democrático y progresista, hoy ese segmento se quedó sin alternativa de izquierda, en el sentido de lo inalcanzable que es para alguna opción de izquierda antichavista lograr ganar algún espacio".
"Esto ocurre principalmente porque gran parte de esa militancia entiende que es una elección dirigida a recuperar la democracia perdida. Es una elección que funge como plesbicito para Maduro - aunque sin serlo en términos técnicos- pero no estamos frente a una elección de alternativas y democracia. A la izquierda tradicional en Venezuela, que tuvo un quiebre estructural con Maduro le robaron los partidos en el 2022 vÃa Tribunal Supremo de Justicia", añadió.
Asimismo, a moderación no es hoy condición necesaria para movilizar a este sector. La migración mas importante de votos del chavismo a la oposición se dió en el 2012 (muerte de Chávez) y en el 2015 (elecciones parlamentarias), en ese momento si, el discurso de moderación y reconciliación jugaron un papel fundamental, pero ese no es el escenario de hoy. A Maduro hoy solo le queda un núcleo electoral duro, que fue un capital polÃtico que le dejó Chávez pero que ha venido derrumbándose desde hace una década", añadió.
En relación a la lucha para que la población vaya a votar, la politóloga venezolana considera que "la inconsistencia en la estrategia de la oposición en los últimos años, perseguida e infiltrada por el gobierno, ha tenido como resultado la desmovilización de su base de adherencia. Por eso vemos una sociedad agotada, desmovilizada y silenciada. Sin embargo, a partir de la abstención promovida en las elecciones presidenciales de 2018, se deslindaron unos sectores de oposición que han mantenido una militancia irrestricta en función del voto, haciendo un llamado a la necesidad de transformación y quiebre de la élite gobernante a partir de la movilización que genera el voto".
"Parte del resultado del trabajo de esas personas, es que entonces en el 2024 nos encontramos con una oposición que tiene un consenso entorno a la necesidad de instrumentalizar el voto como mecanismo de presión. Las encuestas coinciden en que el 70% de los venezolanos quiere votar, y por eso el replanteo de la estrategia por parte de la oposición más hegemónica, no representa un impedimento para movilizar al paÃs en estas elecciones", remarcó.
Finalmente, Bentancourt analiza que "Maduro está en la encrucijada más difÃcil de toda su gestión. Es la primera vez que tiene un cerco nacional e internacional tan contundente. La migración masiva y las repercusiones que esta ha tenido en paÃses cercanos son otro elemento que ha generado hastÃo en una comunidad de paÃses que buscan la cooperación y que con Venezuela no la están teniendo".
"Los últimos años demostraron no solo el daño que ejercen las sanciones sobre Venezuela, sino la irrelevancia en términos de ejercer presión. Los negocios con empresas estadounidenses al final del dÃa se están haciendo, y las sanciones reales son cada vez mas laxas. Es Latinoamérica quien tiene mayor peso para presionar al chavismo en el poder. La transparencia técnica del proceso es directamente proporcional a la masividad del evento electoral".
La elección en Venezuela está en la mira internacional. Estados Unidos tuvo que retomar las sanciones por las constantes maniobras contra la transparencia del proceso, la Unión Europea se acercó y ahora revisa las condiciones para ser observador y Lula, como reveló en exclusivo LPO, se hartó de la situación y amenazó con no reconocer las elecciones si Maduro no garantizaba el juego limpio. De ahÃ, surge la propuesta del colombiano Gustavo Petro para realizar un plebiscito que preserve los derechos polÃticos de quienes resulten derrotados.
En este marco, y aún sin la habitación confirmada, la oposición cree posible aglutinar le voto anti-Maduro para destronar el chavismo luego de 25 años en el poder.
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