
Cuando Violeta Serrano (León, 1988) se subió al avión rumbo a Buenos Aires (Argentina) no era consciente de que la crisis que la expulsaba podÃa afrontarse con otras recetas polÃticas. Para aquellos jóvenes, el austericidio parecÃa, a juicio de los discursos dominantes de la época, obligado y necesario para salir del agujero económico.
Trece años más tarde, tras aquella experiencia como migrante y asentada en su ciudad natal, esta escritora decidió involucrarse en la polÃtica partidaria para representar y defender el modelo opuesto, el de la Reforma Laboral, el del escudo social, el de los contratos indefinidos, el de la herencia universal, el que a través de polÃticas públicas fortalece la frágil autoestima de miles de jóvenes.
Ante la posibilidad de "volver al pasado", de que España retome el modelo neoliberal (ultraconservador si Vox entra en Moncloa), no dudó cuando Yolanda DÃaz le ofreció encabezar la lista de Sumar en León.
En diálogo con LPO, Serrano repasa su desarraigo, explica por qué la ministra de Trabajo es una lÃder revolucionaria, pondera las migraciones (tema de sus ensayos), habla de transición energética y de lo determinante que en territorios pequeños los escaños en disputa caigan del lado progresista.
Vienes del mundo de las letras y de la academia. ¿Por qué el salto a la polÃtica en estas elecciones?
Me parece que en un momento como este no me podÃa quedar en casa a pesar de lo difÃcil que resulta esto para mÃ. Me parecÃa fundamental dar el paso e involucrarme. Sobre todo por coherencia. Estamos en un momento bisagra en la democracia española, en el que podemos ir para atrás, al pasado, a una oscuridad que yo tengo muy presente siempre. O podemos ir hacia el futuro para generar algo mejor. Lo que pasa es que los seres humanos cuando estamos atravesados por tantas crisis nos enfrentamos a este disyuntiva. Muchas veces nos metemos para adentro en lugar de abrimos. Este tema lo traté mucho en mis ensayos, Poder migrante y, sobre todo, Flores en la basura, en el que indagué qué pasa con mi generación en España, que nació a finales de los 80, que a diferencia de nuestros padres, que cuando empezaron a trabajar gozaron de cierta estabilidad, creció en esa estabilidad pero cuando intentamos incorporarnos al mercado de trabajo todo voló por los aires. Nada salió como lo habÃamos planeado e imaginado. El austericidio con el que se salió de aquella crisis nos expulsó. Por eso es tan valioso cómo se ha salido de esta crisis de pandemia y de guerra que ha sido protegiendo a las personas. Sentà la necesidad de involucrarme y de apoyar a este gobierno progresista y, en especial, a Yolanda DÃaz, artÃfice de muchos de los logros en esta legislatura.
¿Y por qué detrás de Yolanda DÃaz?
Su trabajo. Ha sido la lÃder de la protección de las mayorÃas sociales. La reforma laboral, los Ertes. Han significado reformas estructurales en una coyuntura internacional muy complicada. Un contrato indefinido otorga un proyecto de vida que mucha gente, sobre todo, jóvenes no tenÃan.
Todo lo contrario a lo que te pasó a ti, ¿no?
Tal cual. A mà y a miles de jóvenes. En aquel momento no habÃa posibilidad alguna de preparar un proyecto por más preparado y formado que estuvieras. Sumar está ofreciendo algo distinto con su polÃtica estrella: la herencia universal, que va directamente a los jóvenes. Funciona en dos aspectos. Primero en tratar de acabar con la desigualdad brutal que hay en España, donde el 60% de la riqueza está en manos del 10% de la población. Necesitamos un impuesto permanente a las grandes fortunas para redistribuir esa riqueza, que empieza por dársela a los jóvenes que están empezando sus proyectos de vida. Se otorga como un derecho que es también una obligación. Tu tienes un tiempo, de los 18 a los 23 años, para llevar a cabo ese proyecto, ya sea emprendiendo, formando. En España hacÃa mucho tiempo que nadie tenÃa confianza en los jóvenes. Esto también va de fortalecer las autoestimas. Ojalá un proyecto polÃtico hubiese confiado en mà en el momento que tuve que armar las maletas. Esto es revolucionario.
Podemos sale del modo boicot y se alista detrás de Yolanda DÃaz en la última semana de campaña
¿Cómo conociste a Yolanda DÃaz y qué te sorprendió de ella como lÃder?
A Yolanda la conocà por mis libros. Desde las primeras palabras que intercambié me pareció una lÃder necesaria entre tanta polarización, entre tanto ruido. Estamos hablando de una mujer que ha logrado estas conquistas sociales dialogando con las partes. Yo trabajo con las palabras. Creo que tenemos que recuperar palabras que la derecha está haciendo suya de una manera cruel. No hay una lÃder mejor. Muchos pensamos lo mismo. Porque además entiende la mal llamada "periferia". No construye desde Madrid. Yo que soy de ese León que está tan olvidado por las instituciones, esta caracterÃstica es muy importante.
Por tu experiencia de vida, por vivir con una pata en España y otra en Argentina, has puesto la lupa sobre la migración y los inmigrantes, uno de los chivos expiatorios de Vox y de la ultraderecha europea. ¿Qué le dirÃas a ese ciudadano de a pie aturdido que repite que España es de los españoles?
Cuando uno tiene miedo es muy fácil elegir un enemigo aunque no sea real. Las personas que emigran suelen ser las más valientes, porque por muy difÃciles y distintos que sean los contextos en los que uno parte, salir de una zona de confort es de una audacia tremenda. Estar rodeado de gente que ha podido hacer eso, que ha sido capaz de llegar a otro contexto cultural y social y abrirse paso es una riqueza para muchas sociedades. La extrema derecha apela a sentimientos muy primarios de aquello que desconocemos para generar odios. No hay margen para parar las migraciones. Tenemos que incorporarlas con más polÃticas públicas.
En tu libro sostienes que las actuales migraciones son claves para pensar las nuevas identidades del XXI. España en una semana puede retroceder al siglo XX. ¿Qué te genera?
Me da pánico y mucho miedo. Porque al final serÃa un retroceso en derechos humanos. Lo que están proponiendo es algo horrible que ya se está empezando a ver. En la Junta de Castilla y León es donde este experimento entre el PP y Vox ha comenzado. El desmantelamiento de lo público es manifiesto. Esto quieren hacer en todo el paÃs. No lo podemos permitir. La clave: que el domingo nadie se queda en casa.
¿Cómo se explica el migrante que ha sufrido en carne propia esa estigmatización que, ya asentado y con su nacionalidad española, vote a vox?
Se explica porque cuando un migrante ya está en esa fase le pueden llegar como a tantos otros ciudadanos precarizados. Se infla el miedo a perder lo que tienen. Y porque vivimos en una vorágine en el que no tenemos tiempo para detenernos a pensar. Vivimos en una cadena sin pausas. Por eso queremos bajar los tiempos de trabajo a 32 horas. En España vivimos en una anomalÃa. La gente trabaja hasta las ocho de la tarde sin ser productiva. Necesitamos ganar tiempo de vida. Y ganar tiempo de vida es generar menos odios. Ahà es donde penetra la extrema derecha porque siempre alguien se hace cargo de esa frustración.
En el caso de España, el discurso antiinmigración tiene un doble flagelo, el social, más evidente, y el económico, más invisible. En los próximos años los inmigrantes son los que van a sostener el empleo, la producción y las pensiones. ¿Por qué desde el progresismo cuesta tanto que cale esta realidad? El último dato impactante: El 95% de los puestos de trabajo creados en en el 2022 fue ocupado por no nacidos en el paÃs.
No solo España tiene un problema de natalidad. Toda Europa es longeva. Esta necesidad económica es algo evidente que, es cierto, no estamos sabiendo comunicar bien. Está ganando el miedo y no la razón. Una clave, a mi juicio, es incorporar a las instituciones gente de otras culturas, como en nuestro caso Tesh Sidi, que nació en los campamentos saharauis en Tinduf (Argelia). En España están dadas todas las condiciones para que esa mezcla entre nativos e inmigrante sea virtuosa. No somos un paÃs racista. La gente no lo es. Yo lo investigué en Poder Migrante. Cuando uno se mezcla con sus vecinos que tienen otro origen y se mira a los ojos está todo bien. El problema es cuando se empiezan a propagar los discursos de odio.
Si mañana Vox decide construir un paÃs con fronteras cerrada España va a la ruina económica. Insisto: el progresismo no está machacando lo suficiente con esta idea.
Puede ser. Lo cierto es que no va a haber manera de sostener el Estado de bienestar en caso de no dejar que los nuevos migrantes se incorporen a la economÃa. Las fronteras cerradas de Vox son también una ruina económica. Esto es asà de claro.
"Nadie nos dijo que Ãbamos a tener que sacrificarnos para que BerlÃn tenga energÃa verde"
El otro dÃa, en campaña, hiciste hincapié en la necesidad de acelerar la reindustrialización para que España sea una potencia verde. Hasta hace algunos meses, esta idea de paÃs tenÃa un consenso casi absoluto. Hoy, con lo que pasó esa semana en el Parlamento Europeo con la ley para la restauración de la naturaleza y la alianza PPE y ultraderecha, la agenda verde empieza a estar en duda en un momento de desconcertante aceleración de la crisis climática. ¿Cuan irreversible puede ser para España cuatro años de negacionismo ambiental?
Nosotros no queremos que España sea un desierto gris. Queremos que sea una potencia verde. España tiene muchÃsimo para aportar. Ahora bien, como representante de la España vaciada digo que esa transición verde tiene que ser justa. Se tiene que hacer teniendo en cuenta los territorios. Esta es una de las mayores problemáticas que tenemos en muchos territorios. Tu no puede poner paneles solares y parques eólicos en todas partes sin tener en cuenta el territorio y sus habitantes. En Sumar queremos hacer la transición energética con mucha seriedad y rigor. Los beneficios se tienen que quedar en los territorios. Las zonas despobladas no pueden estar generando energÃa para alimentar grandes focos urbanos.
Por lo que dices, Sumar va a proponer hacer una transición distinta a la que está haciendo Teresa Ribera.
SÃ, lo principal para Sumar es escuchar a los territorios. Dónde se van a colocar estos proyectos y cómo se van a ir. En León se ha sufrido mucho con el cierre de las antiguas minerÃas. Aquà la gente está muy quemada y tiene mucha desafección polÃtica. El tema de las eléctricas es escandalosos. Necesitamos comunidades energéticas de forma urgente. El grito compartido es "renovables sÃ, pero no asÃ".
¿Es consciente el ciudadano de las pequeñas localidades de la gravedad de la crisis climática? ¿Es un tema de conversación?
El que trabaja en la tierra lo sabe. Cada vez cuestan más que las cosechas salgan adelante. Hay sensibilidad climática. Hay que acompañarla con polÃticas y con un proyecto a futuro. La extrema derecha propone abrir las minas de carbón con el argumento de que "antes vivÃamos mejor". La crisis climática está a la vista. Necesitamos una reindustralización verde, pero con un criterio básico: que los pobladores sean los principales beneficiarios. El sentimiento de territorios de sacrificio está muy presente lamentablemente.
Las encuestas dicen que en León el cuarto escaño está entre Sumar y Vox. Disputas como estas van a ser determinantes el 23J.
Este es el punto. Aquà y en muchos otros sitios la pelea es codo a codo con la extrema derecha. Es asÃ. Por eso pido que la gente no se queda en casa, que vote por su futuro, por el futuro de sus hijos. La gente no es tonta y sabe muy bien quién está en las instituciones para defenderla. Que haya mucha frustración es indudable. Las variables macro de la economÃa están muy bien en la comparación con el resto de Europa, pero uno va al supermercado y las cosas están caras. Tenemos que seguir avanzando y solucionando problemas, indudable. Lo que no podemos es ir para atrás.
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Pero hay algo que me intriga es cómo se le ocurre a una muchacha española migrar a un país como la Argentina donde desde hace años emigran los propios ciudadanos? Y muchos, por cierto, a España.