Como buen negociador, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha salido a bajar la espuma que el PSOE viene agitando sobre un acuerdo casi cerrado para la investidura de Pedro Sánchez.

Tras hablar por teléfono con Oriol Junqueras, el presidente de Gobierno en funciones se reunió este miércoles a la mañana con Rufián en el marco de su ronda de contactos con todas las fuerzas parlamentarias. 

Los socialistas calificaron al encuentro de "positivo" y de un "paso más" en una negociación que "avanza". Los catalanes fueron más cautos. Rufián admitió que las conservaciones están encaminadas, pero dejó dos advertencias. La primera: las demandas de ERC no han cambiado.  

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La formación quiere el compromiso del PSOE de la amnistía, el referéndum, la condonación de la deuda de Catalunya y el traspaso de las competencias de Rodalies.

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La segunda advertencia: la negociación es solo por la investidura y no por un "pacto de legislatura", tal como pretende el PSOE y tal como Sánchez le pidió a Junqueras en la comunicación telefónica. 

Todos sabemos cómo es el PSOE. Hasta hace poco hablar de la amnistía era una quimera. Es bastante probable que de aquí a un tiempo hablar de un referéndum deje de ser una quimera

De esta manera, según Rufián, el apoyo a los Presupuestos de 2024 formarán parte de otra negociación.  Quien crea que puede pactar con ERC una legislatura desconoce lo que es ERC. La investidura es un partido, los presupuestos son otro partido. Nuestros votos se sudan", aclaró en rueda de prensa.

Sobre la amnistía, dijo: "Todos sabemos cómo es el PSOE. Hasta hace poco hablar de la amnistía era una quimera. Es bastante probable que de aquí a un tiempo hablar de un referéndum deje de ser una quimera".

Rufián pide no darle "otra bala" a la derecha, pero ERC sigue tensando la cuerda con el referéndum

Rufián aprovechó su comparecencia para deslizar una nueva crítica a Junts y a la postura de Carles Puigdemont de cortar los lazos políticos con el Gobierno central en la última legislatura. 

 "A ERC no le pilla de nuevas nada de lo que está pasando. Hace cuatro años conseguimos cosas que parecían impensables a cambio de una abstención y mucha gente nos demonizó, sobre todo en Catalunya. Esas cosas ahora parece que molan y que ya no se reparten carnés de buenos y malos catalanes", subrayó.