Lanzado de lleno a la campaña presidencial, Donald Trump volverá este domingo a Texas para conseguir un apoyo clave que le viene resultando esquivo. El ex presidente visitará el estado más rojo y más grande del país para reunirse con el gobernador Greg Abbott, un líder de enorme poder en el estado, que ya lleva tres mandatos consecutivos en el cargo. en un encuentro en el que anuncian medidas comunes para frenar la inmigración ilegal.

Los voceros de Trump le dijeron a CNN que Trump visitará la ciudad fronteriza de McAllen, en el condado de Cameron, en medio de la renovada ofensiva de los republicanos de Texas contra los inmigrantes.

El texano es un cruzado que denuncia desde hace años la invasión de migrantes en la frontera sur y dispara con munición gruesa contra la administración demócrata de Joe Biden. Más aún, Abbott fue uno de los primeros en implementar la modalidad de enviar contingentes de migrantes en omnibus a los estados democratas considerados santuarios, como forma de denuncia.

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Decidido a hacer todo lo que esté a su alcance para volver a la Casa Blanca, Trump promete llevar a cabo deportaciones masivas desde el primer día de su eventual segundo mandato.

Su visita a la frontera le calza a la perfección a su campaña electoral y sirve para escenificar el desborde migratorio que le adjudica a la política permisiva de un presidente débil, su rival principal en la carrera de 2024.

La visita de Trump a la frontera le calza a la perfección a su campaña y sirve para escenificar el desborde migratorio que adjudica a la política permisiva de un presidente débil como Biden.

Trump vuelve a Texas apenas dos semanas después de haber hecho un raid con un acto incluso en el que castigó a DeSantis y lo señaló como un pájaro que cae del cielo. En esa oportunidad, estuvo en Dallas y Houston; ahora en cambio se anuncia su presencia en la frontera sur.

Sin embargo, en el terreno estrictamente político, Abbott siempre resultó para Trump un político difícil de subordinar. El gobernador pocas veces acudió a los actos del ex presidente en Texas y buscó por todos los medios preservar su independencia. Los republicanos alineados sin fisuras con Trump fueron siempre el procurador ahora caído en desgracia Ken Paxton y el vicegobernador Dan Patrick.

En los últimos tiempos, incluso algunos observadores han visto que Abbott le decidió algunos guiños a Ron DeSantis, uno de los principales retadores de Trump. Abbott y DeSantis tienen muchas coincidencias por ser gobernadores de estados republicanos importantes pero sus comportamientos son opuestos. Mientras DeSantis se subió en forma prematura a una carrera que no le ofrece garantías y lo mostró amesetado durante todo 2022, Abbott se aferra a su estado y -tal como informó en exclusiva LPO- ya piensa en hacer historia con su intento de acceder a un cuarto mandato en 2026.

Trump, hace dos semanas, durante su último acto en Texas.

AP

Más allá de los guiños intermitentes que realiza para seducir al electorado latino y al propio Andrés Manuel López Obrador, Trump llegará en un momento álgido de la discusión entre Texas y el gobierno mexicano.

El gobierno mexicano rechazó en las últimas horas la aprobación del Proyecto de Ley Senatorial 4, que crea un delito estatal en Texas por ingresar ilegalmente desde México y permite a las autoridades locales deportar a inmigrantes indocumentados.

"El Gobierno de México reitera su rechazo a cualquier medida que contemple el retorno involuntario de migrantes sin respeto al debido proceso", afirmó el comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

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Agregó que México "reconoce el derecho soberano de cualquier país a decidir las políticas públicas que deben implementarse en su territorio", pero también tiene derecho a defender a los aproximadamente 10 millones de personas de origen mexicano que viven en Texas y a "establecer su propia política" en su territorio.

"El Gobierno de México rechaza categóricamente cualquier medida que permita a autoridades estatales o locales detener y devolver a territorio mexicano a nacionales o extranjeros", dice el comunicado.

La SB4 fue aprobada por ambas cámaras de la Legislatura y se convertirá en ley si, en los próximos días, el gobernador Abbott firma proyecto de ley, algo que será inminente.

Abbott siempre resultó para Trump un político difícil de subordinar. El gobernador pocas veces acudió a los actos del ex presidente en Texas y buscó por todos los medios preservar su independencia. 

El comunicado del gobierno de AMLO puede leerse en línea con la cumbre que tuvo en las últimas horas con Biden en San Francisco. Sostiene que México continuará trabajando con el gobierno federal de Estados Unidos en materia de inmigración.

El martes por la noche, en una nueva muestra del endurecimiento de los republicanos en la frontera, la Cámara de Representantes de Texas aprobó la SB 4, que convierte en un delito menor cruzar ilegalmente la frontera de México a Texas, facultaría a los agentes del orden público para arrestar a inmigrantes indocumentados y exigiría que un juez estatal ordene a la persona salir de Estados Unidos para México en lugar de enjuiciamiento.

En el año fiscal 2023, que finalizó el 30 de septiembre, alrededor del 83% del millón de inmigrantes encontrados por la Patrulla Fronteriza en la frontera entre Texas y México no eran ciudadanos mexicanos. Muchos provienen de América Central y del Sur, Asia o países de Europa del Este. Algunos también son de Canadá.

En Texas, una mayoría de legisladores demócratas, al menos un senador republicano y organizaciones de derechos civiles dicen que la SB 4 es inconstitucional porque la Corte Suprema de Estados Unidos ha dictaminado que las leyes de inmigración sólo pueden ser aplicadas por el gobierno federal.