
Yolanda Díaz tiene menos de 72 horas para probarle al PSOE y a la derecha que ella puede ser una candidata de unidad. La incorporación de los partidos a la izquierda de los socialistas es prácticamente un hecho, pero todavía falta acordar la posición de los candidatos morados en las listas de Sumar. Cada día que pasa sin un acercamiento lastra al espacio progresista.
El equipo de la vicepresidenta segunda acaba de pactar con Proyecto Drago, el partido de exdiputado Alberto Rodríguez, quien había perdido su escaño por pesar sobre él una condena por haber agredido a un policía.
El exnúmero tres de Podemos se sintió traicionado por su formación y se retiró por unos meses de la actividad política. Con este acuerdo, Rodríguez les indica el camino a sus excompañeros.
Díaz no deja en enviar mensajes de una unidad urgente Ione Belarra y los suyos. La ministra de Trabajo acaba de confirmar a eurodiputado de En Comú Podem Ernest Urtasun como portavoz de campaña. La designación del diplomático catalán sigue a la de Pablo Bustinduy, exresponsable de política exterior durante la etapa de Pablo Iglesias. Los morados se sienten cercados.
Es cierto que la vice ordenó su negociador de confianza, Josep Vendrell, culminar las negociaciones en silencio, para frenar las declaraciones de la dirección y del líder de facto de Podemos, Iglesias, que insiste en culpar Más Madrid, Compromís y los comunes por la falta de acuerdo. El antecesor de Díaz en el Gobierno acierta al señalar los reproches de las fuerzas regionalistas, porque son reales y condicionan a la líder de Sumar.
Después de un martes repleto de dichos contra Iglesias, desde Joan Baldoví hasta Mónica García, Díaz compareció junto a Urtasun, apurados por desmentir fricciones. En Madrid, Cataluña y Comunidad Valenciana, Podemos no es bien visto y es compartida la idea de que resta en las urnas. Lo mismo creen los militantes y dirigentes locales, que urgen a la cúpula a sumarse sin demora a la plataforma progresista.
Ni Díaz ni Irene Montero ha salido a hablar de las conversaciones. Este miércoles la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo avaló las rebajas de pena aplicadas en 2301 revisiones de condenas firmes, la respuesta judicial a la reforma del "solo sí es sí", la ley estrella del Ministerio de Igualdad. La izquierda vio la defensa de la norma como un capricho de Montero que enchastra a los partidos afines.
Una encuesta confirma que la unidad entre Sumar y Podemos bloquería la llegada de Feijoó a Moncloa
Podemos ha asumido ya su resignación en las listas, lo que en verdad sobrevuela es el fin de un ciclo, más allá de si Pedro Sánchez revierte el clima de época y el ánimo de los votantes, porque solos no repetirán en los ministerios. Los resultados del 28 de mayo fueron una daga para la formación. Sin alternativa, Díaz no miente cuando dice que el acuerdo está casi listo.
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