
Isabel DÃaz Ayuso ha emprendido su tercer gobierno en medio de una precampaña nacional y en la que puede ser su última legislatura. La presidenta madrileña aún no ha develado sus planes, que se han visto frenados por el adelanto electoral y la exitosa estrategia de impulsar a Alberto Núñez Feijóo, pero la composición del Ejecutivo entrante da pistas sobre los próximos pasos de la baronesa.
"Es también una generación que pide paso porque le ha llegado la hora. Esta es mi generación: somos los nacidos en torno a 1977, hijos de la Transición, a la que tanto debemos", apuntó Ayuso en referencia a sus nuevos concejeros, la nueva guardia del PP de Madrid que harán camino doble, en gestión y en polÃtica. El discurso de la mandataria ha carecido de alusiones directas o expresiones combativas hacia Moncloa, en un pasar de página adaptado a los vientos de época.
Si Ayuso no puede sucederle a Sánchez, estos cuatro años servirán para marcar su legado y enseñar al PP un camino difÃcil de replicar en otros territorios. A Feijóo le acompañaron en la Real Casa de Correos la extremeña MarÃa Guardiola, el valenciano Carlos Mazón y el castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco, o tres maneras distintas de transitar el poder: quien se niega a pactar con Vox, quien acordó con Vox y quien ya gobierna con Vox.
Ayuso ha esquivado esa bala y tendrá un gabinete de nombres poco conocidos, sin vicepresidentes y con la libertad para competir por una parcela de poder dentro de la Asamblea y el flamante Ejecutivo autonómico. "Hoy empieza una etapa polÃtica nueva para Madrid, tiempo de renovación, ilusión e ideas nuevas", señaló.
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Génova cree que Ayuso se ha acomodado a la nueva realidad, pero un hombre que ha participado de su ascenso repite por lo bajo que la presidenta está "hibernando" y recuerda cómo ha conseguido ubicar a figuras de su entorno y de la polÃtica popular madrileña en la lista que encabezará Feijóo, a contramano de los deseos del lÃder nacional del PP.
En este comienzo de legislatura, Ayuso agradeció a su anterior equipo de gobierno por conseguir la mayorÃa absoluta el 28M, en un mensaje cargado de reconocimientos, conciliación y confianza. Ni quienes aún le miran de perfil en el PP ni la portavoz del Gobierno central, Isabel RodrÃguez, daban crédito al tono y al contenido. El saludo entre ambas, de hecho, dejó el rifirrafe con Félix Bolaños como un gesto de mal gusto que solo marcó al ministro.
"Seguiremos contagiando nuestra vitalidad al resto de España, animándola a creer en sà misma. Tenemos mucho por hacer y para eso nos habéis regalado otros cuatro años", sostuvo la presidenta en un tramo de su discurso. Pueden ser unos largos o cortos cuatro años, dentro de los cuales deberá decidir qué hacer con su calidad de mayor activo del PP.
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