Michael Cohen, el testigo estrella de la fiscalía de Nueva York contra Donald Trump, tiene una historia que lo une de manera íntima al caso que conmueve a la política estadounidense. Cohen fue el abogado personal del ex presidente y ya estuvo preso por el mismo caso que hoy enfrenta el líder republicano. Es por eso que aparece como uno de los grandes defensores de la actuación del gran jurado de Nueva York y va todavía más allá. Se pregunta por qué él sí fue a prisión y Trump no iría, cuando se trata de la misma falta, la de tratar de ocultar que se le pagó a una estrella porno por su silencio.

Cohen es un protagonista central de la historia. Fue el abogado de Trump y el encargado de entregar a la actriz porno Stormy Daniels $130,000 en efectivo. Ese pago ahora, por primera vez en la historia, ha llevado a un presidente o ex presidente a enfrentar cargos criminales, algo que no sucedió ni siquiera con Richard Nixon por el caso Watergate en los años setenta o tras el intento de tomar el Capitolio hace dos años.

Para entender cómo Cohen llegó a ser el testigo clave en la historia de una estrella pornográfica y un presidente acusado de delincuente hay que comenzar en el 2006 en un campo de golf, con un encuentro casual entre Trump, entonces empresario y conductor de un programa de reality show, y la actriz Stormy Daniels.

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Daniels ha insistido desde entonces en que en ese encuentro ambos sostuvieron relaciones sexuales. Casi cinco años después, en el 2011, Daniels vendió esa historia a la revista In Touch Weekly, pero el semanario no la publicó, porque Cohen, que era en ese momento el abogado de Trump, amenazó con demandar a la publicación.

El abogado Cohen se pregunta por qué Trump tendría elementos para salvarse en la misma causa que a él lo llevó a prisión durante tres años. Se trata de la misma falta, dice, la de tratar de ocultar que se le pagó a una estrella porno por su silencio.

A mediados del 2015, Trump anunció su candidatura y, semanas después, un amigo suyo que era el director de la publicación National Inquirer, David Pecker, apoyó la campaña al identificar publicaciones que pudieran entorpecer la candidatura.

A la derecha, el abogadoMichale Cohen, cuando defendía a Donald Trump. 

Reuters

Exactamente un mes antes de la elección que llevó a Trump a la presidencia, Pecker descubrió que Daniels se disponía a vender nuevamente la información. El mismo Pecker puso en contacto a Cohen y al abogado de Daniels. Menos de una semana después -y tres semanas antes de la elección-- ambos abogados acordaron que Cohen le pagaría a Stormy Daniels $130,000.

Pero Cohen no cumplió la primera parte del acuerdo en tiempo y forma, y unos doce días antes de las elecciones presidenciales, Pecker le avisó que, por no pagar por el silencio a Daniels, la estrella porno estaba a punto de vender su historia a otra publicación.

Cohen entonces registró una nueva empresa de responsabilidad limitada y con garantía en bienes raíces, Essential Consultants, pasó desde una línea de crédito los $130,000 a esa empresa que estrenó, y de ahí pagó finalmente a Daniels.

Pero el 4 de noviembre del 2014, cuatro días antes de la elección, The Wall Street Journal informó sobre acuerdos entre Trump y el National Enquirer y mencionó a Daniels. La campaña del republicano negó todo, Trump ganó la presidencia y asumió el 20 de enero siguiente.

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Con el tiempo, el ex abogado de Trump se convertiría en uno de sus peores enemigos. Cuando el republicano estaba por cumplir dos años en la presidencia, The Wall Street Journal publicó a ocho columnas un reportaje con el encabezado "Abogado de Trump arregló pago de $130,000 para silenciar estrella de cine para adultos". "Un acuerdo justo antes de las elecciones requería que la mujer guardara silencio sobre un presunto encuentro sexual con Trump en 2006, dicen personas familiarizadas con el asunto", decía.

El mismo diario publicó un mes después que Trump encomendó a Cohen conseguir una orden de restricción que impidiera a Daniels hablar con los medios, pero para entonces ya se mencionaba que un hijo del entonces presidente y la Organización Trump estaban vinculados. Puesto que el Wall Street había informado que "el abogado de Trump" había pagado a Daniels, él asumió la responsabilidad, y le dijo a The New York Times que el dinero era suyo.

Cuando Trump estaba por cumplir dos años en la presidencia, The Wall Street Journal publicó a ocho columnas un reportaje con el encabezado "Abogado de Trump arregló pago de $130,000 para silenciar estrella de cine para adultos". 

Días después, la actriz porno quería presentar una demanda que le permitiera vender su historia, y mientras su abogado y Cohen discutían, ella entregó la parte del romance con Trump al programa de periodismo de investigación "60 minutos" de la CBS.

En abril del 2018, Trump finalmente habló por primera vez del asunto, en una conferencia de prensa en la que negó el romance. "Pero, entonces ¿por qué Michael Cohen le pagó a la estrella porno?", preguntó un periodista. "No sé. Habría que preguntarle a Cohen", respondió Trump.

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Entonces empieza una averiguación federal a Cohen y Trump se distancia de él. En ese momento, el entonces presidente contrata como su abogado a Rudy Giuliani, quien anuncia que los $130,000 habían sido tomados de la Organización Trump, pero que fueron devueltos.

Poco después Cohen acepta que pagó para tratar de influir en el resultado de las elecciones, que es el delito que prevalece ahora. Sin embargo, sus intentos de demostrar que había pagado por orden de Trump no dieron resultado y fue enviado a la cárcel durante un período de tres años.

Trump ha evitado hablar más sobre Stormy Daniels y ha declarado que Cohen lo traicionó, mientras que Cohen insiste en que fue el ex presidente quien lo traicionó a él al haberle ordenado pagarle a Daniels y dejarlo con la responsabilidad.

La venganza de Cohen acaba de consumarse. El antiguo abogado del líder republicano comenzó a colaborar con la fiscalía en Nueva York y un gran jurado elaboró cargos criminales contra Trump con base, entre otras pruebas, a sus declaraciones.