Enfrentados desde el 6 de enero de 2021, Donald Trump y Mike Pence acaban de ingresar en un nuevo estadio de una confrontación muy desigual. Con un poderío inigualable dentro de las filas republicanas, el ex presidente es el centro de la campaña. No solo supera por mucho a su rival más cercano sino que enfrenta una lista de contrincantes que no alcanza siquiera los 5 puntos de intención de voto. En ese pelotón de candidatos que parecen no tener ningún tipo de chance, figura el nombre del ex vicepresidente.

Con estilos antagónicos, Trump y Pence se habían ignorado hasta la semana pasada. Pero la acusación que el fiscal Jack Smith le hizo al ex presidente por considerarlo responsable de una conspiración para impedir la asunción de Joe Biden, potenció las diferencias entre ellos. Pence siguió fiel a su estilo y reiteró su apego a las instituciones sin personalizar en el líder republicano. Trump también se mantuvo en línea con su histórico comportamiento y fulminó al ex vicepresidente con su habitual virulencia.

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Primero afirmó que se sentía "mal" por Pence y su campaña presidencial. Fue cuando sugirió que había estado luchando sin éxito por ganar terreno en los dos meses que pasaron desde su lanzamiento formal. "¡GUAU, finalmente sucedió! Liddle' Mike Pence, un hombre que estaba a punto de ser destituido como gobernador de Indiana hasta que llegué y lo nombré vicepresidente, se pasó al lado oscuro", escribió Trump en Truth Social durante el fin de semana. Fue apenas el comienzo de una saga de ataques a su ex compañero de fórmula y ex vicepresidente.

"Nunca le dije a un Pence recién envalentonado (¡no basado en sus números de encuesta del 2%!) Que me pusiera por encima de la Constitución, o que Mike era 'demasiado honesto'. Está delirando, y ahora quiere demostrar que es un tipo duro", agregó Trump. "Una vez leí un artículo importante en una revista sobre Mike. Decía que no era muy buena persona. Me sorprendió, pero el artículo tenía razón. ¡Triste!".

Mike Pence, un hombre que estaba a punto de ser destituido como gobernador de Indiana hasta que llegué y lo nombré vicepresidente, se pasó al lado oscuro. 

La artillería de Trump contra un candidato tan moderado que es considerado un personaje gris por muchos de sus detractores tuvo un impacto que trascendió las redes sociales y generó alarma en el equipo de campaña de Pence.

AP

Durante una visita a New Hampshire durante el fin de semana, Pence fue recibido por partidarios de Trump que lo ridiculizaron y comenzaron a acusarlo de "traidor" y "vendido". "¿Por qué no defendiste la constitución?" gritó un manifestante. "Defendí la constitución", fue lo único que atinó a responder Pence mientras se preparaba para posar con una familia que quería saludarlo.

Fue una especie de revival recargado de lo que sucedió el 6 de enero de 2021, cuando los seguidores de Trump centraron sus ataques más duros sobre Pence. Los partidarios de Trump llegaron a corear "cuelguen a Mike Pence" mientras se abrían paso hacia el Capitolio, e incluso instalaron una horca afuera. Trasladado a un lugar seguro, el entonces vicepresidente recibió el reconocimiento de demócratas y neutrales porque desempeñó un papel crucial en la supervisión del recuento del Colegio Electoral por parte del Congreso, el paso decisivo que legitimó la victoria de Joe Biden. Trump había dicho esa mañana que ganaría las elecciones si Pence hacía "lo correcto".

Durante 2022, Trump se había cuidado de no castigar a Pence pese a las diferencias que los separaban en relación a temas como la guerra en Ucrania, el futuro de la Seguridad Social y el enfoque del Partido Republicano sobre el aborto. El intento de no confrontar directamente con él se había mantenido incluso hace unos meses, cuando Pence anunció que iría en busca de la presidencia. Pero la acusación del fiscal Jack Smith parece haber desencadenado la furia de Trump. Ahora, los ataques de Trump a Pence vuelven a contratar con la cautela que muestra el ex vicepresidente.

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Pence eludió preguntas durante el fin de semana sobre si apoyaría a Trump en caso de que fuera el nominado de 2024, lo que pareció ser un consentimiento que dejaba la posibilidad abierta de un eventual respaldo.

 Durante una visita a New Hampshire, el fin de semana, Pence fue recibido por partidarios de Trump que lo ridiculizaron y comenzaron a acusarlo de "traidor" y "vendido". 

Este domingo, el corresponsal de CBS, Major Garrett, le preguntó a Pence si seguiría votando por Trump y lo puso en una situación incómoda. El ex vicepresidente reiteró que era candidato pero no respondió a ninguno de los ataques de Trump. "Me postulo para presidente porque no creo que nadie que se ponga por encima de la Constitución deba ser presidente o volver a ser presidente", dijo.

La reacción de Pence generó críticas y también debate. Algunos sostienen que es un candidato demasiado tímido, que tiene miedo notable de enfrentar a Trump. Sin embargo, otros advierten que lo favorece que el ex presidente lo tome como blanco favorito, al menos por un tiempo. Los cuestionamientos de Trump le permiten a Pence ganar una visibilidad que de otra manera no estaba logrando. Según publicó The Hill, su campaña se ha beneficiado en los últimos días no solo con el aumento en la atención sino también con miles de donaciones en los días desde que se anunció la acusación y acercándolo más a calificar para el primer debate primario a finales de este mes.