"Cambio climático: lenguaje y comunicación". Bajo ese lema expertos y comunicadores disertaron el viernes en la decimosexta edición del seminario internacional de Lengua y Periodismo. La actividad contó con la presencia de la Reina Letizia -periodista de profesión-, quien, para sorpresa de muchos, se involucró en el debate con reflexiones y preguntas incisivas -e incómodas- respecto a las transformaciones sistémicas que exige la descarbonización de las economÃas.
"Voy a interrumpir", dijo al poco de sentarse en la mesa cuando una de las ponentes mencionó el "cambio drástico y acelerado" que exige el objetivo de conseguir un 55% de reducción de emisiones para 2030 y la neutralidad climática en 2050, metas indispensables, según el consenso cientÃfico, para evitar impactos catastróficos a nivel civilizatorio.
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"No sé si han tratado en este bloque o en los anteriores una teorÃa que lleva varias décadas, la del decrecimiento desvinculado del PIB y la inflación. No sé si les suena el nombre de Antonio Turiel, del CSIC, y de otros catedráticos de Valladolid y de la Autónoma de Barcelona, que plantean que "desarrollo" y "sostenible" ya no puede ser, y entonces hablan del decrecimiento, consumir menos en definitiva, reducir drásticamente el consumo de energÃa. ¿Habéis tratado este tema?", preguntó.
La Reina puso la lupa en un debate clave actualmente en la ciencia de la sostenibilidad respecto a si el "crecimiento verde", la hoja de ruta del capitalismo para descarbonizar las economÃas, es lo suficientemente transformadora para bajar las emisiones y evitar un escenario de colapso climático, sin alterar los actuales niveles de producción y consumo; o si por el contrario -guste o no- las economÃas ricas están obligadas, por la supervivencia planetaria, a abandonar el crecimiento del PIB y reducir el uso de energÃa y materiales.
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En este sentido, son muchos los cientÃficos que tienen serias dudas respecto a si el crecimiento del PIB puede desvincularse del impacto ambiental lo suficientemente rápido como para evitar el colapso planetario, una correlación que los defensores del "crecimiento verde" dan por sentada.
Quién tomó la palabra tras la intervención de su majestad fue el flamante ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá (en la pasada legislatura ministro de Inclusión Seguridad Social y Migraciones), quién se jactó de ser el único economista en la mesa y, por ende, el más capacitado para responder sobre el "decrecimiento".
"Mi impresión sobre esto es que hay que bajar el nivel de preocupación. Desde Thomas Malthus (economista y demógrafo británico) estamos viendo catastrofistas que ante cosas que no sabemos, cosas inciertas, nos llevan al decrecimiento. Y sistemáticamente la humanidad ha demostrado una capacidad de innovar y de superar dificultades enormes. Yo entiendo que este reto se podrá superar sin necesidad de ir al decrecimiento y a la caÃda del consumo. Esa teorÃa me parece de una debilidad extrema", respondió.
Letizia volvió a interrumpir más tarde cuando se hablaba del derecho ambiental con otra pregunta que descolocó a la mesa. "En el tema del debate sobre el activismo, habéis tratado si es útil a la hora de transmitir los mensajes acciones de organizaciones como Greenpeace o Rebelión cientÃfica, que la FiscalÃa acaba de pedir para ellos pena de cárcel. ¿Creéis que el activismo ha contribuido a que los mensajes ligados al cambio climático lleguen a la población?". "No se habló en la mesa de acciones de este tipo", admitió, algo incómoda, una de las ponentes.
El conocimiento climático y la preguntas disruptivas de la Reina -compartidas en las redes sociales durante todo el fin de semana- sorprendieron, para bien, claro está, a los referentes españoles que defienden el decrecimiento y a las organizaciones que promueven la "desobediencia civil" para romper con la inacción polÃtica en materia climática.
"Ante las recientes declaraciones de la Reina, doña Letizia Ortiz Rocasolano, y atendiendo a su preocupación por la emergencia climática y por nuestras 15 compañeras encausadas, el movimiento Rebelión CientÃfica España ha decidido invitarla formalmente a formar parte del movimiento. Con tus recursos, tus contactos y tu altavoz mediático, aceptamos que colabores de manera activa y decidida en la lucha por la transición justa", publicó la cuenta de X de Rebelión CientÃfica, organización a la que hizo alusión.
LPO consultó a Antonio Turiel, investigador del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC) y doctor en FÃsica Teórica, nombrado por la Reina -quien desde hace años viene alertando de los lÃmites planetarios y de la necesidad de decrecer- sobre la relevancia que tienen sus declaraciones.
"Me parece interesante que la Reina se preocupe de estas cuestiones, que hable abiertamente de decrecimiento. Y me parece muy importante que diga que el desarrollo sostenible es un oxÃmoron. También es muy relevante que habla del juicio a los cientÃficos por tirar zumo de remolacha al Congreso. Demuestra sensibilidad y conocimiento", celebra.
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El investigador reconoce que "ha sido una grata sorpresa" escuchar las reflexiones de la Reina. No asà las del ministro Escrivá. "La reacción del ministro ha sido muy flojita. TendrÃa que informarse un poco más. Aporta argumentos de hace 30 o 40 años cuando la situación va por otro lado con evidencias de sobra", lamenta.
Y resume: "Olé por la Reina. Ojalá este sea el posicionamiento de la Casa Real, que lo dudo porque es un tabú hablar de decrecimiento y porque no se puede cuestionar el crecimiento en el paradigma del capitalismo. Asà y todo, son muy valiosas sus preocupaciones".
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