Nuevamente la salud vuelve a afectar la economía. A diferencia del año pasado, no por una parálisis del a actividad decretada por el Gobierno, sino por la proliferación de contagios y el ausentismo laboral que genera la nueva ola y que ya cierra comercios y amenaza con paralizar plantas fabriles.

Fuentes oficiales aseguraron a LPO que no poseen proyecciones del impacto económico, pero que es un tema que se monitorea en forma continua.

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Con los positivos confirmados a diario acercándose vertiginosamente a los 100.000 y con no menos de cuatro personas con contacto estrecho por contagiado, al menos medio millón de personas deberían aislarse diariamente en el país. El impacto para la producción y el mercado de trabajo es inmediato. Si bien no todos los aislados son población económicamente activa, a grandes rasgos una de cada dos personas afectadas deberá suspender su actividad laboral. En otras palabras, casi el 1% de la fuerza laboral de todo el país debería aislarse diariamente por al menos una semana con el actual nivel de contagios y el nuevo protocolo que redujo de 10 a 7 días el período de aislamiento para los contagiados vacunados.

Con los positivos confirmados a diario acercándose vertiginosamente a los 100.000 y con no menos de cuatro personas con contacto estrecho por contagiado, al menos medio millón de personas deberían aislarse diariamente en el país. 

Sin embargo, estos cálculos no se distribuyen parejo a lo largo del país ni entre las unidades productivas. Entre las pymes industriales, ya advierten que el ausentismo se elevó al 20%. Por eso, desde Industriales Pymes Argentinos (IPA) están pidiendo una reunión tripartita urgente.

Cabe aclarar que son cifras que contrastan abruptamente con la parálisis de la actividad del segundo trimestre del año pasado, cuando la economía se detuvo, pero así y todo afecta la recuperación de la actividad y amenazan con cuadruplicarse en la medida en que avance el año, bajen las temperaturas y se impongan las neuvas cepas de mayor contagiosidad.

"Las Pymes ya estamos con un 20% de ausentismo y se prevé que será mayor en las próximas semanas", sostuvo el presidente de IPA, Daniel Rosato, quien convocó al Gobierno nacional, a las administraciones provinciales y municipales a conformar un Comité de Crisis en una mesa junto con empresarios y sindicatos para evaluar y tomar acciones que eviten una caída en la recuperación de la actividad económica y del empleo privado.

Es que para trabajadores y para empleadores, la situación se está volviendo tensa. Por reglamento muchas empresas exigen el certificado médico para justificar la ausencia, de allí la enorme cantidad de personas que se acumulan en filas para testearse para conseguir el certificado médico. Y también los que, habiendo dado negativo, continúan en sus puestos de trabajo pese a haber pasado horas rodeados de positivos en las filas de testeo.

La colección de anécdotas individuales adquiere otro matiz cuando se observan los efectos recientes de la nueva ola de contagios: oficinas semiparalizadas por los contagios tras el regreso al trabajo presencial, servicios de emergencias para consorcios (plomería, cerrajería, destapes) que no cuentan con personal para cubrir a sus clientes, equipos completos de empleados de comercio de locales de shoppings contagiados y comercios a la calle con carteles de "cerrado por covid", restaurantes y hoteles con fuertes mermas de personal de la noche a la mañana, entre muchas otras.

Colas en Buenos Aires para testearse.

Para las autoridades sanitarias, volver a cerrar la economía cuando la cantidad de internados y de muertes no se condice con las cifras del año pasado tampoco tiene sentido por lo pronto. Sin embargo, aun no hay certezas de porqué aunque con una incidencia menor también hay un 20% de personas internadas pese a tener sus calendarios de vacunación completos. A priori, tampoco se puede tratar al covid como una afección menor si, incluso para inoculados, puede evolucionar como un cuadro severo y potencialmente mortal. De allí que lo primero fue modificar los protocolos de aislamiento y detección.

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Para los bancos, la nueva ola ya llevó a enviar un pedido a los usuarios de no acercarse a las sucursales sin turno previo, aunque todavía el Banco Central no se pronunció al respecto.

Para las pymes, el brote de contagios equivale a cierres transitorios, parálisis de producción y también grandes dificultades con las ART. Es que desde comienzos de año, solamente se presume al covid como enfermedad laboral para los trabajadores de la salud y de fuerzas de seguridad. Por eso, desde la Confederación General Empresaria de la República Argentina (Cgera), manifestó su preocupación de las ART de prestar cobertura para los industriales. "En el marco de la pandemia, muchos empresarios y empresarias se preguntan para qué tienen un seguro si las ART no cumplen con su rol ante el COVID-19", dijeron.

Desde el Ministerio de Trabajo, explicaron a este medio que están en diálogo permanente con todos los sectores y que, por el momento están vigentes los nuevos protocolos del Ministerio de Salud.

A su vez, aclararon que la Superintendencia de Riesgos de Trabajo estableció que si bien la presunción de contagio laboral pasó a ser exclusiva para fuerzas de seguridad y trabajadores de salud en contacto con pacientes con Covid, "queda abierta la posibilidad del reconocimiento del Covid-19 como enfermedad profesional no listada a través del trámite administrativo previsto por el DNU 1.278/00 en cada caso particular en que el trabajador acredite la relación causal directa e inmediata de la patología con su actividad laboral. En estos últimos supuestos, en caso de que las Comisiones Médicas de la SRT determinen la relación causal, el sistema de riesgos del trabajo continuará brindando la cobertura correspondiente".

Para las pymes esto supone una incertidumbre y un proceso administrativo extenso y costoso, más porque las comisiones médicas de la SRT pueden verse desbordadas por la cantidad de casos.

El período de aislamiento muchas veces excede los días de vacaciones y para las empresas es una ausencia que no tiene cobertura por su origen, pero que tampoco se puede descontar de días de vacaciones. Por el contrario, temen que muchos empleados suspendan sus vacaciones y las pasen como período de enfermedad obligando a las empresas a extenderles las vacaciones u otorgárselas más adelante en el año.

A esto se suman los contagios de trabajadores en lugares de veraneo. Es que el período de aislamiento muchas veces excede los días de vacaciones y para las empresas es una ausencia que no tiene cobertura por su origen, pero que tampoco se puede descontar de días de vacaciones. Por el contrario, temen que muchos empleados suspendan sus vacaciones y las pasen como período de enfermedad obligando a las empresas a extenderles las vacaciones u otorgárselas más adelante en el año.

"Buena parte de las pymes cerramos por las fiestas y nuestros trabajadores tienen que reincorporarse entre el lunes próximo y el 17 y no sabemos con lo que nos vamos a encontrar, sí sabemos que las ART ya dijeron que no van a cubrir a los trabajadores contagiados. Y no se trata de la eventual picardía de un trabajador, sino de saber a qué sobrecostos nos enfrentamos al momento de abrir si el 30% se ausenta o nos notificó que no gozó de sus vacaciones porque debió aislarse y ese costo recae sobre las empresas. Las empresas más grandes pueden trasladar a precios estos costos, nosotras no", resumió a LPO el presidente de Cgera, Marcelo Fernández.