La retórica de Vox y del PP ("la amnistÃa es anticonstitucional", "Se está rompiendo el Estado de Derecho", "Hay un golpe de Estado en puerta") ha sacado a la calle a un actor polÃtico minoritario e irrelevante: grupos neonazis y fascistas que desde hace quince dÃas ocupan la primera fila en las movilizaciones contra la sede del PSOE en calle Ferraz.
Por las noches, estos manifestantes exhiben con impunidad su simbologÃa antidemocrática: banderas y saludos nazis; el cántico de "Cara al Sol" y el himno de la División Azul, entre otra tanta parafernalia fascista.
Durante el dÃa, los grupos ultras exacerban los ánimos a través de las redes sociales. Esta semana, por ejemplo, se conoció que en el canal de Telegram del ultraderechista youtuber Alvise Pérez se comentó la posibilidad de contratar a un sicario para asesinar a Pedro Sánchez.
LPO dialogó con Miquel Ramos, periodista e investigador especializado en extrema derecha, delitos de odio y movimientos sociales -quien ha retratado a muchos de estos grupos-, para entender qué se esconde detrás de esas capuchas y de esas pantallas de móviles y ordenadores.
Has documentado y retratado como pocos investigadores el submundo de grupos neonazis y fascistas en España. ¿Era esperable esta irrupción en la escena polÃtica?
Lo novedoso no son estos grupos. No han nacido en Ferraz. Lo novedoso es el arropamiento de dos partidos, Vox y el PP. Estas dos formaciones le están poniendo el marco a estas propuestas, lo que provoca la legitimación de un discurso en el cual neonazis y fascistas se sienten identificados. Estos grupos están aprovechando todos los altavoces, medios de comunicación y partidos polÃticos, para visibilizarse. Sienten que es un momento muy importante para ellos. Se sienten totalmente legitimados, tanto para mostrarse como para cometer actos violentos. En el fondo no hay más que una hipermovilización de la derecha española que no acepta no gobernar España.
La legitimidad del PP parece nueva. ¿Es as�
En su discurso nacionalista, el PP ha sido explÃcito en alentar este clima social. Recordemos que el 1 de octubre de 2017 cuando hubo el referéndum gobernaba el PP. Fue el partido que envió a miles de policÃas a reprimir. Fue el partido que extendió el relato que aquello se trataba de un Golpe de Estado y que habÃa que cortarlo con violencia. Otra cosa es que quien capitalizó ese relato de excitación ultranacionalista haya sido Vox. Pero los gritos de "A por ellos" cuando los policÃas partÃan hacia Cataluña fueron amplificado por el PP. Abascal recogió el clamor popular contra el independentismo para aterrizar primero en AndalucÃa y luego en toda España. No es nueva la excitación ni las movilizaciones de la derecha contra determinadas leyes. Recordemos en 2005 y 2006, cuando gobernaba Zapatero. Este punto de la cronologÃa es muy importante porque los analistas que trabajamos estos temas situamos allà el origen de la brecha que se empezó a escenificar en la derecha, que hasta ese entonces estaba todo unida en el PP. Se empezó a fracturar por su sector más ultraderechista. El PP empezó a notar que su sector más ultra empezaba a despegarse. Es lo que algunos llamamos la "revuelta Neocón", cuando empezaron las primeras manifestaciones contra el matrimonio homosexual, contra la ley de memoria histórica, contra la ley del aborto, contra el proceso de paz en Euskadi. Por lo tanto, repito, estas movilizaciones de la derecha no son nuevas ni sorprenden. La diferencia con aquel entonces es la aparición de Vox, que ha legitimado a los movimientos más ultras, lo que a su vez ha provocado una radicalización de la derecha española. El resultado: neonazis, franquistas y fascistas en la primera fila de las movilizaciones.
¿Estos grupos tienen nombre propio? ¿Quiénes son?
SÃ, son organizaciones conocidas. Pero tengo que decir que son marginales e irrelevantes polÃticamente, la mayorÃa con una poca decenas de miembros. Todo este tiempo han estado trabajando a la sombra de Vox. Lo que pasa es que ellos no sacan tanto rédito como la formación de Abascal de la radicalización de la derecha. Pero siguen ahà con sus locales, sus conferencias. Lo que estamos viendo ahora, y esto sà es novedoso, es que se están ubicando en primera fila. Hemos visto pancarta de "Democracia Nacional", partido neonazi, pancarta de "Facta", organización facista de Madrid, pancarta de falangistas. Los simpatizantes de este entorno fascista son muy violentos. Es lo que estamos viendo. Se han acoplado ultras de fútbol, del Real Madrid y del Atlético de Madrid. Hay una amalgama de organizaciones de extrema derecha que están ganando visibilidad. No están moviendo a miles de personas. Al revés: aprovechan la movilización de miles de personas para reivindicarse como la primera lÃnea de combate.
¿No hay un salto peligroso al naturalizarse las consignas fascistas en protestas contra la sede del partido de gobierno?
El salto peligroso es que se están visibilizando más que nunca. Es peligroso en la medida en que las autoridades dejen hacer. Las cargas policiales son mÃnimas, se aguantan mucho, cosa que no se hace en las manifestaciones de la izquierda. Hemos visto el lanzamiento de bengalas a la policÃa. En otras manifestaciones hubiese generado una carga inmediata. Hubo cargas cuando la violencia ya era injustificable. En paralelo a la visibilidad de estos grupos, estamos detectando un llamado a la violencia en redes sociales. Hay chats en donde se pide abiertamente matar al presidente de Gobierno, atentar contra él. Estamos a la expectativa a ver qué piensan hacer las autoridades ante este clima. La PolicÃa tiene que estar monitoreando estas redes. Pero todavÃa no sabemos las identidades de los detenidos, ni sabemos muy bien qué está haciendo el Ministerio del Interior en este sentido. Nosotros como periodistas estamos alertando del peligro en puerta, de que un lobo solitario quiera atentar contra el presidente del Gobierno o contra algún ministro. No es ninguna locura pensar que esto pueda pasar. No sabemos a qué nivel se está actuando contra estos grupos. Es llamativo que ni siquiera se hayan filtrado las identidades de los detenidos, cosa que sà pasa con las detenciones de la izquierda, donde se filtran hasta las fotos.
Por lo que dices ves un riesgo real de que España esté a las puertas de un "asalto al Capitolio".
Riesgo hay en la medida que los responsables de la seguridad pública lo permitan. Ahora bien, yo creo que las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado tienen en España capacidad suficiente para contener cualquier tipo de intento de traspasar el derecho a la legÃtima manifestación. Si un dÃa desaparece la policÃa de la puerta del Congreso, pues los ultras seguramente lo van a intentar. Con un cordón policial difÃcilmente puedan hacerlo. Muchos en Ferraz si pudieran asaltarÃan la sede, sin ningún tipo de duda. Por eso llama la atención la tibieza con la que el PP está condenando estas imágenes. Vox está echado al monte, no sorprende. Ha perdido muchos votos en estas elecciones y ve un clima ideal para recuperarlos. La complicidad de Vox al llamamiento a la rebelión es clara y directa. Basta con monitorear las redes para ubicar a cada uno en este conflicto.
¿Tan determinante es el papel de las redes sociales en los quince dÃas de movilización ultra en Ferraz?
Internet es el principal canal de fanatización de quienes hasta hace poco tenÃan que acudir a unos espacios fÃsicos para radicalizarse. Hoy es muy fácil estar conectado desde casa en los canales de la ultraderecha que están echando muchÃsimo humo. Mucha gente que no ha militado nunca en estas organizaciones, y que seguramente no lo hará nunca, se apunta porque hay una tremenda sobreexcitación. Antes un chaval se radicalizaba en la grada de un estadio de fútbol, hoy lo hace en Telegram desde el móvil. Y como la policÃa no cierra el canal de Telegram donde se incita a matar al presidente de Gobierno, pues la sanción es de vÃa libre para quienes nunca antes habÃan participado en estos grupos. Los mensajes en estos foros reflejan con claridad los perfiles. Muchos de ellos vienen de la ola conspiracionistas de la pandemia. Otros son nuevos, gente que no tiene un entorno social que está encontrando su lugar. Esto sà es peligroso.
La fanatización fascista como moda.
Exacto. Una estrategia de la ultraderecha a nivel global es reivindicarse como "anti-establishment" ante el gobierno progresista de turno. En su fantasÃa gobierna el socialismo o el comunismo y por lo tanto se sienten que están luchando contra el poder. Ese relato, el de luchar contra la "dictadura comunista" que hay en España, cala, es seductor para una juventud que quiere cambiar la realidad. Para muchos jóvenes la extrema derecha es sinónimo de rebeldÃa. Y el progresismo un "claro régimen totalitarista" que ataca a los "hombres blancos y españoles". Este relato nos puede parecer ridÃculo, pero es el que están adoptando muchos jóvenes.
¿Cuánta reacción hay al feminismo en la proliferación de estos discursos de odio?
MuchÃsima. El feminismo es el gran movimiento social de los últimos años que apela a una cuestión estructural como es el patriarcado. Los reaccionarios se presentan como vÃctimas de un "complot" feminista pergeñado para que los hombres nos sintamos culpables por el hecho de ser hombres. Esto forma parte central del relato de la ultraderecha. Y cala en un sector social que cree que cuando las mujeres ganan derechos, los hombres los pierden. Estos grupos ultras han conectado con una parte de los hombres que detestan el feminismo y que creen que no hay nada estructural que cambiar.
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¿Cuál serÃa la lucha antifascistas de estos dÃas para contrarrestar las imágenes de Ferraz?
La derecha española tiene una tradición poco democrática, en parte porque viene de la dictadura y en parte porque nunca ha roto con el sector ultraderechista. Hay que hablar entonces de dos vertientes del antifascismo. La primera la debe asumir cualquier demócrata. El fascismo es el enemigo de la democracia. Esta posición deberÃa ser abrazada por toda la militancia democrática. Luego hay un antifascismo que es ajeno al poder, que cuando gobierna el bloque progresista también sufre esa criminalización y represión. El antifascismo tiene muchas metas más allá de combatir a grupos nazis en las calles, la caricatura que se le ha hecho históricamente. Por un lado hay un antifascismo democrático que está alertando "ojo con esta gente", ojo hay que hay movimientos que no están asumiendo el resultado de las elecciones. Pero hay un antifascismo más combativo que está en sus cuarteles, que está viendo cómo se desarrolla todo y que tiene claro que esto es lo que lleva combatiendo desde hace décadas. Lo combate en soledad y enfrentándose a la incomprensión del resto de la sociedad, que piensa que todo se resume a una pelea de bandas juveniles o de tribus urbanas. Ese antifascismo no va a salir ahora a defender al PSOE. Lo que sà va a estar en alerta ante esta sobreexposición de la ultraderecha.
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¿No amerita el contexto una gran movilización demócrata para contrarrestar esa sensación de calle tomada por la ultraderecha?
Creo que la posición que se está tomando es ver hasta dónde son capaces de llegar. La izquierda moviliza mucho más que las concentraciones que estamos viendo frente a la amnistÃa. Esta semana hemos visto movilizaciones por Palestina más numerosas que las de Ferraz. Y por la Sanidad Pública se moviliza veinte veces más que las movilizaciones de los ultras. La situación todavÃa no amerita una manifestación para defender un gobierno. Otra cosa es que esta extrema derecha empieza a atacar a discreción. Aquà sà habrÃa un consenso democrático que obligarÃa a la gente a salir a la calle. De momento como es algo muy enfocado contra el PSOE y en Madrid, esto hay que destacarlo, no hay indicio alguno de gran movilización.
¿Al PSOE le conviene polÃticamente esta visibilidad de los ultras?
A ver. A veces la polÃtica es muy perversa. Y uno imagina que a nadie del PSOE le hace gracia que le estén amenazando de muerte. Pero en temas estratégicos polÃticos, que están por encima de las sensaciones que puede tener un militante, sà es verdad que la foto es muy reveladora de quién está enfrente y de lo que representa hoy la oposición. El PSOE está encantado de ver que son nazis y fascistas los que están liderando las protestas. Y sin casi reproches por parte del PP. Esto a Génova no le está beneficiando mucho, a no ser que haya una simpatÃa mucho más alta de la que yo creo que hay con grupos nazis. Es muy fea la foto y Pedro Sánchez la está aprovechando. El PSOE sabe que está en el lugar correcto y no se amilana, lo que le da una posición de fortaleza muy importante frente a sus electores. En términos polÃticos, el PSOE no va a perder frente a los ultras.
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