
El Centro Común de Investigación (JRC), el servicio de ciencia y conocimiento de la Comisión Europea, ha publicado esta semana un crudo informe sobre los "críticos impactos" de la sequía persistente y el calor extremo en el Mediterráneo.
Con su investigación, la UE admite la preocupación por el futuro de la agricultura, los ecosistemas, la disponibilidad de agua potable y la producción de energía.
"Las temperaturas prolongadas y superiores a la media y una secuencia de períodos cálidos han exacerbado el efecto de la falta prolongada de precipitaciones, impactando directamente la humedad del suelo y el crecimiento de la vegetación, con impactos severos ya visibles en el norte de África, las regiones costeras de España y la mayoría de los países de las islas del Mediterráneo", se advierte.
Los científicos que asesoran a Bruselas en esta materia anticipan que la sequía "va a persistir" y que la primavera de 2024 será "más cálida que el promedio", por lo que los impactos que ya están haciendo estragos en numerosas zonas del sur de Italia y España (también en Malta, Marruecos, Argelia y Túnez) se agudizarán en los próximos meses.
El informe muestra la importancia de la mitigación del clima (cada décima de grado de calentamiento global aumentará los riesgos de sequías prolongadas), así como de medidas de adaptación para la gestión del agua y para sectores que dependen del agua dulce, como la agricultura y la producción de agua potable, frente al empeoramiento impactos del calentamiento global.
La recopilación de datos refleja que del 1 al 20 de enero, la región mediterránea "experimentó condiciones críticas de sequía", lo que ha generad restricciones hídricas en Marruecos, España y Sicilia (Italia) en respuesta a la disminución de la disponibilidad de agua.
El informe pone el ejemplo de Cataluña, donde las reservas de agua cayeron por debajo del 16%. También se menciona la situación crítica en Algarve, en el sur de Portugal (con restricciones por el nivel más bajo de las últimas décadas), en la región italiana de Sicilia, donde se ha empezado a racionar el agua para garantizar servicios mínimos) y en Cerdeña, cuyos embalses tiene menos del 50% de su capacidad.
Los investigadores utilizaron el indicador combinado de sequía (CDI), basado en la precipitación, la humedad del suelo y el estrés de la vegetación, para evaluar la sequía agrícola.
El análisis reveló que a finales de enero la situación era "alarmante" en muchas zonas de la región mediterránea. Se estima que el déficit de lluvias y las temperaturas récord en enero de 2024 afectaron a los cultivos de invierno y a los árboles frutales a lo largo de la costa de España, Italia y Grecia.
Además, se espera que la actual capa de nieve alpina, menor de lo habitual, reduzca la contribución del deshielo a los caudales de los ríos en la región en las próximas temporadas de primavera y verano.
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Se pone el ejemplo de los recursos hídricos de la nieve en Italia, "muy inferiores" a la media. "Los recursos hídricos de nieve se están agotando en todo el país, con un déficit actual del -63% en comparación con el período 2011-2022. Las temperaturas superiores a la media provocaron un rápido y previsto deshielo y el posterior agotamiento del manto de nieve", detalla el informe.
Otro impacto de la sequía y el calor extremo -reducción de la humedad del suelo- son los incendios forestales. En 2023 "se produjo el mayor incendio forestal jamás registrado en la UE". Las condiciones han empeorado para este año, según esta investigación.
Los resultados confirman la "necesidad de estrategias de adaptación y mitigación" debido a que la cuenca mediterránea va a ser una de las regiones donde más se van a reducir las precipitaciones como consecuencia del cambio climático.
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"Las inversiones en sistemas de alerta temprana de sequías, el aumento de la eficiencia hídrica de las tecnologías nuevas y existentes, el cambio a cultivos más resistentes a las sequías y la mejora del acceso a los recursos hídricos son cruciales para mejorar la preparación y la resiliencia de las comunidades", señalan los científicos.
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