A mediadios de febrero, habíamos comentado en La Política Online que la nueva etapa de Meta tenía que ver con recortes. La metáfora utilizada fue "eficiencia". Las propias autoridades de Meta lo comentaron en lo que fue su llamada de ganancias en torno a los resultados del último trimestre de 2022.

Zuckerberg luego redobló la apuesta y dijo que en la pandemia habían "sobrestimado" su capacidad. Pero además comenzó a exigir un cambio en la cultura interna y avanzó hacia un esquema de medición de rendimientos más estricto.

El 14 de marzo la empresa difundió entre sus empleados una carta de Zuckerberg que decía: "Meta está construyendo el futuro de la conexión humana, y hoy quiero compartir algunas actualizaciones sobre nuestro Año de Eficiencia que nos ayudarán a hacerlo. Los objetivos de este trabajo son: ( 1 ) hacernos una mejor empresa de tecnología y ( 2 ) mejorar nuestro desempeño financiero en un entorno difícil para que podamos ejecutar nuestra visión a largo plazo (...) Para mejorar la eficiencia de la organización, hay que aumentar drásticamente la productividad y las herramientas del desarrollador, optimizar el trabajo distribuido, evitar procesos innecesarios y más".

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En el mismo texto, agregaba: "He tratado de ser abierto sobre todo el trabajo que está en marcha, y aunque sé que muchos de ustedes están energizados por esto, también reconozco que la idea de los próximos cambios de organización crea incertidumbre y estrés. Espero hacer estos cambios de organización lo antes posible en el año para que podamos superar este período de incertidumbre y centrarnos en el trabajo crítico que se avecina".

El desenlace estaba cantado. Tiempos de recesión, tiempos de saturación digital de las personas, tiempos donde TikTok atrapa la atención de los usuarios, tiempos donde la aparición de plataformas emergentes en avisos digitales genera que el llamado "duopolio publicitario" Facebook/Google ya no sea lo que era. De hecho, del 54,7% en su punto máximo en 2017 (34,7% para Google y 20,0% para Meta), números de Insider Intelligence, se espera que Meta capture este año el 17,9 %.

Y la noticia llegó. Diez mil empleados fuera de la organización. Según The Washington Post, cuando Zuckerberg se presentó en una reunión con personas que aún continúan en la empresa, un empleado preguntó cómo podían confiar en él solo cuatro meses después del baño de sangre del pasado noviembre. Aludía al mes en que Meta despidió a aproximadamente once mil trabajadores, el 13% de su fuerza laboral.

Aunque el mercado de trabajo estadounidense marcha hacia sus niveles históricos, el mercado tecnológico no para de hacer recortes y expulsar personas de sus lugares de trabajo. 

Como respuesta, Zuckerberg aseguró a los trabajadores que no habría más recortes en el "futuro previsible. "Supongo que la forma en que las personas evaluarían si confías en mí y quieres trabajar en esta empresa es si estamos logrando avanzar hacia los objetivos generales establecidos. Creo que mucho de esto es sobre los resultados podemos entregar", sostuvo Zuck. Después, explicó que la empresa estaba respondiendo a presiones económicas que podrían persistir por un tiempo. "Pero creo que es una pregunta justa", admitió.

Es que, aunque el mercado de trabajo estadounidense marcha hacia sus niveles históricos, el "mercado" tecnológico no para de hacer recortes y expulsar personas de sus lugares de trabajo. La avanzada tuvo en Elon Musk su mayor exponente y fue él quien se llevo las luces y los titulares, pero cierto es que todas las grandes "big tech" y también las medianas y pequeñas se han achicado.

La duda que persiste es si como dicen sus voceros esto es producto de haber sobredimensionado su potencial producto del flujo digital en la pandemia o si es un problema propio del sector. Especialistas coinciden que es un poco de contexto pero que hay mucho de baja de recaudación en el universo tech.

No es casual que estemos entrando en la etapa de "redes de pago", donde las aplicaciones sociales empujan acuerdos de membresía y tarifas para verificar cuentas, acceder a centros de atención personalizados y posicionar mejor la cuenta de pago cuando los usuarios buscan contenido.

Los  números fríos no muestran una crisis de Meta. Los usuarios activos diarios de la familia aumentaron un 5% en el último año y llegaron a 2.960 millones, mientras Facebook tuvo 2 mil millones de usuarios activos diarios.

El último viernes Zuckerberg anunció en su canal de Instagram que "Meta Verified" ya estaba disponible en Estados Unidos, apenas unas semanas después de haber sido lanzado en Australia y Nueva Zelanda. Meta Verified cuesta 11.99 dolares por mes en la web o 14.99 por mes en dispositivos móviles.

Con el Metaverse aún en proceso embrionario y con Facebook e Instagram que sufren la merma de anunciantes mientras enfrentan la dura competencia de TikTok, una de las salidas de Meta puede ser WhatsApp, donde tiene no tiene tanta competencia y está en camino de comenzar a monetizar la aplicación. Por ejemplo, el Banco Central de Brasil ya autorizó a que los comercios pequeños reciban pagos en la app.

Otro datos es que el mercado reacciona positivamente a los recortes. Ya había logrado que las acciones subieran cuando anunció la política de reducción y ahora, luego de la segunda tanda de despidos, su acción creció un 6%. A pesar de todo pronostico, los números fríos no muestran una crisis de Meta.

Los usuarios activos diarios de la familia aumentaron un 5% año tras año a 2.960 millones y Facebook tuvo 2 mil millones de usuarios activos diarios, después de agregar 16 millones de DAU (usuarios que abren la app cada día) en el trimestre pasado. WhatsApp había superado los 2 mil millones de DAU en octubre.

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Además su capitalización bursátil llegó a los 500.000 millones de dólares. Es decir, el precio de la acción multiplicado por la cantidad de acciones después de prometer eficiencia y avanzar con los despidos.

Como sea, está claro que las "big tech" están lejos de una crisis estructural aunque las noticias confirman que el sector tecnológico digital ya no es "el paraíso". La competencia global con nuevos actores "orientales", cierta saturación de las pantallas y no poder dar cuenta de grandes avances que sean útiles para el uso y consumo masivo están marcando una zona de quietud y relativa incertidumbre.

Pero insistimos, el problema no parece tan económico sino más bien que las compañías están frente al desafío de volver a ocupar un lugar estratégico y novedoso en las costumbres, usos y actividades de las personas.